Horacio Salaverri, presidente de Carbap, criticó las medidas de limitación de exportación de maíz y el regreso del intervencionismo. Pero su análisis excede a las decisiones de este Gobierno: “Los políticos cuando asumen el poder consideran al campo como un sector extractivo desde el punto de vista fiscal”
Cosas de la imprevisibilidad de la Argentina, la charla con Horacio Salaverri debió tener dos capítulos. La primera etapa se dio en la Sociedad Rural de Tandil, en el marco de su visita a la Exposición Nacional de Primavera de Angus. La segunda, hace apenas un par de días, luego de que se oficializara la liberación del cupo de vaca china y se anunciará la limitación a las exportaciones de maíz.
“Vos le preguntás a cualquier vecino qué puede pasar mañana y te dice: ‘cualquier cosa’. Porque es así, en la Argentina puede pasar cualquier cosa desde lo económico, desde lo social o desde lo institucional. Ese es uno de los principales problemas que tenemos, no pasa en otros países, entonces nadie puede asegurar, por ejemplo que no vuelven los ROEs”, dice el presidente de Carbap ante el nuevo llamado de La Voz del Pueblo para actualizar una nota que tenía menos de una semana, pero que sin un nuevo contacto quedaba desactualizada por los volantazos oficiales.
– ¿Qué análisis hacés de la medida sobre las exportaciones de maíz? ¿Te sorprendió?
– No fue una sorpresa en el marco de este escenario de improvisación que hemos aprendido a convivir. Lo que sí sorprende, es que volvamos a tomar las mismas medidas que fracasaron en el pasado. Eso es totalmente sorprendente. Ya fracasó lo de la carne, lo del maíz y lo del trigo, y lo extraño, que parece increíble, es que un país que ha cometido los errores que ha cometido vuelva a incursionar en las mismas políticas equivocadas. Ante esa situación hay beneficiados y perdedores, y el gran perdedor es el productor, que verá limitados de alguna manera los valores del maíz en el mercado interno
“En las democracias modernas los gobiernos no se pelean con los sectores, se acuerda. No se los chicanea, no se les quiere ganar… El Gobierno tendría que tener una visión más amplia y no solamente una mirada de carácter tributario”
– ¿Considerás que en el corto plazo intervendrán el mercado de trigo también?
– Es que la situación que se da con el maíz, se está dando también con el trigo. Hay ciertos acuerdos que hacen que, si bien no está oficialmente intervenido el mercado porque no están cerradas las exportaciones, tampoco se anotan nuevas ventas al exterior. Puede ser que los sectores exportadores hayan convenido con el Gobierno, o con el sector de la molinería. No lo sé, pero no se anota ninguna exportación de trigo.
– ¿Quedaste conforme con el anuncio de la liberación del cepo de la carne?
– Lo de la carne se ha hecho en forma tardía, y parcialmente. En principio no está claro, porque se había anunciado que también se iban a permitir exportar 50.000 toneladas de carne congelada, y no ha sido así. Y por otro lado hay una limitación muy clara que habla de un plazo hasta el 31 de diciembre respecto de los 140.000 animales. Entendemos que es una situación de muy corto plazo y que no sabemos después de esa fecha qué es lo que puede pasar.
– Entonces lo anunciado en su momento no fue llevado a la práctica.
– Cuando hablamos del tema de la carne, el gobernador Kicillof nos convocó a nosotros, a la Mesa de Enlace provincial y al Consorcio ABC para adelantar las condiciones que se iban a dar. Pero las condiciones que se dieron no son las mismas. La carne congelada se iba a permitir exportar y eso no está en la resolución. Hubo modificaciones o criterios distintos, que no es lo que se nos había informado a nosotros.
– Hace muchos años que en la Argentina no hay políticas de largo plazo para el campo, y es algo que ustedes reclaman permanentemente. ¿A qué le atribuís que ningún Gobierno proponga medidas que se extiendan en el tiempo?
– La política en general y este Gobierno en particular, tiene una mirada productiva sector, el problema es que cuando los políticos se sientan en los sillones del ministerio o en el sillón de Rivadavia, pasan a verlo como un sector extractivo desde el punto de vista fiscal. Entonces, ahí queda descartado el largo plazo.
“En la Argentina crece el asistencialismo y también la pobreza. Quiere decir que ese asistencialismo no ha servido para bajar la pobreza”
– Vos sos tambero, entendés que al campo entonces lo ven como una vaca lechera.
– Es así, es la visión de la política sobre el sector, que se busca sacarle y sacarle. Además, todo lo que es impositivo, y lo digo como contador, va en contra de lo que es una inversión. Cuando la presión tributaria es más alta, las inversiones son menores. Y esa mirada de corto plazo lleva a eso, a extraer vía impuestos, y se cae la inversión. Además, en algunos casos, como ocurre con este Gobierno, se generan fricciones innecesarias. En las democracias modernas los gobiernos no se pelean con los sectores, se acuerda. No se los chicanea, no se les quiere ganar… El Gobierno tendría que tener una visión más amplia y no solamente una mirada de carácter tributario.
– La otra cuestión es que tampoco esos impuestos no vuelven en obras para el sector. ¿Cuál es tu mirada al respecto?
– Es lo que genera mayor malestar, cuando se le saca a un sector para un gasto estéril. El sector agrícola el año pasado ha aportado más de 8.9000 millones de dólares, es un disparate de dinero, ¿a dónde fue eso? El gráfico del asistencialismo es igual al de la indigencia y de la pobreza, tiene la misma tendencia creciente. En la Argentina crece el asistencialismo y también la pobreza. Quiere decir que ese asistencialismo no ha servido para bajar la pobreza.