A fuerza de inversión en equipamiento e instalaciones para brindar un mejor servicio y ofreciendo herramientas financieras, la entidad ratificó su evolución pese a la situación climática y económica. “El año pasado a nivel partido la producción cayó, pero nuestra comercialización aumentó”, explicó el gerente Alejandro Vejrup
Por lo llamativo de las circunstancias, es imposible comenzar la charla con Alex Vejrup sin mencionar las piedras que ha encontrado en el inicio de su camino como gerente de la Cooperativa Alfa. “Cumplí dos años en el cargo el 1° de noviembre y me tocaron la pandemia, la guerra entre Rusia y Ucrania, una inflación galopante y tres años La Niña que derivaron en sequías y malas cosechas”, cuenta.
Pero no se queja, lo menciona para describir el contexto que debió enfrentar en los primeros 24 meses de gestión, y también para darle más valor a los resultados conseguidos. El más importante es que, paso a paso, Alfa logró consolidar su crecimiento.
“La sequía y todas las complicaciones que hubo en el último tiempo nos pega como cooperativa, pero los resultados indican que hemos podido hacer las cosas bastante bien de todas maneras, porque el año pasado mientras que a nivel partido la producción cayó, la comercialización de Alfa subió. Es decir, ganamos mercado en la torta de granos de Tres Arroyos que además fue más chica. De mínima en un año de seca es fantástico no caer, y nosotros subimos un poco”, explica.

A la hora de buscar las razones del buen resultado en un año complicado, Alex encuentra varias. “La cooperativa tiene socios sólidos y hay un equipo de trabajo que ya venía funcionando muy bien y se ha potenciado haciendo una tarea más integrada, con una mejor interacción entre todos”, indica.
“También tiene que ver con que estamos más agresivos en lo que respecta a la financiación. Estamos más abiertos a financiar a productores, antes era más acotado al canje. Hoy tenemos mucho más descuento de cheque, estamos teniendo otras opciones, que en años como el que pasó y como este es fundamental. Y la idea es seguir en esa línea, tener disponibilidad financiera para los socios o para los productores en general que quieran operar con la cooperativa”, dice.
Aunque rápidamente aclara: “Tampoco la idea es crecer sin control, nuestra prioridad es no desatender al socio. El desafío es crecer si resentir la calidad del servicio y ni el contacto estrecho con el productor, que no pase a ser un número”.
Inversiones
Así es que con la premisa de ser más eficientes y brindar un mejor servicio, la cooperativa ha realizado varias inversiones en el año. La más importante es la obra que comenzó en enero, que es la construcción de un galpón para fertilizantes bajo las normas Casafe y la puesta en funcionamiento de una máquina de tratamiento profesional de semilla. La intención es inaugurarlo en marzo.
“Estamos readecuando el sector de los tanques de combustibles, haciendo un piletón y un brazo de carga nuevos, para despachar gasoil al campo. Y vamos a sumar otro tanque para aumentar la capacidad de acopio”, cuenta.

“En fertilizantes hicimos un piletón de contención para los fertilizantes líquidos y compramos tres tanques para duplicar la capacidad de almacenaje y llevara a 300.000 litros”, agrega.
Estas inversiones son en respuesta a las nuevas demandas de los socios, que cada vez prefieren tener menos productos en los campos y eso obliga a la cooperativa a aumentar su capacidad de acopio en gasoil, fertilizantes y agroquímicos. “Para el productor tiene que ver con la seguridad, no quieren tener productos, y también con la posibilidad de posicionarse con insumos. Este año faltaron gasoil, glifosato y algunos herbicidas, entonces como cooperativa buscamos stockearnos en la mayor cantidad posible de insumos. Y si bien corremos el riesgo de que después no lo retiren o el producto baje y lo compraste caro, prevalece la decisión de asegurarnos una gran parte del paquete tecnológico que utilizan los socios”.
El aumento de la demanda por parte de los asociados de fertilizantes líquidos también generó que la cooperativa invirtiera en un camión cisterna de última generación para hacer la entrega a campo. “Compramos un semirremolque danés con la mejor tecnología disponible buscando dar un servicio de excelencia en lo que es despacho a campo desde la planta o directo de puerto”.
Escenario complicado
“Este año es complejo porque no sólo pegó la sequía sino las heladas. Hay productores que tienen entre 30 y 40% de daño por helada, tasado, en trigo. Sumale que ya tenía una merma de kilos por la seca, por más que ahora le haya llovido no varía el escenario”, indica el gerente para meterse en el análisis de la actualidad productiva.
El 50% de los socios de Alfa trabajan campos en la zona costera, justamente la más castigada por las condiciones climáticas del año. “Si bien tenemos otro núcleo importante en la zona de San Mayol, y también hay socios en el norte del partido y algunos en Cascallares y Aparicio, nuestro fuerte es la costa”, explica Vejrup.
“Si cae la producción de nuestros socios un 30%, está claro que vamos a tener un impacto. Veremos si hay algún pedido de refinanciación de algún productor que haya sacado insumos por canje, el riesgo está porque puede ser que alguno le falle la cosecha y no pueda cumplir”.
Y con la vista puesta en la campaña 2023/24, Alex explica: “Ya sabemos que si este año un socio se apalancó en un 20 o un 25%, el año que viene lo va a hacer en un 40%, a menos que caigan mucho los precios de los insumos”.
Pero eso es futuro, por el momento la cooperativa está haciendo bien los deberes para seguir creciendo a paso lento pero sostenido.
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“Sembrando Futuro” llegó al 50% de las escuelas de la ciudad
“Sembrando Futuro” es el proyecto de responsabilidad social empresaria de la cooperativa Alfa a cargo de la ingeniera agrónoma Ana Jensen, junto a las ingenieras Verónica Zurita y Mariana Albertsen, que impulsan la realización de huertas en las escuelas públicas de Tres Arroyos. “Este año llegamos al 50% de las escuelas de la ciudad, estamos en 10 de las 20 que hay, y es un muy buen número”, dice Alex Vejrup.
El proyecto propone un concurso de huertas escolares, con premios que motiven al docente y al grupo de alumnos, que consistirán en viajes para que los chicos tengan la posibilidad de conocer otros lugares.
“Lo mejor es que los chicos se llevan la enseñanza del proceso de preparar la tierra, sembrar, ver crecer la semilla, vivir desde la siembra hasta la cosecha. Y que entiendan que todo tiene un tiempo y un trabajo”, agrega.
Este año tres escuelas ganaron el viaje a Tandil como cierre de la 5ta edición del proyecto (Escuela 12, 48 y 56). La elección de las huertas ganadoras se compartió con el responsable de Prohuerta a nivel local, el ingeniero agrónomo Haroldo Herrera.
“Seguimos trabajando en forma conjunta con la Escuela Agropecuaria, cuatro chicos cursan sus estudios en esa institución con el aporte que realiza la cooperativa a partir de becas. Para el año que viene vamos a retomar las visitas entre las escuelas participantes del proyecto y los alumnos de primer año de la EATA”, comenta Vejrup.
Toda la información y las fotos del proyecto puede observarse en https://www.sembrandofuturoarg.com.