La nutrición del maíz en un año diferente

En el marco del Congreso Maizar 2022 se llevó a cabo el panel moderado por Fertilizar Asociación Civil, en el cual se analizaron diferentes aspectos que hacen a la nutrición de los cultivos en el actual contexto

 

En el Panel “La nutrición del cultivo en un año diferente” llevado a cabo en el Congreso Maizar 2022, Fernando García, consultor y miembro de la FCA (UNMdP) y Octavio Caviglia, del CONICET y la FCA (UNER), presentaron los desafíos y oportunidades para la nutrición del cultivo de maíz en el actual contexto internacional y local.

Dando inicio al espacio, María Fernanda González Sanjuán, Gerente Ejecutiva de Fertilizar AC, señaló que para el caso del maíz en nuestro país, las brechas de rendimiento promedio son del orden del 30% y en lo que respecta a nutrientes, la brecha representa 105% para el nitrógeno (N), 133% para el fosforo (P) y 600% para el azufre (S).

A partir de los ensayos realizados en todas las regiones maiceras del país, Fernando García indicó que, a precios actuales de maíz y fertilizantes, los márgenes de la fertilización balanceada serían de u$s 56 por ha, un beneficio que a nivel país podría implicar un ingreso extra de más de u$s 400 millones. Asimismo, esta fertilización balanceada con N, P y S, los nutrientes más frecuentemente deficientes, permitiría alcanzar balances de nutrientes más equilibrados, es decir reponer nutrientes removidos en los granos y así mantener la fertilidad de los suelos.

Por otra parte, Octavio Caviglia analizó las pautas para una correcta fertilización del maíz sintetizando que “las deficiencias de nutrientes no dependen sólo de la cantidad requerida por tonelada, sino también del rendimiento alcanzado y del suministro brindado (suelo a la siembra, mineralizado y fertilizante), es decir del ambiente”.

Luego, Caviglia expresó que para entender el ambiente es necesario comprender que este es el conjunto de factores afecta al funcionamiento de un cultivo. Incluye condiciones meteorológicas (clima), suelo y manejo. Por lo tanto, el rendimiento de un cultivo suele ser utilizado como una cuantificación del ambiente, ya que es el indicador que mejor integra el resultado de todos esos factores.

Por su parte, destacó que del ambiente se debe determinar el tipo de suelo y su estado físico, biológico y químico actual, el estado del perfil a la siembra [agua disponible, napa, manejo previsto -genotipo, densidad, fecha de siembra, espaciamiento], pronósticos climáticos a mediano plazo y comportamiento medio de las condiciones meteorológicas y la ubicación del maíz en la secuencia.

Requisitos

El miembro de CONICET y la FCA (UNMdP) destacó que “existen metodologías disponibles para evaluar la nutrición del cultivo desde presiembra con el análisis de suelo como herramienta central”, y subrayó que “en general, la incorporación del fertilizante nitrogenado al suelo reduce las diferencias entre fuentes y además si bien la fertilización dividida ha demostrado no penalizar el rendimiento, su éxito para aumentar la eficiencia depende de la ocurrencia de lluvias oportunas y del uso de fuentes con bajas posibilidades de pérdidas, ya sea por el agregado de protectores o por su composición química ”, señaló.

Los tres expositores coincidieron en afirmar que la fertilización correcta debe decidirse considerando a los cuatro requisitos (4R) en base al AMBIENTE esperado. El aumento de las dosis es el requisito (1°R) prioritario en el corto plazo. El manejo correcto de la nutrición mejora el ambiente y por lo tanto se deben ajustar el resto de los factores de manejo, fundamentalmente densidad de siembra y elección del genotipo.

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