Fue en 1968, en el primer encuentro regional en homenaje al cereal organizado en Tres Arroyos y la versión inicial de la celebración que a partir de 1970 tomaría estatus de Fiesta Provincial
La celebración triguera fue considerada Fiesta Provincial a partir de 1970, pero el homenaje al cereal tuvo su primera versión dos años antes: del 23 al 31 de marzo de 1968 se realizó la Fiesta Regional del Trigo que, aunque olvidada, es la precursora indudable del tributo al cultivo símbolo de Tres Arroyos.
Actos más o menos, los programas de una y otra no difieren demasiado: exposición agrícola, comercial, industrial y artística; concursos de muestras de trigo y vidrieras alegóricas; espectáculos artísticos de primer nivel; la Mesa Redonda donde productores y representantes de entidades agrícolas y entes oficiales discuten sobre algún tema de interés para el sector; desfile de coloridas carrozas y la elección de la reina del trigo.
El impulsor fue Juan Santiago Pinardi, quien llegó a Tres Arroyos como jefe de Correos y pronto descubrió el potencial de la ciudad para realizar una fiesta triguera. La idea ya se había discutido en las reuniones de las Juventudes Agrarias Cooperativistas, pero el consejo de los mayores y la falta de experiencia conspiraron contra la empresa que el nuevo jefe de Correos y un par de seguidores pusieron en marcha.
“Pinardi anduvo por distintas instituciones y no encontraba eco, inclusive habló con el intendente”, recordó casi hace dos décadas José Angel Menna, por aquel entonces presidente del Centro Juvenil de Capacitación Agrario Independencia. Y agregó: “Edgar Pedro Cimatti era coordinador y animador de las tertulias del Club Costa Sud y fue el que interpretó a Pinardi”.
Ambos comenzaron a idear los festejos, pero necesitaban el respaldo de una institución para concretarlos.
Pedro Alonso -11 veces presidente de la Comisión Ejecutiva de la Fiesta Provincial del Trigo y memorioso de las fechas y los nombres que contribuyeron con su afianzamiento-, formaba parte de la Juventud Agraria de Tres Arroyos y desde su agrupación fueron categóricos: “Rechazamos la propuesta porque no nos habíamos animado a hacer una fiesta solos”.
Pero el Centro de Menna accedió: “Después de deliberar bastante dentro del grupo, aceptamos el desafío y lo llevamos adelante”, cuenta.
Deuda y satisfacción
La fiesta materializó el sueño latente en las entrañas de la ciudad, ávida por rendirle homenaje al trabajo del campo y sus frutos, pero dejó un sabor amargo en los organizadores, que tardaron varios años en saldar las deudas contraídas por su realización. “La falta de experiencia nos jugó una mala pasada, y si bien popularmente la fiesta fue extraordinaria, en lo económico fue un fracaso”, reconoció Menna.
A pesar de ello, las actuaciones de Atahualpa Yupanqui, Luis Landriscina y Roberto Goyeneche, entre otros tantos, fueron inolvidables; al igual que la presencia de las radios de Bahía Blanca y Necochea, que transmitieron en directo los pormenores del encuentro.
A raíz de esto, comenzaron las gestiones del intendente Anuncio Diez Balbuena para hacer del principal centro triguero su capital, y un decreto del gobierno bonaerense reconoció a Tres Arroyos como la sede de la Fiesta Provincial del Trigo. Leones, en Córdoba, ya era la anfitriona nacional del festejo donde ese año Angel Pedone, productor de Tres Arroyos, recibió el primer premio por la muestra de la variedad Vilela Mar, desarrollada por un semillero situado en suelos de Coronel Dorrego.
Así fue como la fiesta recibió el impulso necesario para galardonar cada año a Tres Arroyos y sus tierras. En 1970 se estrenó la Espiga de Oro, el tradicional reconocimiento a personalidades o instituciones que brindan su apoyo al campo o al mejoramiento del trigo.
En democracia
Alonso, quien guardaba en su memoria cada una de las ediciones, siempre destacó la número 15, cuando se le entregó la Espiga de Oro al Instituto Fitotécnico Santa Catalina de La Plata y Elina Teresita Barceló de Arrecifes se coronó reina. Fue la primera organizada nuevamente en democracia. “Con el retorno de la democracia había cifradas esperanzas.
De la Mesa Redonda participaron el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca, un representante del gobernador y estaban todos los presidentes de las entidades. La exposición industrial fue la mejor, comenzaba arriba de los canteros de la plaza San Martín y llegaba hasta cerca de la estatua a la Libertad, a lo largo de diez cuadras”, describió nueve años atrás.
Y agregó: “El productor había tomado conciencia, utilizar fertilizantes y a mecanizarse lo más posible. Además existían buenos créditos para comprar maquinarias”.
* Realizada con extractos de artículos de La Voz del Pueblo y de una nota publicada por Carolina Buus en el diario La Nación en 2005