Así lo entiende Eugenio Simonetti, presidente de la Sociedad Rural de Tres Arroyos. “A la persona que tiene un sueldo la castigaron más que a los productores y no se benefició con el aumento del dólar”, dijo. Juan Ouwerkerk, presidente de la Alfa, destacó que el Gobierno aceptó modificar el esquema que pretendía imponer tras dialogar con los representantes del sector
En la tarde de ayer, el secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, anuncio en un video difundido por las redes sociales oficiales que se había decidido finalmente dejar en 0% la alícuota para algunas economías regionales y para la lechería, pero se decidió eliminar el diferencial que había entre los subproductos de soja (que pagan 31%) y los porotos de la oleaginosa (33%), de manera de compensar para cumplir con los objetivos fiscales.
Hay que recordar que la intención original del Gobierno era aumentar hasta el 15% la alícuota de retenciones para todas las exportaciones, idea que cambió a partir de escuchar a la Mesa de Enlace y al Consejo Agroindustrial Argentino.
Consultado Eugenio Simonetti, presidente de la Sociedad Rural de Tres Arroyos, sobre la decisión oficial, no anduvo con vueltas: “Creo que uno no tiene que decir nada. Porque la persona que tiene un sueldo, que tiene un trabajo, la castigaron más que a nosotros los productores y no se benefició con el aumento del dólar. Entonces, a pesar del aumento de las retenciones, nuestro sector tendría algún beneficio”, indicó.
“Me parece que no corresponde ponerse a cuestionar la medida en este momento del país”, insistió. Aunque mantuvo su posición crítica frente a los derechos de exportación: “Tres Arroyos está pagando desde el gobierno de Duhalde (2002) hasta ahora un promedio de 90 millones de dólares por año. Y a eso tenés que sumarle el último año el diferencial cambiario, porque el dólar valía 1000 y al productor le pagaban 400 y sobre eso te restaban las retenciones”, explicó.
Y agregó: “La retención es algo pésimo, pero es mucho peor el retraso cambiario”.
Diálogo e improvisación
Una mirada similar tuvo Juan Ouwerkerk, presidente de la Cooperativa Alfa e integrante del directorio del Consorcio de Gestión de Puerto Quequén: “Creo que los dos puntitos que le aumentaron a los granos no influye en absolutamente nada. A mí lo que me preocupa es la cuestión social. Hasta cuándo la gente le va a tener paciencia y seguirá aguantando la inflación y la liberación de tarifas para llegar al déficit cero. Ahí está la clave de si esto va a ser exitoso o no”, analizó.
Por otra parte, Ouwerkerk por un lado cuestionó que el Gobierno haya tomado primero una decisión errónea por no asesorarse, y por otro valoró la posibilidad de dialogar y dar marcha atrás. “Creo que el Gobierno se compró un problema al haber anunciado el aumento de retenciones a todas las producciones regionales por no analizar bien la medida. Porque la mayoría de las economías regionales no exportan, entonces no tenía sentido ponerle retenciones porque le bajas el precio al productor y el Gobierno no recauda nada”, planteó.
“Se sentaron a charlar, se lo explicaron y lo cambiaron la medida para la mayoría de las economías regionales. Eso es muy positivo, porque la única manera de solucionar las cosas es dialogando, y el Gobierno reconoció el error y dio marcha para atrás”, agregó.
Aunque también cuestionó: “Queda un poco la sensación de improvisación, porque si sos un Gobierno que lleva poco más de una semana y ya lanzaste una medida que tuviste que retrotraer a los tres días, no queda muy serio”.