En el Día del Ingeniero Agrónomo, Pablo Errazu, presidente del CRIATA, habla de la actualidad de la profesión y de la necesidad de abordar la cuestión del cuidado del medio ambiente entre todos los actores de la producción
Cada 6 de agosto, en la Argentina se celebra el Día del Ingeniero Agrónomo y del Veterinario. Es una muy buena oportunidad para conocer la actualidad de las profesiones y saber en pos de qué objetivos están trabajando los técnicos que salen todos los días al campo. En este caso, conversamos con el ingeniero Pablo Errazu, presidente del Centro Regional de Ingenieros Agrónomos de Tres Arroyos.
– ¿Cómo es la actualidad del CRIATA?
– El centro tiene muchos años desde sus comienzos y este año estamos cerrando el ejercicio número 13 desde que tenemos personería jurídica. Somos más de 160 socios de Tres Arroyos y la zona, eso da un panorama de la importancia que le dan los colegas al Centro.
Y no solo con los agrónomos, el Centro tiene relación directa obviamente con el Colegio de Ingenieros Agrónomos y Forestales de Buenos Aires (CIAFBA), con el INTA Barrow, no sólo teniendo miembros en la comisión directiva, sino con las acciones en conjunto que realizamos. Con el municipio, como pilar muy importante en la relación con la comunidad, y además algunos proyectos lindos como es arbolado urbano. Con la Sociedad Rural tres Arroyos, Aapresid Regional Tres Arroyos, y todo lo relacionado al agro.
Todas estas relaciones tienen un objetivo común que es alinearnos en las posturas y delinear un poco el futuro de las cuestiones que nos corresponden. Y no olvidarnos de las empresas privadas que año a año se suman también con objetivos comunes.
– ¿Cuáles son las demandas por parte de los matriculados que tienen hoy los que están al frente del Centro?
– El Centro tiene muy marcada la parte de actualización técnica con especialistas, y eso es lo que más nos piden, y es lo que nutre a los colegas. Diría que somos referentes por las jornadas de actualización técnica en cultivos de fina y gruesa. Además, desde el año pasado todos los meses hacemos breves reuniones abiertas sobre temas/problemáticas del momento.
– Yendo ya a su actividad y relación con el medio, ¿la crítica al abuso de agroquímicos y el cuidado del medio ambiente siguen siendo las demandas que les llegan desde la comunidad?
– Ese es un tema bastante delicado, que gracias al trabajo en conjunto con todos los actores de la producción tanto pública y privada, venimos y seguiremos trabajando. Pero no es un tema que se va a solucionar en el corto plazo.
– ¿En qué lugar de esa discusión se para el ingeniero agrónomo o se tendría que parar según tu mirada? ¿Debería ser un garante del cuidado del medioambiente?
– Esta es una respuesta muy personal y bastante discutida, pero no todos están convencidos de entrar y ser parte de esa discusión, y creo que la deberíamos liderar los que tenemos ganas de hacerlo. Digo tenemos porque me incluyo dentro de los que tienen ganas.
Y la responsabilidad es compartida con todos los que llevamos adelante las producciones, creo eso tampoco lo tienen todos claro y debemos hacer docencia al respecto, y es probable que ahí sí el agrónomo pueda tomar un rol importante como mediador entre las partes.
– ¿Cuál es el papel que hoy cumple la agroecología en ese sentido?
– La agroecología es parte de la agronomía y la aplicamos diariamente, tenemos una materia en nuestra carrera que es precisamente eso. Hoy se está trabajando con muchos referentes colegas y productores que están logrando cosas muy buenas, usando tecnología de procesos principalmente, generando muchos datos muy interesantes.
Ahora si me preguntas si la agroecología es la solución a los problemas ambientales y sociales de la actualidad, mi respuesta es no, pero tampoco creo que como veníamos produciendo lo sea.
Como veníamos hablando en el comienzo, la solución es en conjunto y utilizando lo mejor de cada uno, hacer cosas entre todos que no disminuyan la producción pero que no generen un impacto negativo en el ambiente en el que todos vivimos. Decirlo parece sencillo, pero llevarlo a cabo no se hace fácil.
– ¿Se aplican en forma masiva las Buenas Prácticas Agrícolas?
– Es una definición, la de buenas prácticas agrícolas, que queda linda, pero es muy amplia. Se aplican y se van tratando de hacer cada vez más, pero nos falta mucho.
– ¿Qué te preocupa como ingeniero la forma de producir actual?
– La inestabilidad en los márgenes hace que se tomen decisiones en cuanto a rotaciones que las vamos a sufrir durante muchos años. Ni hablar en ganadería, donde gran porcentaje de la superficie que producimos ya salió y lo veo poco probable que vuelva (no hay alambres, mangas, molinos), y retomando la forma de producir cómo orgánico/agroecológico veo que el principal factor de éxito es contar con la ganadería en la rotación.
– ¿Cuál es el desafío que tienen los ingenieros por delante?
– Sacando de lado ser el nexo con la parte social/ambiental, el trabajo en conjunto para ser rentables y sustentables. Pasamos de épocas que se estaba todo el día encima de los lotes a manejarlos unificadamente desde la oficina, y hoy tenemos que volver a dedicarle más tiempo y llevar a cabo un manejo específico por lote. Tenemos tecnologías excelentes, como por ejemplo una aplicación selectiva en malezas o variación sitio específico de semillas y fertilizantes, que no sólo ayudan a la producción y reducir costos sino que reduce el impacto en el ambiente, pero a esas tecnologías hay que destinarle más tiempo.