Maíz: un año para fertilizar y mejorar los rindes

Es el cultivo con el margen bruto más favorable de esta campaña y podría mejorar un 20% el rendimiento si se realiza una fertilización balanceada en base a mejorar los diagnósticos. Desde Fertilizar, destacan que este contexto favorable permitiría acompañar con más nutrientes la evolución genética, ya que los bajos niveles en los suelos están restringiendo su verdadero potencial

 

Fertilizar Asociación Civil, entidad cuyo objetivo es promover el uso responsable de la nutrición de cultivos, presentó sus números para la campaña maicera del ciclo agrícola 2021/22, para la cual se presentan mejoras sustanciales en los márgenes brutos de todos los cultivos principalmente impulsados por la suba de los precios de los granos.

La ingeniera María Fernanda González Sanjuan, gerente ejecutiva de Fertilizar AC, destacó la evolución que tuvo la productividad del maíz en Argentina en los últimos 20 años en los cuales casi se triplicó, por razones relacionadas con la mejora en la genética de semillas, la siembra directa y los cambios en el manejo del cultivo. “El maíz empezó a ser un cultivo versátil: ahora podemos sembrar maíz temprano, tardío, de segunda y maíz para silo, con gran estabilidad de rinde”, señaló.

Además, en estas dos décadas se consolidó la fertilización, lográndose crecimientos paulatinos y sostenidos inicialmente y más significativos en los últimos 5 años (2015 a 2020). El área fertilizada paso del 77% a 86% y las dosis de uso promedio de 186 a 242 kg de fertilizante por hectárea.

“A pesar de este aumento en el uso de fertilizantes, en reposición de los principales nutrientes (Nitrógeno, Fósforo, y Azufre) todavía estamos en un 57%. Es decir que aún tenemos una deuda pendiente con el suelo que aporta el 43% de los nutrientes que requiere el maíz. Esta dependencia se visibiliza con las brechas de rendimientos que tenemos para mejorar y porque se deteriora la fertilidad del recurso natural”, advirtió González Sanjuan.

Luego, el presidente de Fertilizar AC, el ingeniero Francisco Llambías, anticipó que para el maíz “es un año fantástico respecto de la rentabilidad, dado por una sostenida demanda del cereal que impulsa los precios hacia arriba”. En este orden, comentó que el maíz tiene con 586 dólares por hectárea el mejor margen bruto comparado con la soja (467 u$s/ha) y el esquema trigo-soja (331 u$s/ha); además “este margen del maíz es 70% mejor que el de agosto del año pasado”, a pesar de los incrementos que hubo en costos de insumos de implantación y de impuestos.

El maíz se presenta como el cultivo protagonista de todas las rotaciones, teniendo presente que su rol va a estar determinado por la condición hídrica de los suelos en los momentos de la siembra.

Estrategias de fertilización

El ingeniero Andrés Grasso, coordinador técnico de Fertilizar AC, justificó la inversión en fertilización no solamente mirando los altos precios de los granos, sino fundamentalmente en que el actual nivel de nutrientes de los suelos restringe fuertemente “la demanda que tiene el cultivo genéticamente para formar rendimientos”.

Grasso compartió algunas pautas generales a la hora de fertilizar este cultivo:

  • Diagnóstico con análisis de suelo que ayude a conocer integralmente la heterogeneidad de los ambientes (“¿Cuánta producción potencial puede sostener cada ambiente? ¿Cuáles son las restricciones más representativas que deben gobernar mis decisiones de manejo de los fertilizantes?”).
  • Interpretación de la información generada en el diagnóstico y realizar la recomendación de fertilización.
  • Planificación de Estrategias: el planteo de uso del fertilizante. “A la hora de fertilizar tenemos que hacerlo bajo las buenas prácticas de uso de nutrientes con el objetivo principal de sincronizar la oferta de nutrientes con la demanda del cultivo, en el momento y lugar correcto (cantidad y tipos de nutrientes)”.
El ingeniero Andrés Grasso, coordinador técnico de Fertilizar AC, compartió algunas pautas generales a la hora de fertilizar este cultivo

Grasso resaltó que frecuentemente son generalizadas las aplicaciones de nitrógeno (N) y fósforo (P), pero advirtió que hay que incorporar otros nutrientes que actualmente son deficitarios como azufre (Z) y zinc (Zn).

“Por los desajustes en los diagnósticos y en la aplicación de estos 4 nutrientes nos estamos perdiendo un 20% de rendimiento alcanzable en maíz, que son alrededor de 1.700 – 1.800 kilos de maíz por hectárea”, dijo.

El técnico explicó que hay dos nutrientes que determinan principalmente la variabilidad de rinde: el N y el P. Sobre la aplicación de cada uno, indicó que para nitrógeno “por cada tonelada de maíz que va a demandar el ambiente productivo y el híbrido, necesitamos tener disponible (suelo más fertilizantes) 22 kilos de N por hectárea” y si atrasamos la fecha de siembra es recomendable aplicar el fertilizante al momento de la siembra, y no dividir la dosis.

En el caso del fósforo, Grasso recordó que el 70% de la superficie agrícola es deficiente e indicó que, independiente de la fecha de la siembra, aplicar dosis de reposición (entre 120 y 130 kilos de MAP, DAP o superfosfato triple) siempre nos posiciona en los planteos de máximo rinde. Los manejos de suficiencia no logran abastecer los requerimientos del cultivo y el impacto es doble, por un lado restringe la productividad y por el otro afecta la fertilidad del suelo.

Para el azufre, aconsejó 10 kg/ha cuando se trata de suelos de baja materia seca y suelos arenosos o con un uso intensivo de la agricultura, ya que pueden aportar hasta 700 kilos extra en maíz. Y en zinc, recomendó realizar aplicaciones de 1 ó 1,5 kg de Zn en suelo, o 500 a 750 gramos por vía foliar, para ganar entre 4% y 7% en rendimientos por hectárea.

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