Es la proyección realizada por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina a partir de la comparación con lo ocurrido entre 2008 y 2015 ante una medida similar. La cifra es lo que perderían los productores por la baja del precio
Todavía retumban las voces de disconformidad y preocupación de los dirigentes del campo y de los productores agropecuarios por la intervención del Gobierno en el mercado de maíz. Según comunicó la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios sólo se certificarán Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) que cuenten con mercadería física de la campaña 2020/21 ya adquirida.
Este nuevo régimen de exportación, que desde el Gobierno se encargaron de aclarar que no se trata de un “cierre del registro”, fue toda una novedad para la cadena. Se trata de la primera vez que se aplica y, por ello, rápidamente, surgieron los paralelismo con la anterior modalidad, conocida como los ROE “verde” (Registro de Operaciones de Exportación).
Justamente, frescas en la memoria las consecuencias que trajeron los ROE, la Fundación Argentina para el Desarrollo Agropecuario (FADA), hizo una proyección del costo que tendrá para el sector (y para el país) esta limitación oficial. “Si la intervención de las exportaciones de maíz tiene el mismo efecto que los ROE, los productores podrían perder 1.100 millones por año por año”, indicó la entidad.
“Los ROE generaron una baja promedio del 8% en el precio del maíz, durante los 8 años (2008-2015) que estuvieron vigentes. Sobre un precio FOB actual de 240 dólares, y una producción de 58,5 millones de toneladas, podría tener una pérdida de 1.100 millones de dólares por año”, proyectó FADA.
“Un menor precio del maíz, por intervención de las exportaciones, genera menor inversión y menos producción. Esto repercute de manera directa en el empleo y en el desarrollo del interior productivo. También son menos dólares para el país y menos impuestos para el Estado”, indicó el trabajo.
Y concluyó: “El tema es que no es una medida aislada, se suma a la intervención de la exportación de carne y el temor por el trigo. Es una sucesión de políticas que lo único que generan es menor producción, menos dólares, menos empleo, menos desarrollo: todo lo opuesto a lo que necesitamos”.