La REM y la Regional Tandilia de Aapresid organizaron una jornada y pusieron el foco en el monitoreo como herramienta imprescindible para la toma de decisiones
En el marco de la jornada organizada por REM junto con la Regional Tandilia en la localidad de Azul, se enfocó la atención en el monitoreo como herramienta básica e imprescindible para la toma de decisiones en el manejo de enfermedades en trigo. Por este motivo se invitó al especialista Ariel Faberi, quien fue encargado de guiar.
El cultivo de trigo es afectado por diversas adversidades bióticas, siendo las enfermedades de origen fúngico las más importantes en el sudeste de la provincia de Buenos Aires. Entre las principales enfermedades que ocupan y preocupan a productores y asesores se menciona principalmente a la roya estriada o amarilla por Puccinia striiformis f sp. tritici y la mancha amarilla por Drechslera tritici repentis. Otras enfermedades que pueden presentarse con diferente presión sobre el cultivo dependiendo de las condiciones de producción y ambientales son la Roya de la hoja o anaranjada (Puccinia triticina), la roya del tallo o negra (Puccinia graminis f sp. tritici) y la septoriosis (Zymoseptoria tritici).
En la jornada se comentaron que entre los aspectos fundamentales para lograr un cultivo sano se debe considerar la selección de la variedad y su perfil sanitario así como la importancia de utilizar semilla “sana” y/o con un tratamiento adecuado con fungicidas para evitar la entrada de inóculo (en el caso de manchas) o lograr protección frente a infecciones tempranas con el uso de ingredientes activos sistémicos.
En la jornada se comentó la importancia del monitoreo, tanto en cultivos sembrados con variedades susceptibles a enfermedades como también de aquellos que presentan un perfil sanitario de buen comportamiento frente a alguna/s de la/s enfermedades prevalentes. En este último caso cobra importancia el monitoreo para detectar quiebre de resistencia a royas. En los cultivos de alto potencial de rendimiento, pero con un perfil sanitario que en general puede presentar susceptibilidad a enfermedades, el monitoreo es clave para la toma de decisiones de control con el uso de fungicidas.
El mensaje que se intentó transmitir a los asistentes es que el monitoreo debe reunir cumplir dos objetivos básicos: eficiente y representativo. De esta manera se debe buscar que en la menor cantidad de tiempo posible (eficiente) se logre un resultado del monitoreo, medido como porcentaje de incidencia o severidad, que refleje adecuadamente el panorama sanitario del cultivo (representativo).
En el planteo de estos objetivos se discutieron cuáles son las preguntas a responder cuando se emprende el monitoreo del cultivo.
¿Cuándo hacer el monitoreo? En trigo, y considerando la secuencia de aparición de enfermedades, se indicó que es importante el monitoreo desde macollaje, por la aparición temprana de roya estriada, hasta llenado de grano, por la aparición tardía que puede tener la roya del tallo.
¿Cómo realizar el monitoreo? El monitoreo debe realizarse de manera homogénea en el lote, sobre todo considerando que roya estriada suele aparecer en rodales o manchones.
¿Qué monitorear? En cada estación de muestreo se deben extraer tallos y extraer las hojas que presenten más de 30% de área verde (es decir, no senescentes) y separar las sanas de aquellas que presenten síntomas (manchas) o signos (pústulas de royas). Deberían extraerse al menos 100 tallos, considerando ampliar el número de tallos en lotes más irregulares (altitud, residuos, labranzas) o superficies extensas.
¿Para qué monitorear? Para poder cuantificar el nivel de cada enfermedad de manera de obtener un valor que nos permita la toma objetiva de decisión de aplicación de fungicidas solo cuando es justificable. En este sentido, debe obtenerse un valor que sea comparable a la variable que se utiliza en el nivel (o umbral) de daño económico que se utiliza para cada enfermedad. En las enfermedades de trigo, la variable utilizada es el porcentaje de incidencia en hoja. Es decir que se deberán contar el número de hojas enfermas/ número de hojas evaluadas * 100.
Los umbrales de daño consideran aspectos biológicos (perjuicio de cada tipo de enfermedad sobre el rendimiento del cultivo, eficacia de control de los fungicidas) y económicos (valor del trigo y costo de aplicación de fungicidas). Por ello los umbrales no son valores estáticos sino que deben considerar estas variables y ajustarse a cada situación. Así lo umbrales para mancha amarilla varían entre 20 y 50% de incidencia en hoja (para situación de alto potencial de rendimiento y bajo costo del fungicida y bajo potencial de rendimiento y alto costo de fungicida, respectivamente). Similarmente, para roya anaranjada los umbrales varían entre 4 y 20%. Para roya amarilla, dado su potencial biótico, su patrón de distribución en las primeras infecciones y para ocasionar una rápida infección del cultivo, los umbrales de daño recomendados suelen ser menores, 1 a 5%.
Otro de los mensajes que se buscó fijar durante la jornada, es el del uso responsable de los fungicidas, usándolos únicamente cuando son necesarios para evitar el impacto ambiental. Por otra parte, se mencionó la importancia que representa el riesgo de generación de resistencia por parte de los patógenos a los fungicidas. En este sentido el uso racional y cuando realmente se justifica su aplicación es clave en el manejo de dicha tecnología.