Un apellido con pasta de Gran Campeón

La cabaña Arandú de la familia Vizzolini, que en julio logró el Gran Campeón de Palermo, esta semana sacó el mejor toro y el mejor ternero de la Exposición Nacional Angus de Primavera y completó un año inolvidable en las pistas. “Siempre es lindo ganar, uno no se acostumbra. Y tenemos el orgullo de poder decir que entramos en la historia de Angus”, contó Federico

 

“Siempre es lindo ganar, uno no se acostumbra”, dice Federico Vizzolini en el arranque de la charla. Arandú, la cabaña que junto a su familia y al asesoramiento de Juan García fundó hace una década, tuvo una semana brillante en la Exposición Nacional Angus de Primavera realizada en Olavarría: se quedó con el Gran Campeón Macho y con el Gran Campeón Ternero. Y completó un año inolvidable en las pistas.

– ¿Te sorprendió volver a ganar?

– Sí me sorprendió el ternero, porque lo teníamos como un ternero bueno, pero vos no sabés lo que llevan las demás cabañas. En el toro sí teníamos la ficha puesta porque era un muy buen toro. Y también teníamos una vaca muy buena. Pero nos terminaron saliendo el ternero y el toro.

– ¿El toro había competido en Palermo?

– Sí, había estado en Palermo y también en la Nacional de Otoño, que había tenido un buen desempeño. En Palermo también anduvo bien. Tuvimos la suerte de que en vez de crecer para arriba se empezó a ensanchar, a tener cada día más lomo, más culata, se armó de una manera que de Palermo para acá se convirtió en otro toro.

– Y después de ganar Palermo, ¿la satisfacción de lograr una bandera es igual?

– Siempre es una satisfacción, y en este caso metimos dos Grandes Campeones en la misma exposición, es mucho. Mucha gente venía y me decía, ‘¿vos te das cuenta lo que consiguieron este año?’.

– ¿Y te das cuenta lo logrado?

– Sí me doy cuenta. Y sé que es muy difícil que esto se repita. Arandú logró el Reservado Gran Campeón en la Nacional de Otoño, el Gran Campeón de Palermo, y el Gran Campeón Macho y Ternero en Primavera. Es buenísimo, es un año para ponerlo en un cuadro, porque yo no sé si se va a volver a dar algo así. Y si tenemos en cuenta que el año pasado en Palermo habíamos sacado el tercer mejor macho, quiere decir que no es casualidad, que es la consecuencia de un programa genético. Entonces, también nos genera muchas expectativas para los años que vienen.

– Queda claro que no se trata de individuos aislados, sino de que hay una población, porque son muchos logros con distintos animales.

– Exactamente, eso demuestra que tenemos una consistencia genética en las madres que hay en la cabaña y que está dando como resultado distintos ejemplares superiores. Y esa consistencia también te genera muy buenos toros comerciales, entonces mejoramos nosotros y mejoran nuestros clientes, porque año a año les damos un mejor producto. Y ahí te cierra el círculo comercial de Arandú.

– Ni el toro ni el ternero que ganaron tienen nombre, ¿por qué?

– Por cábala. Lo estuvimos hablando con Juan (García) y con la familia, a ver qué nombre les poníamos. Y decidimos esperar a que surjan, como en su momento surgió Batacazo (el toro Gran Campeón de Palermo).

– La cabaña Arandú empezó hace 10 años, ¿los resultados llegaron antes de lo pensado?

– Seguramente, pero la gran satisfacción que tiene uno es que los animales nuestros que están ganando son hijos de nuestras propias vacas ya. Entonces ese es el gran orgullo. Esto fue el resultado de cuando compramos las vacas de la cabaña de Tres Marías, pero después nosotros empezamos a trabajar con nuestras propias vacas y ya estamos usando también padres nuestros. Entonces, en realidad fue un trabajo que se fue haciendo de a poco. Y ahora se está viendo la consistencia genética de las vacas propias de Arandú.

– ¿Y ahora qué? Porque la vara quedó muy alta.

– En lo inmediato nos gustaría ganar el Banderín Nacional, que se va a definir en unos 20 días. Es la suma de puntos de las tres exposiciones nacionales y tenemos muchas chances de ganarlo. Eso sería espectacular, es lo que nos falta. Y después tenemos que seguir trabajando e invirtiendo en genética para continuar mejorando y logrando resultados. Creo que Arandú ya está en la historia de la raza Angus, que eso es muy importante, en la historia de Grandes Campeones y en la historia también por vender un toro ganador de Palermo en un remate público después de 20 años.

– ¿Les costó tomar la decisión de vender el Gran Campeón de Palermo?

– No, porque creo que eso va a ayudar a mejorar toda la raza. Ojalá que a las cabañas que lo compraron, que son todas de punta, el toro les dé muy buenos resultados. Porque así la satisfacción nuestra será doble, porque el producto salió de Arandú. Entonces, están haciendo doble o triple publicidad de nuestra cabaña.

– Hace un par de décadas, al apellido Vizzolini se lo asociaba con las pastas. Ahora ya está directamente relacionado con la ganadería.

– Exactamente. La historia es la historia, y ahora creo que lo de la fábrica de pastas quedará más limitado a Tres Arroyos. Para el resto ya estamos relacionados con la ganadería. Yo siento orgullo por lo que hemos logrado.

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