Gutiérrez se escribe con G AnGus

“Uno nunca se acostumbra a ganar”, dice Horacio Gutiérrez, fundador de la emblemática cabaña Tres Marías, referente de la raza más importante de la Argentina y que en la Expo de los 100 años obtuvo la Gran Campeón Centenario Hembra, el Reservado Gran Campeón Macho Negro, el Mejor Ternero Negro y el segundo Mejor Ternero Colorado

 

Todo terminó teniendo lógica. Era la Exposición de los 100 años de Angus y las cuatro generaciones de lo Gutiérrez estaban abrazadas en la pista indoor montada en uno de los galpones de Palermo, predio que tantas veces los vio ganadores. “Uno no se acostumbra a ganar. Esto es como un partido de fútbol, querés ganar todos los que jugás. Y para nosotros estos logros son una gran satisfacción”, resumió Horacio Gutiérrez con la emoción impregnada en la mirada.

A cinco meses de cumplir 90 años, el fundador de la cabaña Tres Marías, la que más Grandes Campeones Angus obtuvo en la Exposición Rural de Palermo, se daba el gusto de ver celebrar a sus bisnietos un nuevo gran campeonato. Esta vez con un sabor muy particular: los Gutiérrez lograron la Gran Campeón Hembra Centenaria, con una vaca negra que, según definió su hijo Francisco “Bohemia es larga, profunda, femenina, con la musculatura justa. Es el animal que uno dice: ‘una vaca tiene que ser así’. Y así es ella”.

Y grande era la emoción de Francisco por el premio, pero más aún por haber visto a sus padres abrazados en la pista. “La pandemia nos había quitado esto, pero en esta fiesta grande de Angus lo recuperamos. Y la felicidad es enorme, sobre todo porque mi madre hace algunos meses tuvo una complicación importante de salud”, explicó.

En la Expo del Centenario, Tres Marías además de la Gran Campeón Hembra, obtuvo el Reservado Gran Campeón Macho Negro, el Mejor Ternero Negro y el Segundo Mejor Ternero Colorado. “De los cuatro campeonatos, ganar tres y salir reservado en otro, fue algo para destacar y muy especial porque era la exposición de los 100 años y se mostró la mejor genética argentina. Estamos muy contentos, más de lo que logramos no podemos pretender”, aseguró Horacio, quien fundó la cabaña hace 65 años, y se transformó en un faro de la raza.

“Creo que lo que vivimos en esa exposición es un corolario a todo el trabajo que venimos haciendo desde hace mucho tiempo, y que tantos premios nos ha hecho ganar”, explicó.

“Si usted mira los antecedentes de esta vaca, observará que el padre fue dos veces Gran Campeón de Palermo, la madre fue Gran Campeón también, y lo mismo el abuelo por parte de madre. Y es genética 100% Tres Marías. Así que realmente estamos muy contentos por cómo se está expresando nuestra genética”, agregó.

“Estamos exportando a Canadá, a Estados Unidos, a México. En toda América del Sur la genética de Tres Marías ha ganado los grandes campeonatos de las exposiciones más importantes, y eso nos llena de satisfacción. Porque yo le he dedicado mi vida a esto”, completó Horacio.

Gran Campeón

Este año, cuando a fines de julio se ponga en marcha una nueva edición de la Exposición Rural de Palermo, Horacio anotará su visita número 75 al predio. Llegó a La Rural acompañando a su padre, y desde aquella ocasión tiene asistencia perfecta. En la Exposición del Centenario de la raza por la que tanto trabajó estuvo secundado por sus hijos, sus nietos y los bisnietos.

Gutiérrez porta una historia de vida y de trabajo que comenta con emoción y generosidad. “Como expositor empecé a venir en el año 1961. Siempre trayendo Aberdeen Angus, aunque algunas pocas veces hemos venido con Brangus. Tenemos 24 Grandes Campeones de Palermo, que es el record  para cualquier raza de carne. Es una gran satisfacción”, sintetizó.

Horacio Gutiérrez, fundador de Tres Marías hace 65 años, se abraza a su esposa en la Expo Centenario de Angus

Obviamente hay una innumerable cantidad de otros premios de raza, pero destaca los 16 Premio Banderín a la mejor cabaña del año. “Eso también es un record. No hay ninguna cabaña que pueda exhibir esa cantidad”, destacó.

El cabañero, que hace 65 años se recibió de ingeniero agrónomo, llegó a ser presidente de la Sociedad Rural Argentina en dos períodos; fue titular de la Asociación Argentina de Angus en tres oportunidades y actualmente es presidente honorario de dicha entidad. Además, fue socio fundador de la Asociación Argentina de Brangus y primer vicepresidente de la misma. En 2018 fue reconocido como “Académico” de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria.

“Mi meta, cuando empecé a venir como expositor a Palermo, era sacar un Gran Campeón. En el año 1971 vino un jurado escocés, Bob Adams; en Escocía estaba la exposición de Aberdeen Angus más importante del mundo y era el centro de la producción de la raza. En esa oportunidad sacamos el Gran Campeón, el Reservado Gran Campeón y el Tercer Mejor Toro. Nunca se repitió en la Exposición de Palermo”.

Lo impactante de las cifras contrasta con su humildad. Desde su época de estudiante se entusiasmó con la genética, la zootecnia y todo lo relativo al mejoramiento de las razas. “Me he dedicado toda la vida a esto y aplico toda la tecnología disponible para la producción. Si naciera de nuevo volvería a empezar a hacer esto. Todo lo hice con entusiasmo y así sigo”, aseguró.

Por trayectoria y calidad de animales de su establecimiento, Gutiérrez no sólo recibió importantes distinciones en la pista, sino que también fue jurado en Palermo en ocho oportunidades, clasificando cuatro razas diferentes. Fue jurado en Escocia en dos ocasiones, clasificando más de 600 animales en pista en cada una de las dos ediciones. También lo hizo en Canadá, en Dallas, en Inglaterra, El Salvador, México, Colombia, Chile, Kenia, Brasil y Uruguay.

Con toda esa experiencia, no tiene dudas: “Argentina es una de las mejores plazas para la raza Aberdeen Angus. De acá salen animales con calidad que es llamativa”.

Por eso ganar los Gutiérrez no se acostumbran a ganar y cada Gran Campeón lo celebran como el primero. “Esto no fue un Gran Campeón de Palermo, pero fue un Gran Campeón del Centenario, que tiene un significado histórico”, analizó Horacio antes de despedirse con un apretón de manos.

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