A dos meses de las últimas precipitaciones, las lluvias volvieron a decir presente. Si bien los registros fueron dispares en la región, el agua es clave para la campaña fina. Se esperan más lluvias en las próximas horas
La última lluvia de cierta importancia en la región había sido el 25 de mayo. Dos meses tuvieron que pasar para que se registraran precipitaciones de relativa relevancia, aclarando que el volumen caído fue muy dispar según zonas. De todos modos, en todos los casos es un aporte fundamental para la evolución de la campaña fina y también para el perfil de los campos potreros ganaderos.
“Llovió entre 8 y 25 milímetros en la región. Viene bárbaro para emparejar los nacimientos de los sembrados tardíos y también viene muy bien para los lotes que tienen aplicado nitrógeno temprano”, explicó el ingeniero Fidel Cortese. “Para lo que es pasto también es un aporte muy bueno”, agregó.
Ahora lo que resta esperar es que se cumplan los pronósticos y haya más precipitaciones en las próximas horas para beneficiar las zonas donde llovió menos y para aumentar el volumen de lo caído en el resto. Si bien los campos de la región necesitan agua, la siembra de cebadas y trigo se pudieron llevar a cabo en tiempo y forma y, en general, es bueno el estado de los cultivos a diferencia de lo que ocurre en la zona núcleo.
Hay que recordar que todavía el evento La Niña está presente y motiva que las lluvias sigan siendo escasas y erráticas. En principio no son buenos los pronósticos para la primavera, ya que no se normalizarían las precipitaciones.
Estos son algunos de los registros hasta las 10:
– Aparicio: 6 mm
– Barrow: 20 mm
– Bellocq: 7 mm
– Cascallares: 10 mm
– Claromecó: 6 mm
– Copetonas: 25 mm
– Coronel Pringles: 17 mm
– De La Garma: 22 mm
– El 43: 27 mm
– El Carretero: 24 mm
– El Triángulo: 18 mm
– Gonzales Chaves: 16 mm
– La Tigra: 13 mm
– Ochandio: 17 mm
– Orense: 8 mm
– Oriente: 7 mm
– San Cayetano: 24 mm
– San Mayol: 18 mm
– Tres Arroyos: 10 mm