En su habitual informe mensual sobre el cultivo de cebada, los especialistas Mario Cattáneo y Fidel Cortese repasan la actualidad y el futuro de los mercados y las proyecciones de producción local e internacional. “En el norte de Buenos Aires o sur de Santa Fe, se está analizando la posibilidad de desestimar los lotes afectados de trigo y cebada, y destinarlos a gruesa”, indican sobre la situación en nuestro país a raíz de la seca
Por estos días, el mercado mundial de cebada se encuentra haciendo equilibrio entre dos fuerzas bien diferenciadas: por un lado, la falta de acción de los dos principales importadores que genera el amesetamiento del precio; por otro, la merma productiva a nivel mundial que evidencia el maíz y que tracciona los valores de los granos forrajeros. La consecuencia directa de ambas cuestiones es el achicamiento de la brecha entre la cebada cervecera y la forrajera. Así lo indican los especialistas Mario Cattáneo y Fidel Cortese en su habitual informe mensual sobre el cultivo.
“Con los datos de la cosecha confirmados, de buen volumen y calidad, para el hemisferio norte, donde se produce casi el 90% de la cebada mundial, comienza a clarificarse el panorama de stocks y disponibilidades, pero con poco impacto positivo en los precios y con poca actividad comercial; los dos principales importadores, China y Arabia Saudita, continúan demorados con la definición de sus compras con perspectivas de disminución de sus importaciones anuales de cebada”, explican los ingenieros.
“No obstante, las perspectivas de una disminución en la producción mundial de maíz están teniendo un impacto positivo en los precios de los granos forrajeros, incidiendo directamente en el de cebada forrajera y produciendo una disminución de la prima entre ésta y la cebada para malteo”, aseguran los técnicos en el trabajo que publican en el sitio www.cebadacervecera.com.ar.
En su último informe, el USDA mejoró la estimación de producción mundial de cebada para la campaña 2022/23, llevándola a 149,271 millones de toneladas, más de un millón de toneladas respecto al informe anterior y casi 4 millones superior a la pasada 2021/22, que fue de 145,557 millones de toneladas, pero que mantendrá ajustados los stocks mundiales, lo que extiende la situación al menos hasta mediados de 2023.
“Se confirma para Ucrania una producción algo menor a los 6 millones de toneladas, con una disminución de más de 3 millones respecto a la cosecha anterior y una caída importante de su participación en el mercado mundial. El recrudecimiento de las acciones bélicas en las últimas semanas pone en dudas el éxito de los acuerdos para la exportación por los puertos del Mar Negro y retrasa la normalización de la operatoria exportadora”, describe el informe.
“Se estima que la siembra de inverno, tanto de trigo como de cebada, ya comenzada, tenga una disminución superior al 50% respecto a la realizada en 2021, lo que tendrá impacto en la cosecha del año 2023”, agrega.
“Por su parte, son muy optimistas las estimaciones de producción de cebada en Rusia, la cual estaría superando los 22 millones de toneladas”, completa.
Situación local
Respecto a la campaña cebadera en la Argentina, los especialista indican: “Para la campaña 2022/23, con un estimado de siembra de alrededor de 1,3 millones de hectáreas, de las cuales se cosecharán algo más de 1,2 millones de hectáreas, a causa de las condiciones de sequía y heladas ocurridas en el área de cultivo, se espera una producción de entre 4,7 y 4,9 millones de toneladas”.
Y agregan: “La obtención de volúmenes inferiores o superiores a los estimados dependerá de la disponibilidad hídrica y de las temperaturas presentes en las últimas etapas del cultivo”.
En tanto, destacan que el déficit en el contenido hídrico de los suelos se ha extendido a toda el área agrícola, poniendo en riesgo el éxito de los cultivos. “Al déficit hídrico, en las últimas semanas se han sumado importantes heladas que tendrán influencia dispar sobre los rendimientos probables”.
“En zonas críticas, como el norte de Buenos Aires o sur de Santa Fe, se está analizando la posibilidad de desestimar los lotes afectados de trigo y cebada, y destinar los mismos a la siembra de un cultivo de verano”, advierten.