Se realizó ayer en el establecimiento de la familia Caletti, en Barrow, una jornada organizada por Irrisur referida a los beneficios que otorga el riego complementario en los cultivos. Charlas técnicas, una recorrida a campo y el almuerzo de cierre fue la propuesta que contó con la participación de unas 80 personas
Se desarrolló ayer en el campo de la familia Caletti una interesante jornada sobre riego complementario organizada por Irrisur, la firma de Lobería que tiene la representación de la empresa Valley en el sudeste bonaerense, apuntada a contar los beneficios que se pueden cosechar en suelos con limitantes a partir de la aplicación del riego. Una primera etapa compuesta por cuatro charlas y una segunda llevada a cabo a campo, con el recorrido de los cultivos, atrajo la atención de alrededor de 80 técnicos y productores.
Tal estaba pautado, el inicio de la jornada se dio a las 10, con un desayuno, para tras una breve introducción compartir la primera disertación. Fue el ingeniero Fernando Ross de la Chacra Experimental Integrada Barrow quien abrió el juego describiendo como impacta en el crecimiento y en los rendimientos de los cultivos el déficit hídrico.
La segunda charla estuvo a cargo del ingeniero Leandro Storti, integrante de Irrisur y con más de tres décadas de experiencia en la aplicación de riego complementario en esta zona de la provincia de Buenos Aires. Storti hizo un paneo general de las cuestiones fundamentales a tener en cuenta al momento de comenzar a utilizar el riego y de los distintos beneficios que tienen los equipos que hay en la actualidad altamente tecnificados y a su vez muy simples de controlar.
Su disertación fue complementada por el ingeniero Leandro D’Onofrio, también perteneciente a Irrisur, quien brindó algunas especificaciones a tener en cuenta al analizar la posibilidad de incorporar un equipo pivote de riego.
El cierre de la primera etapa de la jornada estuvo a cargo del ingeniero Juan Gurruchaga, asesor agronómico de la familia Caletti, quien describió el planteo y la estrategia productiva que empezaron a llevar adelante desde noviembre del año pasado tras la incorporación del equipo de riego.
A campo
Ya pasado el mediodía y con el termómetro en ascenso, llegó el turno de subirse a las camionetas y acercarse a los lotes de maíz y girasol que se desarrollaron bajo riego en esta tan complicada campaña. También sirvió para que los presentes vieran el equipo pivote y se sacaran las dudas de cómo funciona el sistema.
De regreso al patio del casco del campo, fue el turno de unos muy ricos sándwiches de carne y el repaso de todo lo visto antes. Así se armó un muy interesante intercambio entre los asistentes y los representantes de Irrisur y el ingeniero Ross.
“Al riego lo definimos como un puente para lograr con planteos conservadores rindes aceptables y estabilizados en zonas de suelo con tosca, por ejemplo”, explicó Storti. “La clave está en el manejo que se le da al riego. No querer regar 400 milímetros, si no aplicar un milimetraje acotado para lograr que el cultivo convierta cada milímetro en la mayor cantidad de materia seca posible”, agregó.
“Y hacer planteos más conservadores, y rotaciones. Que el equipo se mueva en tres o cuatro posiciones para no regar siempre el mismo lote”, completó.
“Al tener una maceta chica”, dice en referencia a muchos de los suelos de esta zona que tienen tosca, “el riego complementario se convierte en un puente y así lograr algunos cultivos tardíos o de segunda o con baja densidad. Con pocos milímetros podés lograr rindes aceptables”.