Elena Molfese, una vida de laboratorio

La ingeniera es la responsable técnica del Laboratorio de Calidad Industrial de Granos de la Chacra Experimental Integrada Barrow, referente nacional e internacional en el análisis granario. La agrónoma, con más de tres décadas de experiencia, repasa su trayectoria y la de la dependencia que este año llegará a su 60 aniversario

 

A lo largo de sus 98 años de historia, la Chacra Experimental Integrada Barrow (MDA-INTA) ha trascendido por sus líneas de trabajo, por la labor de su personal y por su constante aporte al medio agropecuario. Entre todos los servicios con los que dispone se encuentra el  Laboratorio de Calidad Industrial de Granos, que se convirtió en faro y referente en la temática a nivel regional, nacional e internacional. Fue creado en 1962 y es otro motivo de orgullo para la institución.

La ingeniera agrónoma Elena Molfese es la actual responsable técnica del Laboratorio. Ingresó a la Chacra hace 34 años y elaboró casi toda su carrera profesional en lo que considera “un lugar muy especial”.

“Luego de recibirme en la Universidad Nacional del Sur hice una suplencia en lo que era Molinos Río de la Plata, planta de Tres Arroyos. Antes había realizado también trabajos de cosecha en la Cooperativa Agraria”, comienza a recordar.

“Posteriormente, allá por el año 1987, fui a ver al ingeniero Julio Catullo, porque me comentaron que en la Chacra necesitaban gente en el Laboratorio. Por su intermedio me contactó con el ingeniero Gilberto Kraan (por entonces director de la Chacra) quien fue directamente a la casa de mis padres y me propuso comenzar a trabajar porque había visto mi currículum y las notas que había tenido en la facultad”, detalla Molfese, contando cómo era el ingreso a la actividad laboral en esos tiempos.

De este modo, al seguir con sus recuerdos, la ingeniera bucea en los que fueron aquellos primeros pasos: “Bajé del micro, no conocía a nadie pero ya me estaban esperando y  me presentaron al ingeniero Manuel Dean, quien estaba a cargo del Laboratorio. Trabajé ocho meses ‘ad honorem’ y aprendí a realizar análisis de semillas, selección por mejoramiento, tanto en trigo pan, candeal y avena. Empecé de cero, aprendiendo a limpiar las muestras, haciendo las cosas básicas”.

Molfese en plena tarea de relevamiento de muestras en el Laboratorio. La técnica hace 34 años que se desempeña en la Chacra

Luego de ese período, Molfese ingresó como personal profesional del Ministerio de Asuntos Agrarios de la Provincia de Buenos Aires, actualmente llamado Ministerio de Desarrollo Agrario. En ese sentido, al consultarle sobre cómo era trabajar en esos tiempos, Molfese expresa que “los análisis eran prácticamente los mismos a los actuales, han cambiado algunas cuestiones metodológicas en cuanto al uso de equipamiento, que han ido evolucionando con el tiempo, pero los análisis eran  muy similares a los que se hacen ahora”.

Sólo marca una diferencia en lo referente a la cantidad de personas. “Había muchos analistas y en algún momento llegamos a ser tres profesionales, con  un plantel de ocho o nueve personas en total.  Después de retiros voluntarios, jubilaciones y renuncias, ese número se redujo y actualmente somos cinco integrantes: tres analistas y dos profesionales”.

Las huellas

Al momento de recordar a las personas que han marcado su trayectoria profesional, Elena se toma su tiempo para no omitir a ninguno que haya sido muy importante según su óptica. “El ingeniero Dean fue quien me acercó a los análisis del Laboratorio, tengo el mejor recuerdo de él porque fue muy importante para mí por la formación que me dio, siempre pregonando el trabajo con responsabilidad y lealtad. El ingeniero Héctor Carbajo fue otro gran referente, una belleza de persona”.

También mencionó a la ingeniera María Laura Seghezzo, a quién consideró “siempre muy cercana, muy compañera, con quien recorrimos muchos lugares juntas, siempre apostando a difundir la calidad”.

A su vez, recordó al ingeniero Kraan: “Con él salíamos de recorrida cada campaña por las localidades de la región y hemos dado hasta 10 charlas en un mismo año. Además, tengo el mejor recuerdo porque fue quien me dio la oportunidad de ingresar a trabajar a la Chacra”.

“En tantos años de trabajo han pasado por este lugar muchas personas que  también dejaron su sello y colaboraron para mantener el prestigio”, agregó.

El Laboratorio tiene su propia esencia dentro de la Experimental. Elena reconoce que “hay un sentido de pertenencia. Hay mucho compañerismo. Nosotros pasamos más de ocho horas trabajando en forma conjunta y prácticamente estamos más tiempo acá que en nuestra casa”.

Molfese describe al Laboratorio como un punto neurálgico, “por acá pasan muestras e inquietudes de muchos profesionales de la Chacra. Los análisis de todos los granos se hacen en el Laboratorio, entonces es un lugar de consulta permanente”.

Trabajo es lo que sobra

Actualmente en el rol de responsable del lugar y trazando un paralelismo con tiempos anteriores en cuanto a la conducción del área, Molfese señala que “cambiaron algunas cosas, hay mucho más de gestión, lo que te obliga a estar mucho más tiempo frente a una computadora. Ahora cada decisión que se toma, cada compra que se hace, hay que hacerlo a través de un sistema. Cambió la forma de trabajo”.

Orgullosa, la técnica cuenta que el Laboratorio está abocado a muchas líneas de trabajo. Entre ellas, explica “trabajamos en trigo pan, candeal, avena, cebada, girasol, colza. Se está tratando permanentemente de aggiornarse a los tiempos, teniendo un equipamiento de primera. En el último año, 2021, a través del Ministerio de Desarrollo Agrario de la provincia se incorporó un equipo de última tecnología para determinar gluten”.

Elena se formó con el postgrado de Magister en Calidad Agroalimentaria de la Universidad del Salvador. “Eso me dio las herramientas para que desde el año 2008 fuera la encargada de implementar una norma de aseguramiento de calidad, que permite que los resultados emitidos por el Laboratorio se pueden cotejar con cualquier parte del país y del mundo por lo que puedo decir con orgullo que podemos hacer una trazabilidad perfecta de una muestra que entra en el Laboratorio”, indica Molfese.

De este modo, se puede destacar la participación del Laboratorio en proyectos de valor agregado, redes de calidad e inocuidad.

También resalta que “por 18 años hicimos el relevamiento de calidad de trigo pan. Comenzamos en el año 2000 gracias a la colaboración de todos los extensionistas de toda el área del Centro Regional Buenos Aires Sur que nos proveían de muestras de productores. Fuimos haciendo un mapa anual de la calidad del trigo pan, identificando la calidad de los cultivares”.

La ingeniera Elena Molfese junto empresarios italianos durante una visita al Laboratorio de la Chacra

“La vinculación con otras instituciones del ámbito público y privado también han sido una constante a lo largo de los años. El trabajo que hacemos con el INTA Castelar, Marcos Juárez, la Cámara Arbitral de Cereales de Bahía Blanca y  varias universidades es muy bueno y estamos en permanente contacto. Por años también tuvimos un convenio con  la industria semolera y candealera con la premisa de obtener cultivares de calidad. Un punto fuerte es la formación de  alumnos de diferentes niveles y también la dirección de tesis de grado y postgrado. Molinos, profesionales, productores forman parte de nuestros clientes y así cubrimos gran parte de la cadena de trigo”, agrega.

Otro motivo de satisfacción más para Elena es que pudo integrar la Comisión Académica del Congreso Nacional de Trigo que se realizó en octubre de 2021.  Tantos años de trabajo se vieron plasmados en la convocatoria de los científicos más importantes y se logró obtener la mejor respuesta.

“Se hacen muchas actividades y por eso quiero rescatar el esfuerzo y el compromiso de todas las personas que trabajan aquí para que las cosas se hagan de la mejor manera conformando un equipo”, agrega a modo de reconocimiento.

Orgullo

En este momento el plantel de analistas del Laboratorio está integrado por Mauricio Capristo, Eugenio Errea, Oscar Wehrhahne, y desde enero se incorporó como profesional el ingeniero agrónomo Raúl Corral. Además, este año será de festejos ya que el Laboratorio cumplirá 60 años de actividad.

Por último, la ingeniera Molfese elaboró una reflexión final sobre su relación con la Chacra Experimental Integrada Barrow. “Todo lo que he adquirido en mi vida profesional se lo debo a la Chacra, es un lugar en donde la paso muy bien y que te permite crecer. Realicé una maestría, me perfeccioné y conocí gente de diferentes lugares, el Laboratorio está muy bien visto en todas partes, es un orgullo trabajar acá”.

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