Si bien hubo mucha disparidad de resultados por cómo se dieron las (pocas) lluvias durante su ciclo en general, en la región el cultivo terminó con resultados regulares. En promedio rindió un 20% menos de lo esperado. Hacia Copetonas y Dorrego, los rendimientos fueron pésimos
El Niño no se portó bien con la gruesa en esta región. Se ve por cómo arrancó la trilla de soja, por el aspecto del maíz y por el resultado ya decretado de la cosecha de girasol. En general, en un verano con pocas lluvias no ha sido bueno el rendimiento del cultivo, con excepciones -como siempre- de lotes que recibieron golpes estratégicos de agua. En promedio, la oleaginosa rindió un 20% menos de lo esperado y estuvo por debajo de la media histórica.
“Ya está casi finalizada la cosecha, faltan algunos lotes de segunda solamente. Ha sido un año difícil para el girasol. Tal vez la soja se pudo defender un poco más porque tiene más floraciones, pero al girasol lo agarró la floración en días de mucho calor, entonces se le quemó el polen, tampoco tuvo una buena fecundación y no hizo un buen llenado porque las lluvias llegaron tarde”, explica el ingeniero Darío Tumini de Nutrien.
“La cosecha está terminada y el girasol ha tenido rindes inferiores a lo esperado en torno a un 20% de merma”, concluyen desde el departamento agronómico de la Cooperativa de Cascallares.
“Fue una cosecha, en términos generales, normal, con excepción de la zona que sufrió la seca, para el lado de Lin Calel, Copetonas y Oriente, donde hubo rindes muy bajos”, aporta el ingeniero Gonzalo Rodera de la Cooperativa Agraria. “Sí es cierto que se esperaba cosechar más, entre 300 y 500 kilos más por hectárea de lo que se terminó cosechando”, agrega.
“Los rindes bajaron un 20% respecto al año pasado. El cultivo se vio afectado por el soplete de enero, que fue muy prolongado, y la menor cantidad de lluvias. A eso hay que sumarle que se hizo un 10% de área. Con lo cual en esta zona tenemos un 30% menos de girasol que la campaña anterior”, indica Alex Vejrup, gerente de la Cooperativa Alfa.
Dos caras
Al ahondar un poco más el análisis de lo que fue una campaña surge, como es habitual, realidades bien dispares según el agua recibida. Entonces, de Tres Arroyos hacia Cascallares/Aparicio y Copetonas/Oriente los resultados son pobres producto de haber sido la zona que menos lluvias tuvo dentro de un escenario de pocas precipitaciones en general. “Hay que hablar de girasoles que rindieron entre los 700 y los 1600 kilos”, informan desde la Cooperativa de Cascallares.
Mientras que hacia San Francisco, Orense, El Triángulo y El Carretero, el rengo de rendimientos estuvo entre los 1.800 y 2.800 kilos. Resultados también algo flacos para la zona.
“Creo que si el año pasado, en promedio, el rinde fue de 2.000/2,100 kilos, en esta campaña debemos estar en 1.700. Por lo general, los lotes parecía que estaban para más. Los que parecía que iban a dar 3.000 kilos, terminaron rindiendo 2.200; y hay muchos lotes de 800/1.000/1.300 kilos”, describió Vejrup.
Chaparrones de rinde
“La diferencia estuvo dada por cómo se fueron dando los golpes de agua. Tenés lotes buenos y es porque agarraron alguna pequeña lluvia, mientras que otros que estaban bien manejados, de barbecho largo, que no tuvieron esa suerte, no les cayó nada, y son los que finalmente más sufrieron. Las diferencias en los rindes las marcó eso”, explica Tumini.
“De todos modos, hasta donde mejor rindió porque agarró un golpecito de agua, terminó dando por debajo de la media”, completa.