Los trigos y cebadas de la zona sufren por la seca

La falta de precipitaciones importantes en una etapa crítica para la fina ya generó una merma en los rindes. Se necesita una lluvia voluminosa urgente para que no siga cayendo el potencial de los cultivos. Al estrés hídrico en los campos más bajos se le suma el impacto de las heladas

 

Ya es un hecho, en la zona la fina tiró el achique y salvo alguna excepción, los rindes potenciales de cebadas y trigos han sufrido una merma producto de la falta de lluvias importantes desde el invierno. “La situación es muy complicada. Esta semana vi que se han desmejorado muchísimo ya los cultivos porque tanto los trigos como las cebadas sembradas temprano o en fechas intermedias, ya están comenzando a espigar o sumando hoja bandera con muy escaso desarrollo de planta y con muchos macollos que han quedado en el camino”, advirtió el ingeniero Matías Fik.

Replicando lo que ocurre a nivel país, en esta región la situación se está tornando crítica tanto para el trigo como para la cebada. Si bien por estar los cultivos más atrasados que en la franja central y el norte, hoy presentan una mejor condición hídrica, pero ya está decretada la merma de rinde. Y se necesita de manera urgente una lluvia importante para que no sigan perdiendo potencial.

Un lote de trigo afectado por la falta de agua en Copetonas. FOTO DE MATIAS FIK

“Si bien cada situación es particular y depende del tipo de lote, la calidad de suelo que tenga y las lluvias que hayan recibido, porque en algunos lugares han tenido un golpecito de agua más que en otro durante el ciclo y esos milímetros hacen la diferencia, en general en toda la región los cultivos están muy desmejorados”, analizó Fik.

La lluvia, en rojo

El ingeniero Darío Tumini recurrió a los datos de lluvia para dimensionar lo complicado que es el escenario para los cultivos. “En esta región el acumulado anual está entre los 700 y 800 milímetros, y hoy, a tres meses de terminar el año, no llegamos a los 400 milímetros”, indicó.

“Arrancamos con un verano complicado para la gruesa, tuvimos temperaturas extremas con poco milimetraje. Después vino un otoño que no recargó el perfil, cuando generalmente es el momento junto a la primavera en que más llueve. Así nos metimos en un invierno que vino muy seco, y se pudo sembrar bien la fina, porque pese a que había la humedad justa, al hacer frío se logró implantar. Y entramos en la primavera muy complicados, sin recarga”, detalló el asesor de Nutrien.

“En Tres Arroyos, y hacia la costa y hacia Chaves, estamos muy complicados”, agregó. “Para el lado de Aparicio, Indio Rico, Pringles y Suárez, si bien vienen con un milimetraje también escaso, han recibido algo más en las últimas lluvias”, completó.

Un lote de cebada que muestra el impacto de la falta de agua en la zona de Copetonas. FOTO DE MATIAS FIK

En este sentido, Fik manifestó que hacia Dorrego “ha llovido un poco más y están mejor los cultivos, casi te diría que están muy buenos, pero también van a depender cuánto llueva este fin de semana”. Y continuando su análisis, aseguró que en Tres Arroyos, Lin Calel y Copetonas, por ejemplo, “debería haber llovido hace una semana para que los cultivos se recuperaran. Y no llovió, de modo que ya empiezan a verse pérdidas de rendimiento en cuanto al potencial que teníamos”.

El escenario, está dicho, podría dejar de empeorar con una buena lluvia en lo inmediato. Pero también con la continuidad de eventos, “es decir, no sirve de nada si mañana caen 20 milímetros y la semana que viene no vuelve a llover”, explicó Fik.

Sobre seco, helado

Al estrés hídrico que están transitando los cultivos se le suma la afectación por heladas, que han seguido registrándose. “En algunas zonas la helada golpeó a los cultivos de una manera muy cruda. En Tres Arroyos para el lado de la Vaquerías, o en San Mayol, campos que son bajos. Y el panorama también es complejo porque no hay agua como para que se recuperen”, alertó Fik.

Una cebada helada. FOTO DE MATIAS FIK
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