En un remate trabajoso que se extendió cinco horas y media, el martillo de Roberto Mondino vendió más de 1.600 piezas con algunos valores destacados y promedios interesantes. “La falta de pasto hizo que se bajaran casi 20 compradores, y nosotros teníamos que vender. Los que formamos parte de esto dejamos todo y logramos sacar adelante un remate diferente”, analizó Sergio Amuchategui
La décima edición del Máxima Selección Genética no fue un remate más para Rústicos. Fue una venta que tuvo otro gusto, en la que no hubo brillos ni lujos, pero en la que sobró trabajo y un equipo que puso lo que había que poner. Entonces el resultado, que seguramente se valorará más con el paso de los días, fue muy bueno y el balance es sin dudas exitoso.
Por segundo año consecutivo, Rústicos desembarcó en el restaurant central del predio de Palermo de la Sociedad Rural Argentina para televisar por Canal Rural su evento insignia, el remate que lo vio nacer. El escenario era emblemático. El contexto, complicado: la sequía acumulada dejó sin pasto a la mayoría de los campos de los potenciales compradores. La oferta, como siempre, de calidad y voluminosa, fueron más 1.628 piezas (46 toros PP, 72 toros PC, 14 vaquillonas PP, y 1008 vientres PC y MAS), vendidas ordenadas en 203 lotes.
Fueron cinco horas y media de martillo para Roberto Mondino, que como nunca sacó a relucir su oficio para lograr que durante semejante lapso de tiempo no se cayera el ritmo ni el interés. Porque si bien el remate no dejó valores récords, tuvo agilidad, muchas manos en buena cantidad de los lotes, y sobre todo, mucha dispersión en los compradores, algo que no era tan común en Rústicos.
La tarde de ventas
El inicio, luego de los discursos de rigor en el que se destacó el Alfonso Bustillo, presidente de la Asociación Argentina de Angus, que puso el énfasis que el proyecto Rústicos “abarca todos nuestros programas genéticos”, fue de la mano de las hembras de pedigree. Los 3.200.000 pesos pagados por La Pastoriza por el 50% de una ternera de Don Abraham de Karen Groenenberg, fue el precio máximo de la tarde. También se destacó la venta de la mitad de una vaquillona de Arandú, que fue comprada por La Angelita de Gustavo Salvini por 2.300.000 pesos.
La continuidad de la tarde le dio paso a voluminosa oferta de toros. El arranque fueron los pedigrees, que mostraron valores de mercado empujados hacia arriba cuando aparecían los colorados de Arandú. De hecho, el máximo en machos PP y PC fueron de los reproductores de la familia Vizzolini: 2.200.000 pesos en el pedigree y 1.550.000 pesos en el controlado.
En los PC hay que destacar que fueron 72 los vendidos, que terminaron promediando más de 715.000 pesos, todo un número.
Entonces llegó el turno de los vientres, que mostraron en el comienzo lo más buscado: las vaquillonas PC paridas. Lograron buenos valores, igual que la MAS. Como ya es habitual, las coloradas lograron precios superiores a las negras. Después pasaron las preñadas, en lotes que intercalaron valores destacados y de mercado. El final fueron las 813 vaquillonas PC para servicio, en donde la calidad se pagó y hubo lotes de hasta 200.000 pesos.
Así llegó el cierre de un remate maratónico trabajado en forma artesanal y sacado adelante con una solidez que lo viste lo éxito en un contexto muy particular.
El balance
“Fue un remate grande, 203 lotes, uno miraba el orden venta y parecía el libro gordo de Petete… Si no hubiera estado Roberto en el martillo esto no hubiese durado cinco horas y media si no 10. Fue un remate trabajoso y el balance es positivo”, analizó todavía en caliente Sergio Amuchategui.
El mentor de Rústicos tenía en la cara las huellas de una previa y de una venta compleja y maratónica. “Las preofertas no funcionaron como se esperaba y nos faltaron además unos 20 compradores que no pudieron participar porque no tienen pasto. Entonces, nosotros vender teníamos que vender porque nuestros criadores tampoco tienen campo, y se trabajó para vender lo mejor posible. Y creo que se consiguió”.
Amuchategui destacó el trabajo realizado por “el equipo de ventas de la provincia de Buenos Aires, fue tremendo lo que hicieron”, y valoró que “todos los que formamos parte de este proyecto y de la firma Mondino pusimos todo y uno se queda con una muy linda sensación”.
Roberto Mondino, otro que tenía en la cara los rastros de una jornada agotadora, estaba muy conforme y con la satisfacción de haber cumplido una difícil misión.
“La cantidad de lotes, el volumen de hacienda que hemos vendido, hace que sea difícil de comparar este remate con otro. Uno naturaliza los números, pero es complicado vender más de 800 vaquillonas para entorar, o 50 toros de pedigree. Y se vendió todo, a buenos valores en ciertas categorías, porque la gente también premió la calidad”, analizó el martillero.
“Hay que tener en cuenta que la sequía está por todos lados y está durísimo vender. Sin embargo, acá fueron todos precios firmes”, agregó.
“Hoy se notó todo el trabajo de un equipo, la hacienda se desparramó por todos lados, fue el remate de Rústicos con más compradores. Y eso nos pone felices, porque además la hacienda fue para criadores comerciales y mucha gente que antes no había podido comprar porque se les hacía imposible por los valores, ahora se les abrió la puerta. Es buenísimo eso, que haya muchos y mucha variedad de compradores, es lo que nos va dar sustentabilidad”, completó Roberto.
“Es uno de los remates que más cansado me dejó y uno de los que más disfruté”, se despidió.
El moño al análisis de la venta se lo puso Amuchategui: “Hemos aprobado, fue un remate diferente, hubo que sacar toda la garra y demostrar que con viento en contra también podemos lograr buenas ventas”.
No era una tarde para tirar caños y rabonas, era para meter en toda la cancha con el cuchillo entre los dientes. Y Rústicos puso lo que había que poner. Así parió un nuevo éxito.
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