En la ganadería lo que cuesta vale

Los criadores de Rústicos, el ejemplo de que la inversión en genética y un trabajo bien direccionado tienen premio

 

Que lo coyuntural no eclipse la mirada sobre lo estructural. La estampida de terneros a la venta expulsados por la ya tan mencionada sequía y la pésima situación económica de la Argentina hacen que la recuperación de los precios de la hacienda sea mucho más lenta de lo querido y necesitado por el productor. De todos modos, este contexto adverso, deja enseñanzas varias. Una en particular: aún en este escenario, no todo vale lo mismo.

Esa es una de las definiciones más escuchadas en el seno de los criadores de Rústicos. Y no de ahora, sino desde siempre. Ha sido uno de los caballitos de batalla de Sergio Amuchategui, el mentor del proyecto, y de Juan García, el asesor técnico, al momento de explicar las bases sobre las que se apoyaba el sello ganadero. Inversión en genética, uso de toros de pedigree en los rodeos comerciales, presión de selección en la reposición, clasificación, son algunos de los términos que vienen pregonando allá lejos en el tiempo.

El Especial del Destete que Rústicos realizó hace 10 días en la Sociedad Rural de Tandil, que tuvo las ventas a cargo de la firma Alfredo S. Mondino, fue una muestra de que Amuchategui y García (y todos los que pregonan el mismo mensaje, que por suerte son varios) tienen razón. De que “no todo vale lo mismo”. O si querés, de que “lo que cuesta vale”. Dentro del deprimido mercado con el que convivimos desde hace un año y medio, los criadores de Rústicos vendieron sus terneros alrededor de un 20% por encima del precio de referencia.

Recompensa

Fue el premio que el mercado, en este caso el invernador y el feedlotero, decidieron darle a la mercadería presentada en la pista de Tandil. Dicho por el propio Alfonso Bustillo, presidente de la Asociación Argentina de Angus, la oferta no tenía desperdicio: “Es muy difícil encontrar 6.000 terneros como los que se presentaron entre lo físico y lo televisado en Tandil. A las claras muestra lo que es invertir en genética. Los integrantes de Rústicos son todos ganaderos muy fuertes, muy importantes”, analizó.

“La prueba está a la vista (del impacto que tiene la genética), en un año complicado de muchísima seca, los terneros a lo mejor tenían algún kilo menos, pero la calidad estaba intacta”, completó.

Bustillo destacó de manera especial la remisión de 1.500 terneros de Arandú: “Era realmente sorprendente, del primero al último”, aseguró.

Justamente el proyecto ganadero de la familia Vizzolini es un caso testigo de la respuesta productiva que genera invertir y tener un norte claro, y que aún en años como este, se marca una diferencia. “Nosotros no tuvimos agua entre octubre y diciembre, nos cayeron 25 milímetros en enero, y otra vez ni una gota en febrero. El campo no tenía absolutamente nada de pasto. Pero surgió el trabajo hecho en genética durante años, y la selección de los rodeos. Por eso se vieron esos 1.500 terneros, que salieron de un campo de cría duro de verdad, allá en Dolores, en la Bahía de Samborombón, y eran una tabla”, indicó Federico Vizzolini.

“En estos terneros se ve el esfuerzo y la inversión que viene haciendo la familia. Y quedamos muy contentos por los precios en que se vendieron, pese a que sabemos que no alcanza. Pero ese reconocimiento es un aliciente para seguir trabajando y mejorando”, agregó.

Vidriera

La familia Zudaire, de La Z de la zona de Rauch, es otro integrante de Rústicos que viene cosechando los kilos de la inversión en genética y de un trabajo bien direccionado. “En Tandil vendimos machos de 210 kilos, y la idea de participar era mostrar algo de lo que estamos haciendo, que se vea nuestra genética, que es producto de lo que venimos invirtiendo siempre en Rústicos”, contó Diego Zudaire.

“Hemos vendido muy bien y es muy bueno para nosotros porque venimos de un año bravísimo. Pero se ven los resultados de lo hemos venido invirtiendo en toros de pedigree en el último tiempo”, explicó. “Estamos usando bastante la balanza y calculamos que los terneros van a estar entre 25 y 30 kilos más de promedio. Y eso es genética”, completó.

La Z compró en los últimos años muchas vaquillonas PC y la totalidad de los toros que está trabajando en los rodeos son de pedidgree. “Toda es inversión en un año bravo como este nos da frutos en los kilos de más de los terneros”, dijo satisfecho Diego.

Sorprendieron también en Tandil los terneros de EAG, una empresa de San Francisco del Monte de Oro, de la provincia de San Luis. “Eran unos terneros tremendos, que demuestran la calidad de Angus, y que se puede producir un animal como los que criamos acá, allá, en los peores campos de San Luis, con la sequía, las altas temperaturas, las heladas, las sierras”, comentó Juan García.

El asesor es quien lidera el proyecto en aquellos campos de San Luis que han sido poblados con vientres y toros de criadores de Rústicos.

“En Tandil la calidad se pagó. Los precios estuvieron bastante mejor de lo que era el mercado. Y eso genera satisfacción. Porque en todos los casos hablamos de procesos de años, de inversión y de trabajo”, completó García.

“No todo vale lo mismo. Siempre lo decimos. Y en un momento como este, incluso es más notorio. En Tandil se vieron 6.000 terneros de 32 criadores de diferentes marcas, pero con la misma clase: buen lomo, estructura de hueso, calidad racial, orejas, pelo, cabeza… A través de los diferentes remitentes, el mismo concepto. Y uno se pone contento por haber logrado eso, y que eso se haya premiado”, explicó Sergio Amuchategui.

Entonces, lo coyuntural no debe eclipsar lo estructural. Porque lo que cuesta vale.

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