La seca y el calor dejaron sus huellas en el trigo

Se publicaron los resultados de la Red de Ensayos Territoriales (RET) de la CEI Barrow de la campaña 2021/22 y los rendimientos fueron inferiores a la media de los últimos 10 años producto del estrés hídrico y el golpe de calor durante el período crítico del cultivo. El análisis del ingeniero Francisco Di Pane

 

En la Chacra Experimental Integrada Barrow, la campaña triguera 2021/22 fue atípica por lo desfavorable que resultó a lo largo de todo el ciclo del cultivo. Tras el procesamiento de datos y el análisis de cada parcela de trigo pan cosechada en el marco de la Red de Ensayos Territoriales (RET) de la experimental, el ingeniero Francisco Di Pane, encargado del estudio, fue contundente: “Hace 20 años que estoy en la Chacra y nunca habíamos tenido un año como el que pasó. Y eso se vio en los resultados, los rendimientos fueron inferiores a la media de los últimos 10 años producto del estrés hídrico y el golpe de calor durante el período crítico del cultivo”.

Di Pane es el responsable del programa de Mejoramiento Genético de trigo pan en la Barrow y quien conduce la RET, que en cada campaña está conformada por todas las variedades que los criaderos recomiendan para la zona. “Cada material se siembra en dos épocas distintas y con y sin fungicidas, así que por cada variedad tenemos cuatro ensayos”, explicó.

La campaña 2021/22 de trigo pan en la Chacra tuvo como característica el estrés hídrico desde antes de la siembra hasta la cosecha. “Desde que yo estoy acá hemos tenido sequías intensas, como en 2006, en 2007 que además hubo una helada tardía muy importante, y en 2009. Pero esta vez se dio una acumulación de cosas que generaron un resultado pobre”, indicó respecto a lo ocurrida en las parcelas sembradas en la experimental.

“Sólo pocas semanas durante el macollaje (septiembre) las reservas hídricas estuvieron en el nivel de ‘adecuadas’, antes de ello y sobre todo desde encañazón hasta madurez, la falta de lluvias produjeron un estrés que se acentuó hacia final de octubre cuando en espigazón-floración las temperaturas máximas durante cinco días consecutivos superaron los 32°C”, describió el ingeniero.

La campaña 2021/22 de trigo pan en la Chacra tuvo como característica el estrés hídrico desde antes de la siembra hasta la cosecha

“Las escasas reservas hídricas y el golpe de calor redujeron el potencial del tamaño de grano y el número de granos por espiga, lo cual determinó una reducción del rendimiento potencial y un grano más pequeño pero con buen peso hectolítrico”.

En tanto, el cultivo fue afectado por una aparición de roya estriada de forma tardía “pero importante para los cultivares susceptibles y que requirieron una aplicación”.

“En algunos lotes apareció el virus del mosaico estriado, que luego de la encañazón tendió a desaparecer”, agregó.

“El cultivo no tuvo nunca buenas condiciones para expresar rendimiento, eso ocurrió acá en la Chacra y en la mayoría de la zonas con tosca. En la mayoría de los casos fueron los rindes fueron los menores de los últimos 12 años”, completó el ingeniero.

Genética y manejo

Dentro de su análisis, Di Pane también ofrece la mirada del “vaso medio lleno” de la campaña triguera. Producto de la evolución genética que han tenido las variedades en los últimos años, y también de la mejora en el manejo por parte del productor, el impacto de las condiciones climáticas fue atemperado.

“Juegan los dos factores. Hay una evolución genética y también está el mejoramiento en el cambio del manejo del cultivo. Como la incorporación de mayor superficie de siembra directa -que te ayuda a reservar más agua- y el ajuste de la fertilización hacen que el cultivo responda un poco más ante una situación de estrés”, concluyó.

Para ver los resultados de todas las parcelas de la RET de Trigo Pan de la CEI Barrow clickeá acá.

 

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