La gran noticia de la primera venta del año de Rústicos fue que los compradores premiaron la calidad de la ternerada ofrecida. En Río Cuarto, el martillo de Roberto Mondino comercializó casi 8.300 cabezas de 41 remitentes que conformaron una oferta con gusto a exposición. “El gran mérito de este grupo es que ha juntado la genética de punta con el ganadero comercial”, destacó Alfonso Bustillo, presidente de la Asociación Argentina de Angus
“Fue un remate extraordinario, así de sencillo, se pagaron muy buenos valores porque la hacienda se lo merecía. Fue una fiesta de la ganadería y del laburante del campo. Lo que se hizo fue vender trabajo”, dice Hugo Elorza, productor de la localidad cordobesa de Del Campillo y uno de los 46 compradores que tuvo el Especial del Destete.
“Estoy muy conforme con la venta. Y me parece muy bueno lo que se vio en este remate, que es que se está buscando calidad. Vos podés dar un montón de plazo, pero si no ofrecés calidad la gente no lo quiere. Acá sabían que la iban a encontrar”, explica Teresa Guelfo, criadora de la zona de Dolores, titular del establecimiento El Bosque y vendedora de un lote de 110 terneros en Río Cuarto.
“Tuvimos un remate de estrellas. Toda la hacienda era un lujo. Había terneros de ocho meses que pesaban 250 kilos, eso habla de genética y de lo que es la raza Angus”, asegura Alfredo Mondino, fundador de la casa consignataria que como desde 2017 tuvo a cargo las ventas del evento de Rústicos.
“Rústicos tiene una gran virtud, haber juntado a toda la cadena de producción ganadera, y en la que la genética tiene presencia muy fuerte. Eso lo vemos en las cabañas que hacen genéticas de alto vuelo y en los remates de invernada como este, con semejante calidad de terneros”, analiza Alfonso Bustillo, presidente de la Asociación Argentina de Angus.
Son cuatro de las voces que sonaron tras el último martillazo que dio Roberto Mondino en el restaurante del Golf Club de Río Cuarto el miércoles para dar por finalizada la venta de 8.300 terneras y terneros en apenas dos horas y media, en lo que fue el Especial del Destete, el primer evento del año de Rústicos. Y si bien representan a cuatro distintos actores del negocio, apuntaron a lo mismo: a la carga genética que tuvo el remate.
Diversidad
Con 38 de los 41 remitentes de la provincia de Buenos Aires (La Pampa y Santa Fe completaban la oferta) uno de los objetivos que se había planteado Rústicos en este cuarto Especial del Destete era poner a disposición de los compradores una oferta homogénea en calidad pese a tratarse de terneros criados en zonas de características bien distintas. El denominador común era que se trataba de tropas con genéticas logradas luego de muchos años de inversión.
“Acá quedó demostrado que apostar por un proyecto ganadero y hacer las cosas con amor y pasión tiene sus resultados. Invertir, seleccionar, trabajar y perseverar transforma en realidad el objetivo buscado, que es lograr el buen Angus, con la impronta de cada criador. Pero vimos que eso es una realidad, terneros de ocho meses con 270 kilos, o terneros espectaculares de zonas de médanos, ahí está reflejada la inversión”, dice Sergio Amuchategui.
El orden de venta, compuesto por 75 lotes organizados por kilaje, también tenía información sobre la hacienda. En cada uno constaba el origen, aspectos sanitarios, el desbaste, entre otros. Para los protagonistas, eso terminó siendo un valor agregado. “Tener genética informada en los terneros es muy bueno, saber el origen, qué cabaña vendió los reproductores, de dónde viene ese ternero, sin duda que es información que el invernador cada vez la paga más”, indica Bustillo.
Misión cumplida
Roberto Mondino, que durante el remate dio una clase de martillo y defendió cada lote como el último, no tiene dudas: “El que vendió puede estar tranquilo que vendió bien, y el que compró también”, sentencia. “Hay que defender la hacienda porque acá hay mucha inversión, cada productor para tener un ternero de estos ha puesto mucho amor y trabajo, hay rodeos con 30 o 50 años de inversión de genética, de ir mejorando año a año. Y acá está el producto”.
Otro de los aspectos que quedaron a la vista en Río Cuarto es que Rústicos y Alfredo S. Mondino siguen traccionando para que la inversión y el esfuerzo que pone cada criador en lograr sus productos sean reconocidos. Está dicho lo del catálogo, hay que sumarle las filmaciones de los lotes, con un trabajo muy cuidado y profesional; y el desempeño comercial de la consignataria cordobesa.
“Tuvimos 8.500 terneros y terneras de genéticas que eran de una exposición, y cuando los juntas con la demanda, con el despliegue de nuestro equipo comercial, se da un rematazo como este”, asegura Roberto.
Del cierre se encarga Amuchategui: “En un remate uno pone a consideración de los compradores lo que cría. Y en Córdoba, los valores que se dieron fueron un ‘10, felicitado’. Ese es el merecido premio para los criadores”.
La inversión, la genética, se paga. Y está muy bien que así sea.