Con acceso libre y gratuito para todos los chicos de Cascallares de entre 6 y 14 años, está funcionando en el complejo deportivo de la cooperativa la colonia de vacaciones. La entidad corre con todos los gastos, que incluyen además del personal, una colación y la merienda para los más de 100 chicos que se anotaron. El viernes se hizo el cierre simbólico con un campamento nocturno del que también participaron las familias
¡Abierto por vacaciones! Apto para todos los chicos de Cascallares de entre 6 y 14 años. El servicio incluye colonia por la mañana, de 9 a 12 horas, con dos profes que además cuidarlos les enseñan a nadar a los que lo necesiten y les dan una base de los cuatro estilos clásicos de natación al resto. Por la tarde, de 15 a 19 horas, pileta escuela y pileta libre. Reciben una colación a media mañana y la merienda a media tarde. Además, pueden jugar al fútbol, vóley, paddle y usar cada rincón del predio de una hectárea que compone el Complejo Deportivo.
¿El costo para los meses de enero y febrero? Buena conducta. El resto corre por cuenta y orden de la cooperativa.

“Como siempre dicen el gerente y los consejeros de la cooperativa, el Complejo Deportivo está para usarlo, y qué mejor que lo puedan usar los chicos del pueblo. Por eso este año, por tercer verano consecutivo, volvimos a poner en marcha el proyecto de colonia de vacaciones y pileta escuela con acceso libre y gratuito”, cuenta el profesor Gustavo Rey, el capitán del equipo que de lunes a viernes desde el 2 de enero atiende y cuida, en promedio unos 25 chicos por la mañana y alrededor de 60 por la tarde.
“Este año completaron la planilla de la inscripción y la ficha médica más de 110 chicos. Claro que no todos vienen todos los días, incluso algunos son amigos y familiares que vienen de visita a Cascallares y concurren a la colonia pero por algunos días. Con lo cual la concurrencia va variando”, cuenta.
Doble turno
La actividad está dividida en dos. Colonia de vacaciones a la mañana, de 9 a 12 horas y para chicos de 6 a 11 años; y pileta escuela -para los interesados en perfeccionar su técnica- y libre a la tarde, de 15 a 19 horas para chicos de 6 a 14 años.
“El proyecto de la colonia se divide en cinco niveles: el primero es ‘corchito’, que son los más chiquititos y con los que hacemos la iniciación a la pileta. Ahí se apunta a que le pierdan el miedo al agua y aprendan a flotar. El segundo es ‘mojarrita’, que es el de dominio del agua. El tercero es ‘corvina’, el cuarto ‘delfín’ y el quinto es ‘tiburón’. En cada uno va subiendo la complejidad de lo que les enseñamos y la idea es que los más avanzados sepan nadar los cuatro estilos”, indica Gustavo.

Esos niveles tienen su correlato en las tres divisiones que tiene la pileta, para que los más chiquitos estén en la parte más bajita y el resto en la zona intermedia de profundidad y la más honda.
Por la tarde, en tanto, es pileta escuela y libre, aunque muchas veces los “profes” proponen actividades a la que los chicos se prenden con gusto. “Este año queríamos darles más alternativas para que tengan otra motivación cuando vienen, y la cooperativa nos compró más materiales: ‘flota-flota’, ‘patas de rana’, una red de vóley para la pileta, arcos mini para waterpolo. Y fue un éxito porque todos se engancharon a jugar, y además nos sirvió para que mejoren el dominio del cuerpo en el agua”, dice Rey.
Complejo 5 estrellas
Claro que no todo es pileta y agua, porque los chicos complementan los chapuzones con partidos de paddle, de vóley y de fútbol, aprovechando la amplitud del predio, que siempre luce prolijo, ordenado y con una vegetación tremenda.
Con experiencia en la docencia y en comandar actividades con chicos, Gustavo destaca que las instalaciones puestas a disposición por la cooperativa son parte fundamental del éxito del proyecto. “Este complejo es impecable, tenemos todo para que los chicos la pasen bien. La pileta es amplia, el parque es enorme y podemos armar canchas de vóley, de fútbol, de fútbol tenis, más la de paddle. Y si el clima no acompaña nos metemos en el quincho a hacer actividades”.

Como complemento de las instalaciones, la cooperativa se encarga de que no les falte nada a los chicos. A media mañana se les ofrece una colación, compuesta por galletitas o fruta y jugo; el menú se repite a la hora de la merienda.
La premisa de la propuesta es que tanto los chicos como los ‘profes’ la pasen bien. Por eso es fundamental y un requisito innegociable la buena conducta. “Obvio que siempre algún roce hay, pero este año la verdad es que casi no tuvimos problemas. En ese sentido también estamos muy contentos”, explica el indiorricense que vive en Cascallares desde hace varios años.
Un equipo bien aceitado
El grupo de trabajo que acompaña todos los días a Gustavo Rey está compuesto por otros cuatro integrantes. El profesor Manuel Diez, que trabaja a la par de Rey; Vanina por la mañana (no está en la foto) y Tomasa a la tarde son quienes están a cargo de los baños y de darles la colación y la merienda a los chicos, además de maquillar y peinar a las más coquetas; y Silvio, quien se ocupa del mantenimiento del predio y colabora con lo que haga falta.

“Entre todos nos ocupamos de que no les falte nada a los chicos y de que siempre haya alguien atento, mirándolos. Porque el predio es de una hectárea y los chicos andan libres por todos lados jugando”, explica Gustavo.
Misión cumplida
“Estamos terminando otro verano con la satisfacción de haber alcanzado el objetivo buscado con la puesta en marcha de la colonia de vacaciones. Es muy lindo lo que se ha logrado. La idea era, además de la recreación, ofrecerles a los chicos una forma de contención, de generarles una actividad al aire libre y que estén cuidados”, explica Alejandro Albertsen, presidente del Consejo de Administración de la Cooperativa de Cascallares.
“Con esta propuesta los chicos aprenden a compartir, sociabilizan y pueden disfrutar de la pileta y de todos los espacios que tiene el complejo deportivo de la cooperativa. Además, la colonia, como siempre, es para todos los chicos del pueblo, no hay ningún tipo de diferenciación”, agrega.
En familia
Si bien la colonia funcionará hasta el próximo viernes, se decidió hacer la actividad de cierre anteanoche. Como ya es un clásico, la propuesta fue un campamento nocturno, pero esta vez se invitó a participar a las familias, que lo único tenían que aportar, en caso de tener, era la carpa.
“La idea era integrar al grupo familiar y que sea un programa para todos”, cuenta Gustavo. Y fue un tremendo éxito: dijeron presente más de 120 personas y el complejo mutó su paisaje para transformarse en un camping por culpa de las 31 carpas que se armaron.

El clima aportó su cuota para que la noche sea completa y se pudiera llevar a cabo el plan ideado por el equipo de trabajo. Hubo chapuzones a la luz de la luna, una gran hamburgueseada con helado de postre y juegos hasta bien entrada la madrugada. Tras unas pocas horas de sueño, a las 7 llegó el turno del desayuno con medialunas recién horneadas y chocolatada para luego empezar el desarme de las carpas y terminar una jornada inolvidable en familia.
Fue una excelente manera de empezar a darle el cierre a otro verano de vacaciones cooperativas para los chicos de Cascallares, en la colonia que les brinda diversión y contención, y a cambio sólo les pide que se porten bien.





























