Enfermedades en trigo: expertos al rescate

Conocer los síntomas de las manchas y las royas en etapas tempranas, permite su correcto diagnóstico y manejo a tiempo sin perder un grano de más

 

Con el cultivo de trigo establecido, arrancan las recorridas a campo en busca de enfermedades. Agenda Aapresid, salió al rescate con tres expertos para brindar las herramientas para diagnosticar bien, monitorear a tiempo y aplicar adecuadamente.

Mancha amarilla y royas: las villanas del trigo

En cereales hay dos tipos de patógenos: los que originan manchas y sobreviven en el rastrojo, y los que producen las royas, hospedándose en plantas guachas y en semillas, explica la especialista Margarita Sillón. Las temperaturas cálidas, el viento y el rocío, favorecen su proliferación y dispersión. “Ante inviernos benignos, es crucial inspeccionar los lotes desde etapas tempranas”. En esta campaña, ya se empezaron a detectar síntomas de manchas, advierte la experta.

La mancha amarilla (Pyrenophora tritici-repentis) es la enfermedad más común y dañina del trigo, afectando el peso de los granos. En casos severos, puede conducir a la pérdida de hojas y a un menor número de granos por espiga. Su típica mancha marrón con halo amarillento permite diferenciarla de las royas.

En la roya amarilla (Puccinia striiformis) las pústulas amarillentas ocurren sobre las hojas y se disponen en estrías paralelas a las nervaduras. Mientras que en la Roya anaranjada o de la hoja del trigo (Puccinia triticina) la disposición de los inóculos no sigue un orden específico.

La detección temprana marca la diferencia

Una vez implantado el cultivo, es importante evaluar incidencia -número de hojas y plantas infectadas- y severidad, o el área enferma dentro de cada hoja. En el caso de las manchas, Sillón define como umbral para la acción hasta un 40% de hojas afectadas. Aunque esto varía según región: “En el sur de Buenos Aires un 20% ya es señal de aplicación”, menciona Julián Portugal de Viento Sur.

En cambio, en el caso de las royas, la primera pústula observada es la que indica que es hora de aumentar la frecuencia de monitoreo. Por ello, los especialistas motivan a técnicos y asesores a estar muy atentos para evitar posibles escapes.

Mantener a raya las royas y las manchas

Portugal, menciona como punto de partida a la protección con curasemilla, previo análisis de semillas. En segundo lugar, en el marco de un manejo integrado de plagas, destacan el rol de la rotación de cultivos, la eliminación de plantas guachas y la siembra de variedades resistentes o genotipos de mejor comportamiento. Las aplicaciones de fungicidas foliares deben hacerse respetando los umbrales para reducir impacto ambiental, presión de selección y costos.

Sobre esto último, el agrónomo Earle “Cocó” Gastaldi de Xarvio, destaca el uso de herramientas digitales para pronosticar enfermedades, ordenar el monitoreo y aplicar fungicidas en el momento adecuado, asegurando la máxima eficacia y mínimo impacto ambiental. “Todas las herramientas ayudan a la toma de decisiones. La digitalización contribuye al uso inteligente del tiempo y recursos en el campo”.

Aapresid

 

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