Locos de remate, locos de contentos

En el peor momento del año, con una seca generalizada y un mercado deprimido, la firma Alfredo S. Mondino mostró su potencial y vendió 10.200 cabezas por la pantalla de Canal Rural desde la Sociedad Rural de Tres Arroyos. “Esto ha sido una locura. Se logró vender todo y a precios muy buenos dentro del pésimo contexto que tenemos hoy. Es mérito de un equipo de trabajo que entrega todo”, dijo Sergio Amuchategui

 

Claramente, el escenario era el peor que se podía dar. Con el paso de los días la seca se hace más profunda, el pasto ya ni siquiera es un recuerdo y se viralizó la necesidad de vender la hacienda para bajar la carga y “agrandar los campos”. Todo matizado por un mercado pinchado desde hace varias semanas por lo contado. Ah, y la inflación…

En ese contexto, la firma Alfredo S. Mondino desembarcó en el predio de la Sociedad Rural de Tres Arroyos para realizar por primera vez en estas tierras su habitual remate televisado por la pantalla de Canal Rural y con una oferta temeraria para el momento: 10.200 cabezas de gordo, invernada y cría. Un verdadero desafío.

Y con una jornada desdoblada en mañana y tarde no sólo logró el objetivo de ubicar toda la hacienda puesta a venta, sino que lo hizo con valores muy interesantes para el mercado que nos toca vivir hoy.

Sin dudas, el mejor reflejo y la síntesis perfecta de lo que fue el remate es la imagen del final y que ilustra esta nota. Todo el equipo de la firma cordobesa, que en Tres Arroyos tiene como referente a Sergio Amuchategui, pasó al frente y se unió en un abrazo simbólico con todas las caras de los representantes que participaron a través del zoom. Porque ese fue el secreto de que la subasta tuviera un final feliz: un grupo de trabajo con la camiseta puesta que se motivó ante tanta adversidad.

“Hay equipo, hay equipo”, dijo varias veces durante la maratónica jornada de ventas Roberto Mondino, martillo y líder del grupo, en una especie de arenga y agradecimiento consciente de que estaban enfrentando una parada brava. Pero también de que iban ganando: hubo ofertas para todos los lotes de cada categoría alcanzando valores acordes al mercado y en algunos casos superiores.

Lote a lote

A la mañana se vendieron las haciendas al kilo, y fueron más de 1.800 cabezas las que lograron valores del mercado actual. La tarde la abrió la invernada, que tuvo sus manos y la calidad encontró buenos precios. Luego fue el turno de la hembra, que también encontró su mercado. Más tarde, ya con Julián Bicondoa en el martillo, llegaron los lotes mixtos y lograron tarifas “dignas”. Para cerrar, y con Mondino otra vez frente a la cámara, el gran desafío de los vientres.

“Este remate fue algo tremendo por el contexto en que se dio. No quedó hacienda sin vender y se hicieron precios muy buenos para el mercado que tenemos hoy”, dijo con satisfacción Amuchategui. “Hay que entender que a la gente no le queda otra que vender y por eso estaba muy difícil colocar más de 10.000 cabezas. Y se logró. Esto fue una locura y una demostración de lo que es este equipo de trabajo”, completó.

Con la voz cascada por casi dos horas de martillo y las huellas del esfuerzo en la cara, Julián Bicondoa analizó la venta. “El panorama venía muy fiero, era mucha hacienda y todas nos jugaban en contra, por la seca, porque el precio del gordo no repunta. Por eso cuando terminamos el remate nos dimos un abrazo todos y lo festejamos como si hubiéramos salido campeones del mundo”, dijo.

“Porque salió un remate muy ordenado y todos los clientes nos llamaron diciendo que estaban muy conformes con la venta. Eso es signo de que el ganadero sigue apostando a pesar de toda adversidad, y se reflejó hoy con precios muy acomodados, para que hicieran negocio tanto el comprador como el vendedor”, agregó Julián, cada vez más aplomado y solvente con el martillo en la mano.

Francisco Garín, gerente de haciendas de la firma no anduvo con vueltas: “Más allá de los precios, porque uno siempre quiere vender bien, este remate se trataba de poder vender. En una situación como en la que estamos no es cuestión de precios sino de encontrar quién te compre la hacienda. Y salió un buen remate, todos los integrantes del equipo de trabajo aportó su granito de arena y sacamos adelante una venta muy difícil”.

 

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