Aunque se descartaba que después de nueve meses de valores nominales estancados -o en retroceso- los precios del ganado ante la caída de la faena se iban a recuperar, sin embargo, la reacción de éstos supera lo que se esperaba
Por Ignacio Iriarte
En los últimos días de enero, se produce una importante restricción de la oferta ganadera, porque por la misma seca se agota la producción de gordo, y porque muchos productores se resisten a vender a la espera de ver hasta dónde llega la suba de precios.
Se descartaba que después de nueve meses de valores nominales estancados -o en retroceso- los precios del ganado ante la caída de la faena se iban a recuperar, pero la reacción supera lo que se esperaba.
La faena fue inusualmente alta hasta el 20 de enero, para caer abruptamente en los últimos 10 días del mes; aun así, la faena de enero totalizó los 1,22 millones de cabezas, un 20% más que igual mes del 2022.
La suba de precios es muy importante para el novillo y el novillito, y menos potente para la vaca gorda y la conserva, y para la invernada.
Mientras tanto, los precios internacionales de la carne vacuna tienden a mejorar. China se está recuperando mucho antes que lo esperado, con un reciente pronóstico (FMI) de incremento de su PIB del orden del 5% para este año.
Hay claramente un mayor interés de los importadores chinos -nunca dejaron de comprar grandes volúmenes de carne vacuna- y los precios han comenzado a mejorar. Por otra parte, el R&L Hilton supera hoy los u$s 14 mil por tonelada, valor impensado unas semanas atrás.
Falta ver si este escenario a la baja de la oferta ganadera se sostiene y si el consumo puede absorber una suba del 40% en el precio de la carne al mostrador.
Pero la fuerte recuperación de los valores nominales de la hacienda de las últimas semanas -después de varios meses de estancamiento- debe buscarse en la caída de la oferta, y esto podría reducirse más aún si llueve en forma “generalizada, abundante y sostenida”.
Los valores
El precio promedio del novillo en el MAG tocó en marzo de 2022 un máximo histórico de $479 (de enero de 2023) por kilo vivo, para caer luego por nueve meses consecutivos hasta tocar en diciembre un piso de $303 por kilo. Desde entonces, ha subido un 35%, para ubicarse hoy -siempre a moneda constante- sólo un 15% por debajo de marzo último.
Se descartaba que cuando comenzara a llover, los precios se iban a recuperar, pero la suba supera lo esperado.
En el caso del novillito (300-390 kg) alcanza un máximo de $538 (de enero de 2023) en abril pasado, para caer hasta $333 en diciembre, y aumentar luego durante enero hasta los $424 actuales (+27%). La vaca gorda, cuya cotización tocó un pico de $374 pesos (de enero del 2023) por kilo vivo en febrero de 2022, llegó a un mínimo de $247 en diciembre y se recuperó después hasta llegar a los $294 actuales, que se ubican todavía 21% por debajo de febrero del año pasado.
A causa de la seca, hay todavía una oferta abundante de vacas, y si bien la demanda del gigante asiático muestra en estos días una promisoria recuperación, los valores CIF de la carne que se exporta a ese destino están aún un 30% por debajo del otoño pasado.
Tampoco se ha recuperado totalmente el precio real de la vaca conserva, que llegó a $323 por kilo (a plata de hoy) en febrero de 2023, cayó luego a $189 en octubre pasado y hoy cotiza a $230 por kilo, todavía un 29% por debajo de hace 11 meses.
El precio del ternero de invernada, que llegó a cotizar a $667 (de enero de 2023) en marzo del año pasado, hoy, pese a la suba de los últimos días, vale a moneda constante un 33% por debajo de hace 10 meses. Como se ve, los valores han mejorado de manera desigual, debiéndose considerar que los precios reales del ganado (gordo e invernada) del otoño pasado fueron los más altos -junto con los de 2011- de una serie histórica que comienza en 1959.
La Voz