¿Cómo vienen las enfermedades de trigo?

La Red de Manejo de Plagas de Aapresid consultó a asesores sobre el avance de royas y manchas en las principales zonas trigueras del país, así como estrategias para su manejo

 

Reconocer los síntomas iniciales de manchas y royas en el trigo en sus etapas iniciales es esencial para garantizar un diagnóstico y manejo adecuado y evitar pérdidas en el rendimiento. La Red de Manejo de Plagas de Aapresid consultó a asesores de las principales zonas trigueras del país sobre el avance de las enfermedades más importantes del cultivo, quienes dieron recomendaciones para su manejo.

Dónde poner el ojo

Las enfermedades que se pueden encontrar en esta época se dividen en dos categorías: aquellas que causan manchas y sobreviven en los rastrojos de cosecha, y las que generan las royas, encontrando su hospedaje en plantas “guachas” y semillas. La mancha amarilla (Drechslera tritici-repentis) es una enfermedad muy común y perjudicial para el trigo, ya que impacta directamente en el peso de los granos. En situaciones severas puede provocar la pérdida de hojas y una menor cantidad de granos por espiga. Sus manchas marrones con un halo amarillo característico permiten su distinción de las royas.

En el caso de la roya amarilla o estriada del trigo (Puccinia striiformis f. sp. tritici) las pústulas amarillentas emergen en las hojas dispuestas en franjas paralelas a las venas. Por otro lado, la roya anaranjada o roya de la hoja del trigo (Puccinia triticina) presenta una distribución de inóculos sin un patrón definido.

Para que una enfermedad evolucione, deberán confluir: un huésped susceptible, el patógeno virulento y un ambiente favorable. La propagación y dispersión de estos patógenos se ven favorecidas por condiciones como la lluvia, temperaturas cálidas, viento y rocío. Este último factor está muy presente y es crucial en la aparición de enfermedades a pesar de la falta de precipitaciones en muchas zonas.

Hoy, en medio de una campaña y con los cultivos ya establecidos en las diversas regiones, se ha dado inicio al monitoreo de los cultivos para identificar posibles enfermedades.

Punto de partida

El monitoreo preventivo es la principal estrategia para afrontar las enfermedades de trigo. El seguimiento periódico y continuo del cultivo permite predecir la evolución de las enfermedades y determinar cuándo es el momento ideal para el control con fungicidas teniendo en cuenta el umbral de daño económico.

Además, es necesario ponerle números al monitoreo. No alcanza con una simple observación de campo. El monitoreo debe estar acompañado de la cuantificación de la incidencia (número de hojas y plantas afectadas) y la severidad (área enferma en cada hoja).

En el caso de las manchas se establece un umbral a partir del 25% de hojas afectadas. En cambio para las royas la sola detección de la primera pústula marca el momento de incrementar la frecuencia del monitoreo. Ciertas enfermedades manifiestan sus síntomas temprano en el ciclo, mientras que otras emergen a medida que avanza el desarrollo del cultivo. Esto resalta la importancia del monitoreo constante y frecuente para prevenir posibles escapes que puedan mermar el rendimiento.

Testimonios

En cuanto al estado de los cultivos en general estos se encuentran entre macollaje y encañazón, en buenas condiciones. A excepción de aquellas zonas como el centro de Córdoba y centro-norte de Santa Fe donde la escasez de lluvias parece estar empezando a golpear a los lotes en pleno inicio de encañazón, comentan los asesores Leonardo Danni de la Regional Río Tercero y Navier Picco de la Regional Videla.

En referencia a enfermedades, particularmente en el sudeste de la provincia de Buenos Aires donde se desempeña Hugo González (asesor de la Región Juan Manuel Fangio) están alerta debido a las lluvias de julio que superaron los 200 mm en días con altas temperaturas. En variedades comunes como Baguette 802 u 820 aún no se han identificado amenazas significativas, comenta González. Un dato importante es que una parte sustancial de los lotes fue tratada con curativos a base de carboxamidas, y se monitorean constantemente para ajustar el manejo según sea necesario.

– Royas y manchas

En relación a las royas, aún no se ve un avance generalizado en la región triguera. No obstante, en zonas como el centro de Córdoba, la falta de lluvias y la alternancia de bajas temperaturas con días muy calurosos con viento provocaron la dispersión de esta enfermedad.

En cuanto a roya amarilla, en la mayoría de las zonas no fue necesario recurrir a aplicaciones. Desde el centro oeste bonaerense, Juan Marsigliani de la Regional Aapresid 9 de julio – Carlos Casares advirtió que “aquellas variedades que son susceptibles a royas son las que más atención hay que prestarle”. En esta zona, así como en el sudeste bonaerense, las incidencias de roya amarilla aún están por debajo del 1% y 5%, respectivamente, con severidad muy baja. De ser necesario la aplicación se disparará con mezclas dobles, aclaró Marsigliani.

En el caso de la roya anaranjada la situación está un poco más avanzada. En Córdoba la presencia de este patógeno ha requerido tratamiento con mezclas dobles, según datos aportados por Danni (centro de Córdoba) y Franco Bardeggia, asesor en el sudeste de Córdoba.

Los asesores han identificado lotes con incidencias hasta el 20% y severidad del 5%, principalmente en variedades susceptibles como Baguette 750, Baguette 620, DM Catalpa y DM Algarrobo. En situaciones más críticas se aplicó con mezclas de triazoles y estrobilurinas en el estadio Z30, detalla Bardeggia. Por su parte, la variedad Ceibo ya está presentando trazas de este patógeno en el centro oeste de Buenos Aires, aporta Marsigliani.

Para el caso de mancha amarilla, en algunos lotes del sudeste de Buenos Aires (principalmente aquellos con rotación fina sobre fina) se han registrado incidencias por debajo del 20%. Para el sudeste cordobés, Bardeggia señala que la enfermedad “no se presenta como una problemática actual, aunque se han observado algunos síntomas en los cultivos provenientes de maíz en etapas tempranas”.

Consideraciones finales

A la hora del monitoreo y del manejo, tener en cuenta que no todas las regiones son iguales, no todas las variedades tienen un mismo perfil sanitario y no todos los patógenos se manifestarán de la misma manera.

La elección de los genotipos en función de su susceptibilidad, la utilización de semillas sanas, el tratamiento de dicha semilla, la nutrición del cultivo, la elección de los tratamientos (tanto en los activos como el momento y forma de aplicación), entre otros aspectos, resultan claves a la hora de pensar un éxito sanitario en el desarrollo del cultivo.

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