La ganadería climática y política

Con muy buen nivel de oferta y precios congelados desde el mes de abril, los resultados económicos sufren dentro de un marco institucional poco favorable para la ganadería

  

Por Diego Ponti*

La mejor noticia del mes para los ganaderos fue, sin lugar a dudas, la lluvia. Se liberó una de todas las variables que pisotean los precios de la hacienda. Amplias zonas ganaderas del país recibieron las esperadas, y urgentes, precipitaciones. Muchas zonas continúan en estado de emergencia, en otras gran parte de la primavera se perdió, pero las lluvias cambian las expectativas mientras se espera que el agua se convierta en pasto.

La seca fue la única variable que logró bajar los precios de los terneros de invernada; hasta ahora, ni los precios congelados del gordo, ni los márgenes en rojo de los corrales, habían podido hacerlo. El refugio de valor y las expectativas hacia el futuro le ponían precio a un ternero que no tenía nada que ver con la realidad de los negocios. Pero sin agua no hay pasto, se achican los campos, y no hay expectativa ni refugio de valor posible que traccione los precios.

El que vende hoy el ternero que encerró hace cinco meses perdió dinero; nunca levantó el precio de venta, nunca se imaginó vender a un precio inferior en cinco meses hacia adelante en una economía inflacionaria al 100%

En los primeros 15 días de noviembre un ternero 160-180kg promedió 397$/kg, es decir un 28% por encima de noviembre 2021. En el mismo período la inflación se aproxima al 90%. El ritmo de crecimiento interanual del precio del ternero alcanzó su máximo en marzo/abril 2021 (114%); luego lentamente fue perdiendo fuerza mientras que por el contrario la inflación se fue fortificando.

Por más que lo deseemos, no podemos vivir en fases eternas de precios crecientes; la historia nos dice que los precios de la ganadería se mueven a lo largo del tiempo entre fases ascendentes y descendentes como la actual. El clima y el marco institucional, entre otros, son catalizadores en cada una de ellas.

La seca despertó la ponderación sobre las variables económicas. Aún en las regiones con mejores condiciones forrajeras los precios de la invernada no logran despegar. La fuerza que ejercen los recriadores pastoriles en esta parte del año aún no se hace presente y habrá que esperar la respuesta de los campos un tiempo más.

Para los planteos de recría hay dos factores muy negativos: el riesgo climático en una primavera con evento La Niña y el elevadísimo costo financiero. Por ejemplo, en una hectárea con una carga de tres terneros, con alquiler, pasturas, verdeos, personal, sanidad, etc. se están hundiendo algo así como 273.000 pesos, con un costo financiero anual del 100%.

Feedlots siguen en rojo

La variable número uno que explica los resultados económicos de los corrales es el precio de venta. El precio de un novillito en el Mercado Agroganadero de Cañuelas cayó más de un 5%, en términos corrientes, desde mayo. Debería ser el fin de este análisis, pero sigamos. El maíz, en el mismo período, aumentó un 26%, y si bien los terneros de reposición están en baja, los resultados económicos del corral no se subsanan achicando costos sino incrementando ingresos.

De acuerdo con nuestros modelos, un corral que encierra 50% de terneros y 50% de terneras de 170kg para llevarlos al mercado con 320kg, con un precio 5% por encima de la referencia de Cañuelas, tiene hoy un margen bruto negativo de 12.000 pesos por cabeza. Si se incorpora el costo financiero se superan los 30.000 pesos por cabeza.

Esta es la foto, pero no se salva tampoco la película: el que vende hoy el ternero que encerró hace cinco meses perdió dinero; nunca levantó el precio de venta, nunca se imaginó vender a un precio inferior en cinco meses hacia adelante en una economía inflacionaria al 100%.

Mucha oferta para una demanda debilitada

Actualmente hay una oferta que aplasta en fuerza a las demandas interna y externa. En los primeros 10 meses del año la faena creció un 3,5% respecto del mismo período de 2021. La producción lo hizo en un 4,8% gracias a un peso promedio de faena que llegó a récords históricos. Los feedlots, que marcan el ritmo de la oferta en el corto plazo, registran, según Senasa, un total de 1.718.360 cabezas encerradas en noviembre, lo cual representa un incremento del 7,7% versus noviembre de 2021.

Los datos de la Cámara Argentina de Feedlot, a principios de noviembre, indican corrales en proceso de vaciamiento: se reponen 0,68 cabezas por cada una que sale a faena. Es un proceso normal en esta época del año, pero en 2022 se partió de una mayor cantidad de cabezas encerradas.

El “bache” de oferta esperado para fin de año será parcialmente diluido por una salida anticipada de hacienda a faena. Muchas recrías concluyeron antes de tiempo por falta de pasto y pasaron antes de lo planificado a los corrales. Hacienda que se esperaba para febrero/marzo saldrá para fin de año.

Pero la oferta es finita, lo que se adelanta hoy no estará disponible en el primer trimestre 2023. Lo que hoy no se carga en los corrales, tampoco. La corrección esperada de precios de fin de año pierde algo de fuerza y se difiere para principios de 2023.

En tanto, este bajón de precios de la hacienda despertó, desde otro lado, el interés de hacer un carry trade ganadero: vender dólares, comprar hoy hacienda barata, esperar el salto de precios previsto y recomprar dólares. Sin embargo, hoy la presión cambiaria es muy alta y creciente, con lo cual esta herramienta es muy riesgosa. Solamente considerando el comportamiento del dólar oficial en noviembre se observa una devaluación de 6,6% mensual, igual a 26% en cuatro meses. El piso de indiferencia es muy alto en función del riesgo que se corre al desarmar una posición en dólares para pasar a pesos en el momento justo.

Intervenciones sin sentido

El clima es una variable inherente a los sistemas productivos a cielo abierto. No es la primera vez ni la última que sufriremos adversidades de este tipo; es un factor exógeno que en parte se puede morigerar aplicando anticipadamente herramientas paliativas y aprendiendo de experiencias pasadas. Pero las reglas de juego que define el Gobierno son variables artificiales y dañinas que sí serían evitables.

Cuotificación de exportaciones, derechos de exportación, múltiples tipos de cambio, cortes prohibidos, control de control sobre el control de precios para atacar supuestos formadores de precios. Todo este pack anti ganadero pierde aún más sentido en este presente que muestra un mercado muy bien ofertado, con precios para la carne vacuna que aumentaron en el año a la mitad de la inflación. Es una visión de política miope en el tiempo, que puede ser buena hoy para la mesa argentina, pero está juego la inversión, la producción y los precios de la carne en próximos años.

*Analista de ganados y carnes de AZ-Group. Informe Asociación Argentina de Angus

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