Exportaciones de carne: lo que 2021 nos dejó

El Rosgan analizó los datos y cifras que dejó el año que acaba de despedirse. “Un viaje retrospectivo a tiempos en los cuales ya sea por impericia o por decisión política se ha dañado a un sector que, con la simple no intervención, podría hoy estar transitando otro nivel de desarrollo, evitando la recurrente puja por repartir la escasez”

 

Ya situados en un nuevo año, es tiempo de analizar, con datos concretos, lo que nos dejó el período que acabamos de cerrar. En materia de exportaciones, el 2021 fue por momentos una especie de déjà vu, un viaje retrospectivo a tiempos en los cuales ya sea por impericia o por decisión política se ha dañado a un sector que, con la simple no intervención, podría hoy estar transitando otro nivel de desarrollo, evitando la recurrente puja por repartir la escasez.

Sin embargo, ese déjà vu terminó plasmándose en la realidad, y en mayo pasado volvieron a aparecer decretos y resoluciones intempestivas anunciando cierres de exportaciones, aperturas parciales, cupos, cortes prohibidos, precios cuidados; en fin, una serie de medidas implementadas bajo el argumento de “ordenar el mercado” que no hicieron otra cosa que desordenarlo y generar una enorme pérdida tanto para el sector como para el país en su conjunto.

Analicemos los datos. De acuerdo a las cifras oficiales informados por el INDEC hasta el mes de noviembre, en los primeros 11 meses de 2021 Argentina registró ventas al exterior por unas 428.500 toneladas peso producto de carne vacuna y otras 94.130 toneladas de huesos bovinos, generando en su conjunto ingresos por más de 2.500 millones de dólares, lo que significa una caída de apenas un 8% en volumen, sin cambios en lo que respecta a ingresos totales, en relación a lo registrado en igual período, un año atrás.

A la luz de estos datos, las restricciones a la exportación impuestas desde el mes de mayo, en principio, parecieran no haber causado un efecto tan contundente sobre los volúmenes embarcados. Sin embargo, un dato que está velando en parte el verdadero efecto causado es la cantidad de huesos bovinos que están siendo exportados dentro del complejo. Se trata de un producto que -a valores de noviembre- aporta unos U$S 2.200 por toneladas contra cerca de U$S 6.700 del resto de los cortes de carne y que en 2021 prácticamente ha duplicado su volumen (+95%), pasando de 48 mil a 94 mil toneladas de un año a otro.

Si limitamos el análisis a la carne vacuna propiamente dicha, la caída del volumen exportado en los primeros once meses del año asciende al 18% anual. Más aún, si a los efectos de analizar el impacto de las medidas implementadas, la comparación la realizamos considerando los volúmenes embarcados a partir del mes de mayo, la caída asciende al 27,5% interanual en lugar del 8% que muestran las estadísticas totales.

Exportaciones totales de carne vacuna, expresadas en toneladas peso producto, en base a datos de INDEC

Pero además del velo generado por la integración de los huesos bovinos al total exportado y del período analizado, existe otro factor que, de algún modo, también amortigua el impacto real generado por estas medidas sobre los ingresos totales. Nos referimos al fenomenal incremento de precios capturado durante el último año, en relación a lo negociado en 2020.

El valor promedio de todo lo vendido en los primeros 11 meses del año -incluyendo huesos asciende a U$S 4.827 por tonelada, casi un 10% superior a los valores registrados en igual período del año pasado, variación que estaría más que compensando la caída registrada en volumen.

Por tanto, cuando se analiza el ingreso de divisas generado este año, escuchamos decir que Argentina “no ha desatendido ninguno de sus mercados” y que, a pesar del menor volumen exportado, el nivel de divisas liquidado por el sector fue similar al registrado en 2020. En rigor, el ingreso de divisas resultó incluso levemente superior al registrado en igual período de 2020, aportando cerca de 2.530 millones de dólares.

Sin embargo, lo que no reflejan estas cifras es lo que Argentina ha dejado de generar, producto de las restricciones impuestas por el Gobierno sobre el sector exportador desde el mes de mayo.

Sabemos que desde entonces (mayo-noviembre), Argentina exportó unas 325 mil toneladas totales, incluyendo huesos. Esto equivale a unas 78 mil toneladas menos que lo exportado en igual período de 2020. Si valorizamos tan solo este tonelaje por el precio promedio registrado durante dicho período (U$S 5.232 por tonelada), estamos hablando de una pérdida de ingresos para el país de unos 408 millones de dólares en tan solo siete meses.

Asimismo, también sabemos que la tendencia que marcaban los primeros meses del año -previo a la intervención- nos permitía proyectar un volumen de ventas muy superior al registrado en 2020 para el resto del año. Ante un mercado internacional fuertemente demandado, producto de la recuperación de los niveles de consumo tras el primer impacto de la pandemia y con una oferta ciertamente limitada para responder a este crecimiento, Argentina tenía todo para tomar partida de esta excepcional situación.

En efecto, en los primeros cuatro meses del año (enero-abril) las ventas al exterior marcaban un volumen 19% superior al registrado durante ese primer cuatrimestre de 2020.

Por lo tanto, si extrapolando esa tendencia computáramos además a ese mismo valor (U$S 5.232 por tonelada) al volumen que potencialmente dejamos de capturar en dicho período (unas 155 mil toneladas), el ingreso de divisas que ha perdido el sector y el país en su conjunto asciende a más de 800 millones de dólares.

Una vez más, viejas recetas que parten de hipótesis complemente erróneas como la de suponer que limitar al mercado exportador redundaría en algún tipo de beneficio para el mercado doméstico, terminan derrumbándose por el peso de los datos.

Hoy sabemos que, además de la pérdida generada en materia de exportaciones, lo que se adoptó bajo el argumento de controlar la suba de precios de la carne que llega a “la mesa de los argentinos” tampoco fue conseguido.

De acuerdo al último relevamiento de precios minoristas realizado por el IPCVA (Instituto de Promoción de Carne Vacuna Argentina) al mes de diciembre, el valor promedio de los distintos cortes de carne vacuna consumida por los argentinos se vio incrementado en más de un 60% en el último año, unos 10 puntos por sobre el incremento general de precios con el que, se estima, cerrará 2021. (Rosgan)

 

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