Con una cosecha estimada en 1.200.000 kilos de miel, la actividad generó ingresos por casi 3.600.000 dólares en 2021. “A eso hay que sumarle, y es lo más importante, el aumento de la producción agrícola por el servicio de polinización”, dice Rubén Vacca. El buen precio internacional del último año generó un florecimiento de la apicultura en la zona, se sumaron nuevos productores y hay demanda por la realización de cursos
Con alrededor de 40.000 colmenas declaradas en la zona, una producción que en 2021 se estima que rondó 1.200.000 kilos y un precio de tres dólares por kilo, la miel volvió a endulzar a los apicultores de Tres Arroyos y la actividad tuvo un florecimiento. “Son varios factores los que se han dado para que el número de productores se esté incrementando y la apicultura esté creciendo en la región. Es más, tenemos demanda para hacer cursos, que normalmente los realizamos con el Centro de Formación Profesional y la Escuela Agropecuaria”, explica Rubén Vacca integrante de la Cámara de Apicultores y referente desde hace muchos años de la actividad.
“Es muy interesante observar cuál es el aporte de la apicultura a la zona. La última cosecha de miel, estimada en 1.200.000 kilos, a Tres Arroyos ingresó por la venta del producto unos 3.600.000 dólares. Es dinero que el apicultor utiliza acá”, asegura.
“Pero más importante es el aumento de la producción agrícola que genera la apicultura, por el servicio de polinización que representan las abejas en los cultivos. Hay un aumento en la producción cuando las colmenas visitan esos cultivos y eso genera un ingreso mucho más importante que lo que entra por la miel”, agrega.
En este sentido, si bien Vacca aclara que “es muy difícil de cuantificar el impacto que tiene la abeja sobre los cultivos”, explica que “hay trabajos que demuestran que el aporte de la polinización es muy importante. El impacto es sobre el girasol, las pasturas, la colza, la vicia; y el maíz también es muy visitado por las abejas”.
En Tres Arroyos hoy hay entre 90 y 100 apicultores. Si bien el número de productores venía en baja, desde fines de 2020 el buen precio de la miel y la producción lograda hizo que se revirtiera la tendencia y la cifra comenzara a aumentar. “Una miel de tres dólares, con una producción razonable como hemos tenido en 2021 ayuda mucho a que la actividad progrese”, dice Rubén.
Además, Vacca destaca que la apicultura “es una producción netamente artesanal, entonces genera mucha mano de obra”. Y agrega: “Sumado al impacto que genera por el consumo de combustible, las reparaciones y el mantenimiento de los vehículos, las salas de extracción, que tienen que estar habilitadas por lo tanto tienen que estar en buenas condiciones, y demás”.
Otra de las fortalezas que marca Vacca sobre la apicultura es que “no genera ningún tipo de contaminación”, una cuestión que hoy en día es mucho más valorada que en tiempos anteriores. “La miel es un producto natural, sin ningún proceso, sólo incluye el proceso mecánico de la extracción. Pero no se usa nada para conservarla. Es un producto natural de muy buena calidad”, indica.
La Cámara
Los apicultores de Tres Arroyos están representados por la Cámara, una entidad gremial que se formó en agosto de 1974, y está adherida a la Sociedad Argentina de Apicultores (SADA) e incluso integra la comisión directiva y el Consejo Federal. “Tenemos herramientas gremiales muy importantes y es fundamental el trabajo que se hace en ese sentido”, explica Vacca.
Uno de los objetivos que tiene la Cámara para este 2022 es adherirse a la Sociedad Rural de Tres Arroyos. “Hemos recibido la invitación por parte de la entidad y creo que es el lugar al que nos corresponde pertenecer. Anteriormente estábamos en la Cámara Económica, pero es una cámara comercial, nosotros somos de producción”, cuenta.
Colmenas geolocalizadas
El vínculo con la Sociedad Rural es bueno y ya data de varios años. Incluso hace pocas semanas gracias a un trabajo en conjunto que llevaron a cabo ambas entidades y la Secretaría de Producción se realizó la geolocalización de las colmenas. “Es un plano en el que están ubicados todos los colmenares, identificados con el nombre del apicultor, el número del Renapa, el teléfono y están geolocalizados. Esto permite trabajar en forma coordinada con los aeroaplicadores y los aplicadores para evitar inconvenientes”.
Vacca aprovecha la oportunidad para aclarar que los apicultores “no estamos enfrentados con los productores, todo lo contrario”. “Estamos agradecidos de los productores que nos abren las tranqueras de sus campos. Y por supuesto que sabemos que tienen que aplicar los productos para salvar sus cultivos. Nosotros lo único que pedimos es que nos avisen cuando vayan a realizar las aplicaciones y que utilicen los productos aprobados”.
Y completa: “El mapa de geolocalización de las colmenas es una ayuda importante para ordenar y facilitar la realización de las aplicaciones”.
Eugenio Simonetti, presidente de la Sociedad Rural de Tres Arroyos, también se refiere al convenio firmado entre las dos entidades. “Es una propuesta novedosa que incluye a los apicultores y los aplicadores de productos: vamos a tener una referencia satelital de las colmenas que hay en el partido de Tres Arroyos. Así sabrán al momento de aplicar dónde tienen que tener cuidado. Es muy novedoso a nivel de la provincia de Buenos Aires y en definitiva estamos trabajando en cuidar el medio ambiente”, explica.