La economía sufre los primeros síntomas de la sequía

Un informe de CREA muestra el impacto del dólar paralelo, la fragilidad de una macroeconomía caracterizada por una inflación superior al 100% anual y por la escasez de divisas que sufre el BCRA

 

El impacto del dólar paralelo, la fragilidad de una economía caracterizada por una inflación superior al 100% anual y la escasez de divisas que sufre el Banco Central (BCRA) fueron las variables que analizó CREA en su último informe sobre la economía argentina en un escenario que se agudiza por las pérdidas de la sequía (-u$s 20.000 millones) y por los vencimientos en dólares restantes del año con el FMI y privados (u$s 4.384 millones).

El rápido avance de las cotizaciones paralelas del dólar inquieta al Gobierno y lleva a una creciente situación de incertidumbre. “Al momento de redactar este informe, el dólar informal se encuentra en $465, una brecha del 108,6% respecto a la cotización oficial. Si bien la brecha cambiaria se encuentra por debajo del máximo de 160% alcanzado durante la salida de Martin Guzmán (hoy significaría un dólar informal en $571), la velocidad, 17% desde el 31/3, y el timming de la suba, encendió las alarmas de las autoridades. Sobre todo, porque ocurre a varios meses de las elecciones y en la época estacionalmente más alta de liquidación de exportaciones”, indica CREA.

Así, en lo que va del año, el BCRA acumula ventas por u$s 2.919, que hacen caer las reservas en u$s 2.000 millones, por lo que, dicho registro condiciona el cumplimiento de las reformadas metas con el Fondo Monetario (FMI).

Pese a ello, el Gobierno busca evitar una devaluación del dólar oficial por todos los medios posibles, e incluso, continúa retrasándolo respecto a la inflación (-29% desde ene-21). De esta manera, con la intención de revertir esta situación, las autoridades buscan instrumentos que permitan, amén de las múltiples restricciones que generan, “devaluar sin devaluar”. En este marco, se profundiza el control de las importaciones y se lanzó el tercer Programa de Incentivo Exportador (PIE III – “Dólar Agro”), con una mejora del tipo de cambio para determinados productos agropecuarios exportables.

Por un lado, la soja y sus derivados recibirán una cotización de $300 por dólar liquidado hasta el 31 de mayo. En cambio, algunas economías regionales (legumbres, maní, frutos secos, de carozo, y finos, tabaco, té, aceitunas y aceite de oliva, uvas, vinos y mosto, limones, madera, miel, lana, pescados y mariscos, entre otros) se verán beneficiadas por las medidas hasta el 31 de agosto, aunque como contrapartida se les exige requisitos para participar del programa (haber exportado esos productos en los 18 meses anteriores, mantener o aumentar la cantidad de puestos de trabajo registrados y los volúmenes comercializados en el mercado interno).

Con esta medida, el Gobierno tiene la perspectiva de acumular u$s 5.000 millones, para engrosar las reservas de cara a la parte baja de liquidación de divisas (post julio) que, además, coincide con el inicio de las tensiones que típicamente rodean a los comicios.

No obstante, las ventas no vienen siendo las esperadas por el Gobierno. Luego de demoras en la implementación, la liquidación acumulada alcanza los u$s 1.458 millones en los primeros 13 días, -72% que el “Dólar Soja 1” y -20% que el “Dólar Soja 2”. Uno de los motivos es la mejora marginal de precios que otorga el “Dólar Soja 3” respecto del promedio del mes anterior (+6% en términos reales). Probablemente, el relativamente bajo nivel de liquidaciones fue lo que motivó la incorporación al PIE III del sorgo, la cebada forrajera y el girasol. La evolución en el ritmo de venta dependerá de factores como las condiciones climáticas, la mejora del precio, la evolución del mercado de cambios (brecha), y la necesidad de cancelar compromisos, entre otros.

“En síntesis, la frágil economía argentina se encuentra experimentando los primeros síntomas de la sequía. Los cimbronazos económicos se transmiten a una coalición de gobierno que presenta dificultades para lidiar con la profundización de los problemas de gestión. En ese sentido, el objetivo oficial pareciera estar orientado a “aguantar” hasta fin de año. En ese sentido, el próximo gobierno heredará altos índices de inflación, de deuda y el atraso cambiario. Esta es la incertidumbre que atraviesa hoy la economía argentina, imprevisibilidad sobre el mediano y largo plazo, pero ahora cada vez más sobre el corto”, analiza CREA.

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