Lo que la falta de lluvia nos dejó

A horas de entrar en la primavera y a la espera de alguna lluvia salvadora, el ingeniero Pablo Errazu brindó un estado de situación de los cultivos de fina, de los lotes que van a gruesa y de la oferta forrajera para la hacienda

 

Se está terminando uno de los inviernos más secos de los últimos años y no hay pronósticos que indiquen que habrá lluvias de importancia (como las que se necesitan) en el corto plazo. Ante este complejo escenario, el ingeniero Pablo Errazu brindó un estado de situación. Pasen y lean.

“Los estados fenológicos de los cultivos de fina tanto cebada y trigo están comenzando la etapa de encañazon (z31) para las siembras de junio y 2-3 nudos para las siembras de principios de mayo, estos son los que comienzan a sentir la falta de agua en las zonas que no llovió nada. Septiembre y parte de octubre sería fundamental para estas fechas de siembra, ya que están definiendo todo. Para las siembras de junio y julio, el mes crucial es octubre; en lo que respecta a trigo, noviembre nos define gran parte del rinde”, explicó en el comienzo de su análisis de la situación de los cultivos de fina el presidente del Centro Regional de Ingenieros Agrónomos de Tres Arroyos.

“Las escasas lluvias durante todo el ciclo, sumado a la baja recarga en barbecho, generaron desarrollos no muy voluminosos de los cultivos, que en parte ayudan a un consumo menor de agua, pero a su vez también restringen algo el rinde”, agregó.

Y completó: “Esto se da principalmente en cebada, cultivo en el que  el número de espigas y granos por espiga ya está definido en la última etapa de macollaje, sólo nos queda que el llenado sea bueno para tener buen peso de 1.000 granos. El trigo, en cambio, tiene la capacidad de compensar por número de granos por espiguilla y peso de 1.000”.

Enfermedades y malezas

Errazu, que es el Asesor Técnico de la Regional Aapresid Tres Arroyos, describió el escenario que presentan los lotes de cebada y trigo respecto a enfermedades y malezas. “A  pesar de las condiciones climáticas que mencionamos, las enfermedades en cebada (principalmente en rotaciones de cebada sobre cebada), no se quedaron atrás. Las lluvias de agosto aumentaron la presencia de Mancha en red y Escaldadura, y muchos lotes requirió una intervención con fungicidas”.

“En trigo, Roya amarilla apareció en variedades susceptibles, de modo que un bajo porcentaje de lotes requirió aplicación”.

Respecto a las malezas, manifestó: “Cebadilla o Avena fatua, Raigrás y crucíferas (Brassica rapa principalmente), también hicieron necesario el control con herbicidas”.

Pasturas y cultivos de servicio

“Si hablamos del pasto para la ganadería, las pasturas recién están comenzando a producir, aunque muy lento por temperaturas bajas pero fundamentalmente por la falta de agua”, comentó el ingeniero.

“Los verdeos sembrados temprano son los que tuvieron una buena producción de pasto, ya que el otoño fue bueno. En cambio, todo lo sembrado tarde sufrió más”, dijo.

Las siembras tempranas de los cultivos de servicio, al igual que los verdeos, “generaron volumen y en muchos casos ya se quemaron. A las siembras más  tardías todavía estamos esperando para cortarles el ciclo”.

Gruesa

Cuando el análisis pasó al inicio de la campaña gruesa, el ingeniero apuntó: “Son fundamentales las lluvias para la recarga, y si no se dan  retrasar aún más las siembras esperando alguna lluvia de octubre/noviembre”.

“Cuando pasamos a lotes con barbecho, ya sea desde la cosecha de fina pasada o gruesa, en superficie se han secado, pero en profundidad tienen algo de humedad, aunque no mucha”.

En tanto, indicó que “en general las fechas de siembra se vienen planificando con un retraso, aún en zonas de ambientes profundos”.

Errazu explicó además que “se empiezan a marcar los distintos tipos de manejo. Muchos lotes con distintas labores no sólo generan pérdida de humedad superficial sino voladura de los suelos, y más aún en zonas frágiles como más al sur o sudoeste”.

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