Una encuesta de Zorraquín + Meneses sobre expectativas empresarias arrojó que si bien el 90% de los productores consultados tiene una mirada pesimista respecto a cómo será el año del país, el 67% muestra cierto optimismo en cuanto a transitar de su empresa en este 2022. El resultado parece reflejar que los empresarios del agro desarrollaron una habilidad para navegar en la incertidumbre y en entornos complicados
El clima adverso, la falta de políticas que incentiven la producción y el aumento de los costos forman parte del paisaje que está habituado a ver el productor agropecuario en cada comienzo de año y de campaña. En ese contexto que se repite parece haberse capacitado para navegar en las tormentas y obtener resultados. Esa podría ser una lectura de la encuesta realizada por Zorraquín + Meneses en el mes de enero sobre las expectativas empresarias para este 2022.
El sondeo entre productores agropecuarios arrojó que tienen una fuerte mirada pesimista sobre cómo le irá al país en 2022, pero son más optimistas sobre el resultado de sus empresas. Esta contradicción parece explicarse por la vocación en el caso de los productores por sobreponerse a las dificultades, como la última sequía y el escenario económico.
Desde la consultora explicaron que “para tener un termómetro del ‘humor empresario’”, decidieron realizar dos preguntas: ¿cómo cree que le irá al país? y ¿cómo cree que le irá a su empresa?, que fueron respondidas por 575 personas. “No pretende esta consulta tener el rigor estadístico que una encuesta profesional requiere, pero sin duda refleja lo que muchos empresarios del agro hoy perciben”, aclararon respecto a los resultados.
– El 44,3% posee una percepción pesimista y el 42,3% medianamente pesimista sobre la evolución esperada del país para este año. O sea que sólo un 13% tiene una mirada con sesgo optimista. Este valor coincide con otras encuestas realizadas en el mercado.
– El 9,6% posee una visión optimista y el 57% una medianamente optimista sobre cómo le irá a su empresa en este año. El vaso medio lleno muestra que casi el 67% muestra cierto optimismo, pero el medio vacía muestra que más de un 33% tiene una mirada con sesgo pesimista.
Consideraciones
“En las respuestas seguramente hay muchos factores que influyen (preferencias políticas, indicadores de la economía, indicadores sociales, presión fiscal, impacto del clima, situación financiera, acceso al crédito, costo laboral y diversas situaciones personales) con lo que no se pretende explicar cuál es más relevante, sino sólo mostrar una gran radiografía”, indicaron desde la firma, de Teo Zorraquín y Alejandro Meneses.
“Pero a grandes rasgos, suena contradictorio que con casi el 90% de la muestra indicando algún rasgo de pesimismo respecto a lo que sucederá en el país, haya ‘solamente’ un 33% que tenga una mirada pesimista sobre la empresa en la que se desenvuelve. ¿Qué pasa con el otro 67%? ¿Es un rasgo de inconciencia? ¿O refleja que parte de los empresarios y su gente han desarrollado una cierta pericia para navegar en la incertidumbre y en entornos complicados?”, analizaron los consultores.
“Por suerte, muchas empresas están dispuestas a seguir jugando el partido a pesar del mal clima. Esto ayudará a sostener empleo y generar divisas en un año complicado. Lo que da pena es que cuando reina el pesimismo sobre la macro y sobre la política, se generan lucros cesantes, hay cosas que no se hacen, producciones que caen, inversiones que se frenan y empleo que no se genera”, agregaron entre sus reflexiones finales sobre el sondeo.