Sendero Sur, la primera cerveza orgánica certificada de Argentina

Se presentó como edición limitada en 2020 y ahora tendrá ahora alcance nacional: fue sumada por Quilmes a su portafolio. En esta campaña se sembraron 5.000 hectáreas de cebada orgánica certificada

 

Cervecería y Maltería Quilmes hizo hincapié en su constante apuesta por la producción sustentable en el último Día de Campo realizado en su chacra experimental de Tres Arroyos. Y en ese contexto, se destacó que en 2021 la compañía sumó a su portafolio la Cerveza Patagonia “Sendero Sur”, primera cerveza orgánica del país, certificada por ArgenCert.

“Para esta variedad se certificó como orgánico cada uno de los eslabones de los procesos de producción: desde el cultivo de la cebada en el campo, pasando por el malteado hasta la elaboración de la cerveza, permitiendo una rigurosa trazabilidad del producto”, se informó. En lo que va del año, ya hay sembradas 5.000 hectáreas de cebada orgánica certificada.

Tras presentarse como edición limitada en 2020 y sólo a algunos puntos, la variedad orgánica tendrá ahora alcance nacional. “En formato lata, podrá encontrarse en puntos de venta tradicionales y también en tiendas de productos naturales”, explicaron desde la empresa en un comunicado de prensa.

En la parada “Experiencia cervecera” del Día de Campo realizado en Tres Arroyos se podía degustar la cerveza orgánica

“Sendero Sur es una variedad que abrió un camino nuevo para la cerveza a nivel local. Gracias al trabajo que continuamos haciendo junto a productores locales, pudimos disponer de mayor cantidad de materia prima certificada, y así lograr una tirada nacional que pueda ser parte del portfolio estable de la marca para que los seguidores de Cerveza Patagonia puedan disfrutarla en todo el país, todo el año”, explica Giannina Galanti Podestá, directora de Cerveza Patagonia.

Agricultura sustentable

Dentro de su plataforma 100+ Sustentabilidad, Quilmes trabaja bajo cinco compromisos a 2025, y uno de ellos es la Agricultura Sustentable. “Queremos lograr que el 100% de nuestros productores agropecuarios estén conectados, capacitados y fortalecidos. Para esto, trabajamos junto a casi 1.200 productores en proyectos de sustentabilidad mediante la adopción de buenas prácticas agropecuarias para en conjunto cuidar el ambiente e impulsar el desarrollo económico local de las comunidades”, señaló Vanesa Vázquez, gerenta de Crecimiento Inclusivo de Cervecería y Maltería Quilmes.

En tanto, informó que la compañía está comprometida con que el total de la producción de maíz se cultive en zonas que no hayan sido deforestadas y cuenta con una herramienta de inteligencia artificial para el monitoreo satelital de campos a través del mapeo de imágenes satelitales para verificar que no hayan sido deforestados.

En 2020 Cervecería y Maltería Quilmes comenzó un proyecto de agricultura regenerativa a tres años promoviendo buenas prácticas agropecuarias, el cuidado del agua, y la reducción de emisiones, generando un impacto positivo en la comunidad

Otro de los proyectos de la compañía en esta línea fue la primera Maltería basada en el paradigma de la economía circular de la Argentina, enfocada en el malteo de la cebada cervecera con un modelo de reutilización del 100% de subproductos, agua tratada de efluentes y lodos para fertilización ecológica y reconversión eléctrica. Esto hizo posible la creación de una reserva natural en alianza con Fundación Aves Argentinas para el desarrollo de un espacio para el resguardo de la flora y la fauna de la región.

Agricultura regenerativa

En 2020 Cervecería y Maltería Quilmes comenzó un proyecto de agricultura regenerativa a tres años promoviendo buenas prácticas agropecuarias, el cuidado del agua, y la reducción de emisiones, generando un impacto positivo en la comunidad. Para el desarrollo del programa cuenta con el soporte técnico del INTA junto a Soil Capital y Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), especialistas que acompañan la transición de los productores hacia estas prácticas. El proyecto tiene como objetivo recolectar evidencia científica que permita demostrar el impacto positivo de la agricultura regenerativa en la salud del suelo, su contribución a la reducción de emisiones de carbono y la mejora en la rentabilidad.

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