Lo que La Niña se llevó: un semestre con sequía de granos

El impacto del fenómeno que afectó al sector durante la campaña 2022/23 se hace evidente al analizar el flaco movimiento granario en los puertos y otros indicadores del sector

 

Mientras las lluvias ya recompusieron los perfiles de los campos del centro sur de la provincia de Buenos Aires y la zona núcleo tiene sectores con humedad y otros que aún esperan por las precipitaciones, el impacto de La Niña le pega de lleno al movimiento portuario que sufre por la sequía de granos. En las terminales de Bahía Blanca en este primer semestre se descargó un 39% menos de toneladas que en 2022 y se embarcó un 58% de las toneladas respecto a los seis meses iniciales del año pasado.

Así se desprende del habitual informe mensual que la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca realiza son el movimiento del puerto local. En esta oportunidad, además de relevar lo ocurrido en cuanto a descargas y embarques durante el mes de junio, ponderó lo ocurrido en el primer semestre del año.

En cuanto a las descargas, en el mes de junio fueron 802.035 toneladas las operadas, cifra similar a la del junio de 2022. El impacto de La Niña aparece con claridad al hacer el recuento del semestre: 4.142.625 toneladas es el acumulado de lo descargado, un 39% menos en relación al año pasado.

Si se enfoca el análisis en las toneladas embarcadas, las consecuencias de la sequía son explícitas tanto en el movimiento portuario de junio como lo ocurrido en el primer semestre. Fueron 759.534 toneladas las embarcadas en el mes, un 38% menos que en 2022; mientras que entre enero y junio se subieron al barco 3.841.590 tonelada, un 45% menos.

Aguas arriba

Los puertos del Gran Rosario muestran una foto similar a la de las terminales bahienses. De acuerdo con los datos publicados por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la cifra de granos descargados en el primer semestre es la más baja desde al menos el año 2001: 12,6 millones de toneladas. En comparación con el año anterior, la caída acumula cerca del 60%.

El Gran Rosario es la principal vía de salida de los productos agroindustriales argentinos al mundo y es considerado el segundo puerto más importante a nivel global, después de Nueva Orleans. Por lo tanto, esta disminución en la descarga de granos es un indicador contundente del impacto de la sequía en la logística del comercio de granos.

En cuanto a los despachos, es decir, los embarques de granos y subproductos, entre enero y junio de 2023, se embarcaron un total de 25,6 millones de toneladas, registrando el peor primer semestre desde al menos el año 2000. Este dato evidencia las dificultades que enfrentó el sector agroindustrial argentino para cumplir con los compromisos de exportación debido a la escasez de granos causada por la sequía.

Indicadores

Si extendemos el análisis al volumen total de granos comercializado en Argentina en el primer semestre del 2023, el impacto es evidente. Según los datos de SIO Granos, este volumen fue el segundo más bajo desde que se iniciaron los registros en 2017, con apenas 51,4 millones de toneladas.

Si compara exclusivamente, con el primer semestre de cada año, resulta ser el menor de toda la serie. Uno de ellos es el caso de la soja, el volumen mensual comercializado en junio de 2023 alcanzó su nivel más bajo de los últimos seis años y medio. Además, cinco de los seis meses del año encabezan el ranking de menor volumen negociado desde enero de 2017.

En cuanto a las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) de bienes agroindustriales, en el primer semestre de 2023, estas declaraciones totalizaron 17,9 millones de toneladas, representando el segundo volumen más bajo de la década. A excepción del complejo girasol, todos los complejos presentaron variaciones negativas en comparación con el mismo período del año anterior.

Esto indica que las ventas al exterior de granos y subproductos también se vieron afectadas por la sequía. Es importante destacar que el programa de incremento exportador, conocido como “dólar agro”, tuvo un impacto significativo en estos indicadores.

Entre abril y mayo, cuando el programa estuvo vigente, se registró un aumento en las ventas de soja y girasol. Sin embargo, es necesario señalar que gran parte de las declaraciones de junio se realizaron en los primeros dos días del mes, coincidiendo con la extensión del programa para la soja.

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