El clima y la fina: un presente aceptable, un futuro preocupante

En esta región está por finalizar la siembra de trigos y cebadas, en general, sin mayores sobresaltos. Las alarmas se encienden al observar los pronósticos en el mediano plazo. La Niña está casi decidida a quedarse y la tendencia sería a lluvias por debajo de lo normal en la primavera y la posibilidad de ocurrencia de heladas tardías

 

Mientras caen las proyecciones de la superficie triguera 2022/23 en la zona núcleo por la falta de humedad en el suelo, en este sector de la provincia de Buenos Aires la siembra de los cultivos de fina está por finalizar. En general, ha sido buena la implantación y también el nacimiento, motivadas por la humedad que tenían los campos por el aporte de las precipitaciones que se dieron hasta el inicio de mayo. La preocupación surge cuando se analizan las proyecciones climáticas para el mediano plazo.

El evento La Niña que nunca terminó de irse sigue influyendo todo parece indicar que continuará al menos hasta fines de 2022 y eso los modelos que presentan los climatólogos se traduce en lluvias por debajo de lo normal en la primavera y probabilidades de ocurrencia de heladas tardías.

“Estamos todavía en la duda entre un evento Neutral frío o un nueva Niña, pero a fines prácticos el impacto es el mismo. Seguirá este comportamiento que está teniendo el clima”, explicó el licenciado Leonardo de Benedictis en su disertación mensual en el ciclo de charlas virtuales de la DAN.

En el repaso de los “mapas de lluvias” que habitualmente presenta el especialista, se observó que no son alentadores los pronósticos para septiembre, octubre y noviembre. Y si bien, como siempre aclara, hay que seguir la evolución todos los meses porque puede haber variaciones, las proyecciones no se muestran favorables para los cultivos de fina y tampoco para el inicio de la gruesa.

Puede llegar a darse en primavera situaciones como las ocurridas en 2021, “que las lluvias empiecen a darse con mayor volumen, pero no sean generalizadas sino que se vayan focalizando en sectores determinados. Entonces, podremos tener lugares con 70 mm y a 5 kilómetros menos de 5 mm, o ni siquiera eso”, planteó De Benedictis. A ese escenario se le va a sumar que muchas zonas vienen con déficit de precipitaciones en los dos últimos años, y si no “ligan” el golpe de agua las consecuencias serán más graves.

En lo que respecta a las temperaturas, el impacto de La Niña se observa en la variabilidad, generando picos muy bajos y muy altos, y en que atrasa la llegada del momento cálido del año. “Esta prolongación del invierno tiene como correlato la posibilidad cierta de la ocurrencia de heladas tardías”, advirtió.

Julio

En tanto, en lo que respecta al corto plazo, el climatólogo dejó su proyección en su columna de viernes en CAMPO total radio. “Los próximos siete días serán similares a los que pasaron: una primera parte de tiempo inestable, hasta el lunes; y a partir de la entrada contundente de aire frío tendremos un destacado descenso térmico en toda la franja central del país. La rotación del viento al sector sur impulsará además heladas intensas y generalizadas”.

“En materia de lluvias es muy poco lo que puede llegar a darse, y sería sobre zonas del sur de la provincia de Buenos Aires. De todos modos, serían algunos chaparrones como consecuencia de la inestabilidad generada por el ingreso de aire frío, pero que en el mejor de los casos podría dejar un acumulado de 3 a 5 mm”, indicó en el programa que conduce Damián Hinding.

Para lo que resta de julio el panorama sería el mismo, “con pocas chances de precipitaciones, que en caso de darse serán eventos puntuales, aislados y de muy poco volumen”.

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