La faena de enero fue la más alta de los últimos 15 años

Según los datos publicados por la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario fueron faenados 1.185.257 cabezas, un 20% más que en enero 2020. Aún con elevada oferta total, se percibe la falta de hacienda terminada. El análisis de ROSGAN

 

Como era de esperar, enero comenzó con una actividad de faena ciertamente elevada. De acuerdo a los datos publicados por la Dirección Nacional de Control Comercial Agropecuario (DNCCA) durante el primer mes del año fueron faenados 1.185.257 vacunos, que comparado contra igual mes del año pasado representa una suba de más de 20 puntos porcentuales.

Asimismo, al analizar una serie más amplia encontramos que, en términos absolutos, este número representa el enero de mayor faena en los últimos 15 años, desde los 1,3 millones de animales registrados en enero de 2008 y 2009, período de plena liquidación de hacienda.

Dentro de este contexto, la participación de hembras, que durante aquellos períodos marcaba niveles de 47,5% para esta misma época del año, aún se mantiene en torno a los 45,4%, nivel que todavía puede considerarse dentro de las bandas de equilibrio para el stock nacional. Si bien la faena de vacas sigue siendo elevada especialmente para las zonas más afectadas, a nivel país, los porcentajes de extracción no reflejan una situación de liquidación general.

Sin embargo, en el corto plazo, la seca ya está empezando a plasmar los primeros efectos en la oferta de hacienda terminada. Más allá del número total de animales faenados, si analizamos la integración por categoría, se observa claramente una menor participación de novillitos (-3,9%) y vaquillonas (-8,5%) terminadas en relación al resto de las categorías.

Esto es en parte lo que, de algún modo, ha presionado a adelantar la corrección de precios del gordo que se esperaba recién para fines de febrero a comienzos del mes de marzo.

En el caso de la invernada, a pesar de la mayor oferta que se está viendo por falta de pasto, en especial en toda la franja este del país, los precios del ternero han logrado alinearse a la suba del gordo. Las últimas referencias de ROSGAN para el mes de febrero posicionan al ternero en los $496,56, lo que representa una mejora nominal de 38 puntos respecto de los valores de enero, aunque en su recorrido anual, al igual que el gordo, sigue quedando retrasado respecto del aumento general de precios.

Comparado con los valores registrados en febrero de 2022, la referencia de precios para el ternero ROSGAN muestra una suba del 54% mientras que el novillito, en el Mercado de Cañuelas, registra en promedio una mejora nominal del 63% interanual, en lo que va del mes.

¿Cómo reposiciona entonces al feedlot esta nueva relación de precios? Actualmente, con una relación instantánea de compra/venta cercana a 1, con precios del ternero y del gordo liviano cercanos a los $500 el kilo, el feedlot comienza a acomodar sus números o, al menos, a reducir el contra margen bruto que ha estado registrando la actividad durante los últimos 6 a 7 meses.

En efecto, este adelantamiento de la zafra de terneros que está generando la seca, contribuye a elevar el ingreso a los corrales. Según datos de la Cámara Argentina de Feedlot (CAF), los ingresos a los establecimientos han estado creciendo, incluso durante diciembre, momento durante el cual los corrales suelen vaciarse, alcanzando actualmente el 63,1% de la capacidad instalada.

Si bien el costo de alimentación sigue siendo muy elevado ante la escasez de granos que proyecta la seca, la incidencia del alimento dentro de la estructura de costos del engorde tiende a reducirse tras la adecuación de precios registrada en la hacienda. Actualmente, la incidencia del costo del alimento sobre la estructura total se ubica en torno al 34% cuando meses atrás llegó a representar casi el 50% de los costos totales del engorde a corral.

Por tanto, esta especie de ‘ventana’ que se ha abierto para el feedlot tras la corrección de la hacienda anima a muchos compradores a intensificar el llenado, aun conscientes de que los números de la actividad siguen siendo sumamente ajustados.

En la medida que el feedlot pueda seguir recibiendo los animales que hoy están saliendo obligadamente de los campos, permitiría morigerar la falta de hacienda terminada a partir del segundo trimestre del año.

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