La REM de Aapresid advirtió que productores de Azul y Cacharí detectaron fallas de control en quinoa con las dosis habituales de glifosato. También emitió una alerta por una posible resistencia múltiple en Chloris virgata
La Red de Manejo de Plagas (REM) de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) emitió dos alertas amarillas por sendas malezas que se sospecha han comenzado a resistir aplicaciones de herbicidas. Se trata de quinoa y de Chloris virgata, y las fallas de control se detectaron en glifosato en la primera y en haloxifop+glifosato en la segunda.
Azul y Cacharí
El caso más relevante es de la quinoa o quinoa blanca (Chenopodium album L.), “una maleza que en nuestro país está distribuida desde Salta hasta Santa Cruz, donde invade principalmente cultivos de verano”, describe la REM.
“Si bien a nivel mundial existen 50 casos de resistencia documentados a distintos herbicidas, en Argentina no existen reportes previos. Pero recientemente, productores de Azul y Cacharí detectaron fallas de control con las dosis habituales de glifosato”, advierte Aapresid.
A partir de semillas obtenidas de estos biotipos sospechosos, Victor Juan y otros especialistas de la UNICEN realizaron las evaluaciones pertinentes, basadas en la comparación de la respuesta de dichos biotipos a dosis crecientes del herbicida en cuestión con aquella de poblaciones susceptibles.
Los ensayos revelaron que, mientras un 90% de plantas susceptibles fueron controladas con la dosis recomendada de glifosato (1080 g e.a./ha), los biotipos sospechados de resistencia lograron sobrevivir en un 100 % tras 21 días de la aplicación.
“Si bien los especialistas afirman que los índices de resistencia obtenidos son bajos, consideramos pertinente dar la alerta temprana, ya que los biotipos sobreviven a la dosis habitual de glifosato, y continuarán evolucionando hacia índices más elevados en tanto continúe la presión de selección”, afirman desde la REM.
Córdoba
En tanto, un biotipo de Chloris virgata detectado en la localidad cordobesa de Colonia Cocha, en Río Segundo, presentó fallas de control con dosis comúnmente utilizadas de glifosato y haloxifop. A este reporte se le fueron sumando lotes con problemática similar en otras localidades como S.M. Laspiur y Sacanta, del departamento San Justo.

“Si bien actualmente se están realizando los ensayos de dosis/respuesta establecidos por protocolo para confirmar esta posible resistencia, ensayos preliminares en macetas realizados por el especialista Diego Ustarroz (INTA Manfredi) revelaron que el biotipo sospechoso tuvo una baja sensibilidad a haloxifop R-metil y glifosato, siendo bien controlado con cletodim y topramezone”, indica la REM.
Históricamente, esta especie ha manifestado sensibilidad variable al glifosato, dependiendo de los momentos de aplicación, siendo mayor el control en estadios tempranos de desarrollo. Por el contrario, los graminicidas selectivos post-emergentes mostraban muy buen desempeño.
En este sentido, desde la REM explican que “ante fallas de control con haloxifop, lo primero es descartar otras causas por fuera de la resistencia. Para ello debe evaluarse si la baja eficacia del tratamiento sólo se produjo en esta especie, así como evaluar si el estado de desarrollo de las plantas y las condiciones de aplicación fueron las adecuadas”.
Manejo
Ante un problema ya recurrente en nuestros sistemas productivos, la REM una vez más se une a los especialistas implicados en estos trabajos para informar sobre esta situación a los productores y asesores de las zonas en cuestión y alentarlos para que actúen en consecuencia, buscando retrasar el avance de la problemática. “El uso de herbicidas alternativos y su rotación en el tiempo, así como el uso de estrategias complementarias más allá de las químicas, como es la correcta rotación de cultivos son fundamentales”, recomienda.