La soja volverá a ganar hectáreas tras cinco años de caída de área

La tendencia positiva es resultado de incorporar lotes que eran de fina y no pudieron sembrarse, de la caída en la superficie de maíz y sorgo, la disponibilidad de semilla, menores aumentos en los costos de producción y menor inversión por hectárea en relación con el resto de los cultivos

 

Después de una caída de superficie ininterrumpida desde la campaña 2016/17 fundamentalmente motivada por el incremento del área de maíz, en este ciclo la soja cambiará la tendencia y crecerá en hectáreas.  Así lo indicó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires en su informe de pre campaña sojera en el que estimó una siembra que alcanzará 16,7 millones de hectáreas y que arrojaría una producción de 48 millones de toneladas.

Los datos duros vienen acompañados con la visión de la entidad sobre los motivos que impulsan que la soja deje de perder hectáreas tras cinco campañas: “La tendencia positiva es resultado de: una mayor disponibilidad de cuadros que no pudieron implantarse con cultivos de invierno, la caída en el área destinada a otros cultivos que compiten por la misma superficie (maíz y sorgo granífero), disponibilidad de semilla, menores aumentos en los costos de producción y menor inversión por hectárea en relación con el resto de los cultivos”.

Frente a este panorama, se proyecta una superficie de soja de 16.700.000 hectáreas para la campaña 2022/23. Dicha área representa un crecimiento interanual del 2,5% respecto a las 16.300.000 millones de hectáreas del ciclo 2021/22, que marcaron el piso de los últimos años y la primera expansión desde la campaña 2015/16.  De todos modos, continúa siendo un valor relativamente bajo: está 1,3% por debajo del promedio de los últimos cinco años (16,9 millones de hectáreas) y lejos del techo de más de 20 millones de hectáreas que alcanzó en el ciclo 2015/16.

Teniendo en cuenta lo mencionado, la proyección de producción para la campaña 2022/23 ascendería a 48.000.000 toneladas, un incremento interanual de casi un 11 %, equivalente a 4,7 millones de toneladas.

De primera

Según la BCBA, la mayor recuperación de área provendría de planteos de primera, debido a que se esperan buenas lluvias durante octubre; lo que combinado con “la contracción del área de fina, maíz y sorgo, una relación insumo producto más favorable para la soja respecto al maíz y la faltante de semilla de girasol”, son los aspectos que “ayudarían a impulsar la expansión de la oleaginosa”.

En tanto, como el área de trigo se redujo en 500.000 hectáreas como consecuencia de la sequía, las siembras de segunda se reducirán. De modo que “se espera una expansión interanual del área de 6,5% para la soja de primera, unas 690.000 hectáreas en números absolutos, representando el 68% de la superficie de soja total para la campaña 2022/23. Al mismo tiempo, la soja de segunda prevé una contracción de casi 300 mil hectáreas”.

Relación insumo/producto

En tanto, el informe analiza que si bien la soja se acopló a la suba general de los commodities a nivel internacional y la campaña parte desde precios históricamente altos, el aumento de costos ha sido aún más alto. No obstante, para este grano subieron relativamente menos que para los otros cultivos con los que compite en el verano; fundamentalmente, el maíz.

“El aumento de los precios de los insumos necesarios para la producción desmejoró la relación insumo producto de la soja en relación con la campaña pasada, siendo necesario una mayor cantidad de granos para adquirir la misma cantidad de insumos que lo observado en la 2021/22. Sin embargo, al comparar con el resto de los cultivos, los aumentos en los costos de producción de la soja fueron menores, lo cual morigeró los incentivos a favor de dicho cultivo”.

Ante este escenario, la proyección de márgenes brutos de la soja de primera es superior a la del maíz, tanto temprano como tardío. Y dentro del factor económico, también incide que la oleaginosa requiere una menor inversión, por lo que los productores se sienten más a gusto con ese cultivo en un contexto como el actual de gran incertidumbre también política.

Por último, la entidad explica que luego de varios ciclos previos, los productores estarían más dispuestos a expandir el área sembrada con soja tras una nueva ventana de siembra afectada por la sequía y un escenario local e internacional donde la incertidumbre domina. “La soja, al igual que el girasol, es un cultivo que inmoviliza menor capital y requiere de menor inversión en relación con los costos de producción con respecto al maíz, pero, además, en un escenario climático adverso sus rendimientos que podrían verse también menos afectados, por lo que se concluye como una opción menos riesgosa”.

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