Ganadería: de la tranquera para afuera, todos los números son delicados

El criador hoy tiene una elevada participación en el precio final del novillo. Los precios actuales del gordo y la invernada están en el nivel más alto desde 1960

 

En los últimos tres años (2019-2021), el precio real del novillito en Liniers toca un máximo anual entre diciembre y febrero.

A partir de marzo, durante siete meses consecutivos cae, para rebotar vigorosamente en noviembre.

El precio del gordo liviano sube un primer escalón en noviembre, otro en febrero y marzo, y a partir de ahí retrocede a lo largo del año.

Los precios actuales del ganado (gordo e invernada) están en el nivel más alto desde 1960; superando incluso los precios de los años 2010-2011, a la salida de la anterior depredación de la ganadería K.

Con una inflación que tiende a acelerarse, a priori costaría en los próximos meses mantener estos valores a moneda constante. No obstante, la oferta ganadera es escasa; por la ventana semicerrada de la exportación entra un viento muy fuerte –valores FOB 35/40% más altos que un año atrás–, y el consumo interno ha dado reiteradas muestras -vía precios de la carne- que no está dispuesto a reducir más la ingesta.

Se escucha: “el consumo no puede pagar más, el novillo Hilton pesado vale más que en Estados Unidos o Europa”, pero estos argumentos no sirven: hay poca hacienda para la capacidad instalada de exportación y consumo, y eso no se va a modificar este año ni tampoco el próximo.

Todos los márgenes de la tranquera en adelante están comprimidos o en rojo, teniendo hoy el criador una participación elevadísima en el precio final del novillo.

Mientras la inflación amenaza con deslucir este panorama tan halagüeño para los ganaderos en nuestro país y en el mundo, muchos analistas vislumbran un panorama post-Covid 19 y post-guerra muy favorable para la carne vacuna.

Stock

Según un documento recientemente difundido por la Comisión Provincial de Sanidad Animal (Coprosa), en la segunda campaña de vacunación contra la aftosa 2021, terminada en diciembre último, se vacunaron 30,03 millones de cabezas, inoculándose todo el rodeo nacional menos vacas y toros.

En la segunda campaña 2020 se habían inoculado 30,10 millones de animales menores, lo que revela que durante el último año estas categorías del stock cayeron un 0,6%. Hay que destacar que como faltan contabilizar algunas actas de vacunación, el dato definitivo podría mostrar una caída mínima con respecto al 2020.

Durante el año 2021, la faena de ganado cayó más de un millón de cabezas, por lo que se esperaba que ante una caída tan significativa de la extracción, el stock ganadero -que se redujo en el 2019 y en el 2020- a fines del año pasado al menos dejara de caer.

Esta mínima reducción del rodeo que muestra la segunda vacunación 2021 estaría más en línea con lo que esperaba la mayoría de los analistas, pero se contradice con los datos de stock ganadero al 31 de diciembre pasado. En ese momento reveló una baja del 1% en el rodeo nacional.

Sea una relativa estabilidad, como parece mostrar la vacunación, sea una caída moderada, como arrojaría el cálculo oficial de stock que ha trascendido, lo cierto es que la cantidad de ganado bovino no está creciendo. Pueden preverse -para fines del 2022- caídas en el stock, como consecuencia de la seca y la ola de calor que afectó en diciembre-enero más de un tercio de las existencias nacionales.

Cabe destacar, comparando la segunda vacunación de 2021 con la segunda de 2020, se observan ligeros aumentos en Buenos Aires, Santa Fe, Corrientes, La Pampa y Formosa, y caídas en Santiago del Estero, Chaco y Salta, tres provincias que en conjunto ven reducir su stock -antes de la seca de diciembre-enero- en un 9%.

Por Ignacio Iriarte / analista del mercado ganadero / Agrovoz

 

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