La foto general de una situación preocupante

El ingeniero agrónomo realiza un análisis de lo que dejó la pobre campaña fina, las perspectivas de la gruesa y advierte sobre la situación de la ganadería. Además, plantea inquietudes y desafíos para mejorar los sistemas productivos

 

Por Pablo Errazu*

El panorama de la cosecha fina es muy preocupante, los rindes oscilan entre los 1.600 a 4.500 kilos, aunque estos últimos en algunos lotes puntales y se pueden contar con los dedos de una mano. También están los lotes de 800 kilos. Haciendo una foto general, estamos entre un 50 y un 70% de merma de rinde respecto a los últimos años.

En lo que me toca recorrer, que es una zona amplia en cuanto a distancia y diversidad de ambientes, lo más beneficiado este año es la zona de Dorrego/Cabildo, aunque en general son estrategias de nutrición buscando estabilidad más que techos de rinde, y en parte ese manejo hizo que los rindes no se disparen tanto.

Las mejores zonas de Tres Arroyos profundo/San Cayetano/Energía fueron las más castigadas, algo del rinde se lo llevó la helada, cuyo impacto fue muy variado, con casos del 80% daño, y este año en general no diferenció loma de bajo. Haciendo un promedio, entre un 15 y 25% de la merma fue por helada, también empezamos a ver muchas espigas en el suelo, producto de las plantas débiles y los días con mucho viento. Tenemos casos puntuales de daños del 30-40%.

En lotes puntuales, también algunos kilos se los llevaron las isocas, pero en general las cebadas que se demoraron la cosecha están en el orden del 10 -20% de pérdida por viento.

Resumiendo, con estos dos factores estamos entre 25-45% de disminución del rinde (también lugares que no se ve efecto de helada ni viento), el resto se lo llevó todo la seca, que fue el principal factor en la merma, porque años normales en precipitaciones estos factores mencionados en general se amortiguan más.

En concreto, lotes que dan 6.000 kilos todos los años, esta campaña rindieron entre 2.000 y 3.000 kilos.

Son lotes de alto potencial, en general fertilizados con altas dosis de fósforo, nitrógeno y azufre, por eso las decisiones de encarar la siembra de cultivos de segunda, pensando en que la nutrición estaba y buscando captarla, tanto maíz como soja, y por último girasol, que lo dejamos para fin de diciembre o principios de enero.

Después de la lluvia del domingo pasado se retomó muy fuerte la siembra de cultivos de segunda y la idea es hacerlo hasta cerca del 10 de enero o un poco más.

La gruesa

Hay muchos lotes que tienen su potencial de rinde afectado. Tenemos los cultivos en estados reproductivos avanzados y esos nunca habían tenido agua, así que según zonas, lotes, manejos, es el grado de afectación.

Y también tenemos otra parte de la gruesa con fecha de siembra más tarde, con estrategias distintas a la que el agua del 1° de enero le vino justo. En general se retrasaron las fechas, tanto de maíz como girasol y también de soja, que a pesar de que el porcentaje en la rotación iba a ser casi cero, con las últimas medidas los productores cambiaron algunos lotes a este cultivo.

Ganadería

La ganadería no es ajena a la falta de lluvias. Muchos verdeos de verano no se pudieron sembrar, y las reservas como rollos fueron menores que otros años, las pasturas no están produciendo como debieran, sumado a que la suplementación a base de granos queda muy costosa. Está claro que la ganadería la está pasando muy mal.

Eso repercutirá en el índice de preñez y en la baja en los kilos de destete. Lo empezaremos a ver en un par de meses.

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La vuelta de las labranzas

Desde hace unos años está en aumento la vuelta de las labranzas, tanto las convencionales como los nuevos métodos, algunos más agresivos que otros en cuanto a la remoción del suelo, caso de acondicionadores o rastras diamantes, y en menor medida el pie de pato.

Es entendible que los sistemas de producción están cambiando y se están haciendo complejos, y año a año sumamos problemáticas, no sólo malezas sino compactación de los suelos.

Tenemos los problemas de escasas rotaciones, sumado a que no todos los ambientes se pueden rotar con cultivos de gruesa, que ayudaría no sólo al problema de compactación sino también de malezas. Podemos hablar de cultivos de servicio pero cuando vemos el porcentaje de adopción es bajo debido a distintos factores que lo condicionan en nuestra zona.

Un suelo “volándose” en el partido de San Cayetano

Es notable como en los ambientes frágiles, con el uso excesivo de laboreos, los suelos se están volando, no sólo con consecuencia en la pérdida de la fertilidad, sino también con la pérdida de los cultivos por el quemado, generalmente en las lomas y medias lomas.

Si nos remontamos a 10-15 años atrás o algo más, esos mismos lotes sufrían los mismos problemas y con el buen uso y manejo de todos estos años logramos estabilizarlos, y ahora vemos que en dos o tres años lo volvimos a destruir.

Está claro que los extremos son malos y no llegan a soluciones globales, pueden resolver un caso concreto pero no para masificarlo, hoy tenemos muchas alternativas en control de malezas, por ejemplo aplicaciones selectivas que están a nuestro alcance y el porcentaje de adopción es muy bajo. El sistema es cada vez más complejo, la ganadería va desapareciendo en los campos agrícolas y ahí es donde las problemáticas crecen debido a la escasa rotación principalmente con cultivos de pasturas de varios ciclos, que no sólo ayudan con las malezas problemas si no con el aspecto más importante que es la estructura de los suelos.

Pero es un tema que no depende de un solo eslabón de la cadena sino de todo el sistema, está claro que solos no vamos a mejorarlo, aunque es probable que todos juntos los mejoremos: INTA, Sociedad Rural, grupo de productores, CRIATA, CIAFBA, CREA, Aapresid, AAPPCE y el resto de los que me estoy olvidando de mencionar.

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El uso del trigo HB4

Respecto a la tecnología HB4 se está imponiendo en las zonas marginales, hoy con algunas variedades, pero muy prometedor respecto a los convenios que se puedan hacer con todos los semilleros y poder colocar esa tecnología en materiales de alto rendimiento.

Como asesor de productores que lo empezaron a utilizar, me parece una buena alternativa, siempre pensado en la estrategia defensiva: baja densidad de siembra, entre 35-45kg y fertilización también baja. Pero lo importante a remarcar es en los sitios donde se está utilizando. Mucho se habla de que no funcionan en los ambientes de alto potencial, pero el problema es que no se analiza que ese no es el objetivo, por lo menos hoy con los materiales disponibles.

En mi caso se usaron en ambientes de Dorrego/Cabildo, donde su potencial objetivo está entre los 1.800 – 3.000 kilos, también podríamos decir que con cualquier otro material no HB4 lo podemos lograr, y eso es cierto. Como toda tecnología, la pruebo para encontrarle el nicho más adecuado, no masificar por masificar, eso creo que es el problema en general, se quiere con una tecnología solucionar la problemática de todas las zonas agroclimáticas.

También el uso de herbicidas específicos en el cultivo nos da un plus en el manejo teniendo esta tecnología y pesando en malezas difíciles de controlar.

Pasando al negocio en sí, que se hace con la empresa proveedora de la semilla, que se realiza sí o sí bajo contrato y es la encargada de cargarlo y llevarlo al destino, en ningún momento el productor debería comercializar por fuera esos granos, ya que generaría una contaminación con los que no son HB4, y eso a nivel puerto es casi imposible de segregar.

* Ingeniero agrónomo

 

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