Los consumidores no convalidaron la suba del valor de la carne vacuna en 2024, así la ingesta pasó de 48,5 kilos per cápita en noviembre y diciembre a 44 kilos entre enero y febrero. El informe del Rosgan
“Luego de varios meses moviéndose por arriba de la inflación, de acuerdo a los últimos datos del IPCVA, en febrero el precio de la carne vacuna marcó una suba promedio del 4,2% mensual, variación muy inferior al 13,2% de incremento general de precios. Es un reflejo del freno que está poniendo el consumo, en un contexto en el que a su vez el resto de los bienes y servicios también sufrieron importantes subas y la capacidad de compra de los salarios se deteriora significativamente”.
Así lo indica el Rosgan, el mercado ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario, en su habitual informe semanal. “Si observamos la trayectoria del aumento general de precios (IPC), el Indice de Salarios y el precio de la carne vacuna, medidos en términos de variaciones interanuales, vemos que a diciembre -último dato publicado por el INDEC- los salarios en Argentina terminaron 58 puntos atrasados respecto de la inflación. A esto se suma, la fuerte suba que registró el precio de la carne vacuna para aquel entonces, llegando a diciembre con un aumento interanual del 345% que lo situó muy por arriba del 211% de inflación anual”, agrega el trabajo en su análisis para argumentar el derrumbe del consumo de carne vacuna de los primeros dos meses del año.
Firmeza
Durante el año pasado, los números de consumo se mantuvieron firmes a pesar de la suba general de precios. “En términos per cápita, según datos oficiales, en 2023 el consumo de carne vacuna alcanzó los 52,4 kilos anuales registrando un aumento del 7% respecto de los 49 kilos per cápita resultantes en 2022”.
En tanto que, en materia de precios, “contrariamente a lo percibido por el consumidor, el precio real de la carne vacuna -descontando el componente inflacionario registró una baja promedio del 7% anual”.
Si analizamos el comportamiento de ambas variables -precio y volumen- en forma bimestral observamos en realidad que, durante el segundo semestre de 2023 el consumo de carne vacuna comienza a mostrar una tendencia decreciente con precios reales estables. “Esta caída en el consumo per cápita se agudiza aún más en los dos primeros meses de este año, donde las estadísticas de producción y exportación sugieren un consumo aparente de 44 kilos per cápita contra 48,5 kilos resultantes durante el bimestre anterior”.
Resistencia
El informe destaca que “la estabilidad que se viene observando en los precios reales de la carne vacuna en un contexto de menor oferta aparente destinada al mercado doméstico, da cuenta de la resistencia del consumo a convalidar nuevos aumentos de precios aun debiendo limitar la ingesta de este tipo de carnes, algo que hasta entonces no se observaba de manera contundente en el consumidor argentino”.
Por último, el Rosgan entiende que a pesar de la suba estacional que suele marcar el precio de la carne durante los meses de marzo a junio, y frente a un escenario en el que se proyecta una oferta total de carne vacuna sensiblemente menor a la registrada el año pasado en un contexto de seca, “es esperable observar precios relativamente estables”.
En este sentido, indica: “Si bien para este año se espera una reducción de oferta de carne vacuna, el consumidor dispone de otras carnes más económicas como la carne de pollo o la carne de cerdo que vienen ganando cada vez más participación en la ingesta total”.