Juan Kiehr, el adiós a un productor que fue un ejemplo para todo el mundo

Comenzó a producir con el enfoque agroecológico en 1997 en su campo de Benito Juárez y se transformó en un referente absoluto. En 2016 la FAO replicó en su sitio web la experiencia llevada a cabo por Juan en su establecimiento “La Aurora”. Falleció el lunes, a los 81 años, dejando un enorme legado

El lunes la agroecología perdió a uno de sus máximos exponentes y a uno de los grandes responsables de que hoy sean muchos los productores argentinos los que estén produciendo con un enfoque agroecológico. Juan Kiehr dijo adiós a los 81 años y dejando un legado enorme que materializó, y redoblaba la apuesta cada día, en su establecimiento La Aurora ubicado en Benito Juárez.

Que su experiencia fue y es un faro para todos los que desconfían del sistema de producción dominante, basado en la aplicación de insumos, quedó demostrado en 2016 cuando la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO según sus siglas en inglés) replicó en su sitio web el caso de La Aurora.

Con el objetivo de difundir una producción agropecuaria más amigable con el medio ambiente, en forma periódica la FAO publica en su página de internet casos productivos que fomenten el cuidado de los recursos naturales. En ese marco, fue reconocido el establecimiento juarense, que cuenta con asesoramiento del ingeniero Eduardo Cerdá, ex docente de la Escuela Agropecuaria de Tres Arroyos y uno de los técnicos precursores de la implementación de la agroecología extensiva.

Naturalmente productivo

No es casualidad que al frente de La Aurora estuvieran Juan Kiehr y su esposa Erna. A los dos los unía dos características fundamentales: ganas de innovar y un enorme amor por la naturaleza. Por eso, en un momento dado de sus vidas decidieron plantarse a ver cuál era su responsabilidad de cara a las generaciones futuras, y empezaron a desarrollar un sistema propio, tomando todo lo bueno de las prácticas conocidas, y aportando su toque personal e intuitivo en los aspectos que no cerraban.

“Quiero dejarles a mis nietos un campo sano y transmitirles el respeto por la naturaleza”, contó alguna vez Kiehr, un productor con descendencia danesa que se reconocía “entusiasmado y convencido de que la preservación del suelo es el mejor camino”.

Para el mundo

“En 1997, Kiehr comenzó a trabajar con un enfoque agroecológico. Al evaluar los resultados se contabilizan importantes mejoras en distintos aspectos. En el suelo, se observaron aumentos del nitrógeno potencialmente mineralizable. También se observaron mejoras en la porosidad. El rendimiento del principal cultivo -trigo- en los 10 años analizados no ha mostrado diferencias importantes entre el modelo agroecológico y el promedio de la zona”, explica el trabajo publicado por la FAO en su página web, que es una síntesis de un documento elaborado por Eduardo Cerdá.

“En lo que a producción ganadera se refiere, se logró estabilizar la producción de carne alrededor de las 100 T/año, generando un ingreso anual que permite la viabilidad del establecimiento”, agrega.

“El aumento de los niveles de diversidad funcional permitió fortalecer los mecanismos de regulación biótica de plagas animales y malezas. Esto se tradujo en una menor dependencia de insumos, menores costos, menor inversión de capital, mejorando el margen de ganancia, disminuyendo los riesgos económicos y ambientales. La ganadería recuperó su importante rol complementario de las actividades agrícolas. El productor ha podido desarrollar su actividad y la de su familia sin tener que tomar créditos ni depender de políticas de fomento”, se publica como parte de las conclusiones en el trabajo que fue subido a la página web de la FAO.

“Esta experiencia sirvió para desarrollar y validar los conceptos teóricos y experiencias realizadas en ámbitos de investigación científica como la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Plata, la Chacra Experimental Integrada Barrow. Ha servido también como un faro agroecológico visitado por más de 300 personas por año, entre ellos estudiantes universitarios, profesionales y productores”, dijo con satisfacción Cerdá.

Y, por sobre todo, demostró que es posible aplicar los conceptos y principios de la Agroecología a sistemas extensivos de clima templado. El gran legado que dejó Juan Kiehr.

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