El segundo remate en conjunto de las cabañas de Faldini y Bustingorri con casi 60 toros de facilidad de parto, se destacó por la agilidad y los promedios. Lo de los vientres fue una performance de mercado. Una gran convocatoria copó el predio de La Rural como hacía tiempo no ocurría
Sin preofertas que funcionaran como termómetro de lo que podía ocurrir, la imagen del estacionamiento y de parte del predio de la Sociedad Rural de Tres Arroyos repletos captada por el dron cumplió ese rol. Era el mejor síntoma que indicaba que se venía una buena tarde de ventas para las cabañas La Leopoldina y San Patricio. Y así fue: el segundo remate de facilidad de parto organizado por Consultora Ganadera y con la comercialización a cargo de Ferias Rauch tuvo agilidad y promedios destacados.
Después de los discursos de los cabañeros, comenzó la tarea del martillo de Pablo San Cristóbal que tras tener que trabajar para destrabar los primeros lotes de toros, la subasta (alternando reproductores de ambas cabañas) tomó una gran agilidad, con dos o tres manos pujando permanentemente. Así, los valores se sostuvieron hasta el final, prueba de eso es que los máximos estuvieron en el corral 13 y 17, mientras que en el último lote se llegó a los 900 mil pesos.
Finalizada la subasta de los toros, fue el turno de los vientres, que tuvo el inicio con las sólidas vaquillonas de 2 años preñadas de La Leopoldina con un peso promedio en 525 kilos. Una a una San Cristóbal fue buscando las manos con algo más de trabajo, pero colocando la totalidad de la oferta. Luego, otra bomba: las vacas usadas, con toda la información, que tuvieron sus compradores y con calidad sostuvieron los valores hasta el último corral. Las más de 300 vaquillonas aptas para servicio de criadores invitados completaron el menú.
Llegaba el cierre de una tarde en la que todos quedaron conformes y así lo reflejaron los testimonios de los organizadores.
“La verdad es que estamos todos muy contentos, muchos me dijeron que hacía varios años que no se veía la Rural con tanta cantidad de gente”, comentó Agustín Lizzi, el líder del equipo que se ha conformado entre Consultora Ganadera, las cabañas y Ferias Rauch.
“Nos sorprendió la cantidad de manos y la distribución de la demanda, la hacienda se fue para muchas zonas de la provincia de Buenos Aires y también a otras provincias. Los toros se desparramaron por todos lados, y no es poco pasar las fronteras de nuestra provincia. Mientras que los vientres quedaron más en la zona. Y lo que destacamos es que nos vamos afianzando, creciendo y la gente se arrima cada vez más”, analizó el consignatario.
“El objetivo era vender todo y se cumplió. Y entiendo que los valores fueron buenos. Nos había quedado un toro sin vender, y cuando se estaban rematando los vientres, vino una persona y lo compró. Así que con toda la oferta vendida, uno tiene mucha satisfacción”, completó Lizzi.
Tras una larga jornada, porque el día para todo el equipo comenzó bien temprano con un desayuno de trabajo en el que se ofrecieron distintas disertaciones con el foco en la genética y describiendo la tarea que realizan las cabañas, la cara de Franco Faldini transmitía la tranquilidad y la felicidad de la misión cumplida.
“Estoy muy agradecido por la cantidad de gente que vino y porque los compradores valoraron el trabajo. Llevamos muchos años buscando un tipo de animal que se elija por su característica, pero también por sus datos, por lo que pueden transmitir. Es un esfuerzo muy grande de la gente que trabaja con nosotros porque es una medición constante que obliga a estar encima de los animales”, explicó el titular de La Leopoldina.
“Nos vamos súper contentos, esto fue una fiesta. El nuestro es un trabajo de ganaderos hecho para ganaderos, vivimos de esto, conocemos la realidad y nuestro objetivo es que sirva el producto que hacemos. Esto es a largo plazo, así que esperamos que prueben nuestra hacienda y ojala que vuelvan”, completó.
La misma satisfacción mostraba Nacho Bustingorri, y más allá de los precios y promedios conseguidos, el cabañero de Saladillo destacó que entre los compradores estuvo Pablo Ortiz Basualdo de Benito Juárez. “El padre y la madre de Pablo, que vinieron a Tres Arroyos, fueron al primer remate que hizo mi familia en Saladillo, y ese remate en 2022 cumplió 41 años. Eso para nosotros es muy importante”.
“Lo que hacemos con nuestro trabajo es intentar que a los demás les vaya mejor que a nosotros y en ese camino conseguimos buenos resultados todos”, agregó Bustingorri, poniéndole un muy acertado punto final a una tarde de ventas que mostró el respaldo al trabajo que lleva décadas.
Los valores