“El tipo de cambio no está atrasado”

El contador Daniel Bertone, ex gerente general de la Asociación de Cooperativas Argentinas, analizó el momento económico del país y dejó sus perspectivas. Disertó en el salón de La Perla, invitado por las tres cooperativas agrícolas locales

En una disertación ágil y didáctica de alrededor de una hora, el contador Daniel Bertone realizó un análisis del momento económico que vive el país, hizo un repaso de la historia reciente en la materia y también brindó una sintética descripción del contexto internacional. El ex gerente general de la Asociación de Cooperativas Argentinas se presentó ante un colmado salón de La Perla invitado por las cooperativas Alfa, de Cascallares y Agraria, y en la previa conversó con La Voz del Pueblo.

– ¿Qué análisis hace del momento que estamos viviendo?

– Es un momento difícil. En realidad, en Argentina siempre vivimos en momentos difíciles. Pero en esta oportunidad el país llegó a un grado de desequilibrio macroeconómico muy fuerte. Entonces, corregir todas esas desviaciones macroeconómicas no es una tarea fácil, es complicada. Y la ventaja que tiene este Gobierno -me parece-, que es que es la primera vez que un plan de ajuste muy fuerte tiene una aceptación popular muy alta. Hay un apoyo a la figura del presidente muy fuerte y creo que eso claramente ayuda. Pero de cualquier manera faltan muchas más cosas de las que se han hecho.

– Venimos de una semana con los mercados inquietos, y qué se disparó el dólar blue. ¿Qué indica?

– Primero hay que tener mucho cuidado con el tema del dólar blue. En mi visión es un dólar marginal. Me parece que tiene un volumen chico, entonces me gusta más analizar qué pasa con los otros dólares, con el contado con Lily o el MEP. Evidentemente, había tenido una calma muy alta el dólar durante muchos meses y creo que impactó la demora que ha habido en poder avanzar en algunas reformas estructurales, o sea, la demora en la Ley bases y de la reforma fiscal. Llegó un punto en que el mercado financiero se pone nervioso. Me parece que la tasa de interés tiene mucho que ver.

Pero bueno, me parece que ha sido bastante interesante la reacción que ha habido luego del “Pacto de Mayo”. No quiere decir que piense que vamos a entrar en una calma, pero me parece que esto ayuda.

– Se dice que el “nerviosismo” de los mercados está relacionada con la falta de una fecha de vencimiento del cepo del dólar. ¿Qué opinión tiene?

– No soy el dueño de la verdad, pero me parece que en esta circunstancia todavía hay unos desequilibrios financieros muy altos, falta arreglar el tema del balance del Banco Central, hay que ver si la política fiscal que se implementa a partir de la nueva ley es exitosa. Me parece que, con un criterio de prudencia, vamos a pasar el año 2024 sin salir del cepo. Ojalá que fuera antes, pero tampoco hay que apurarse porque la salida del cepo a destiempo puede traer una crisis importante.

– ¿Qué riesgo se corre?

– Si saco el cepo, ¿el tipo de cambio a dónde se va a poner? ¿En 915 como está el oficial o en 1500 como están los tipos de cambios libres? Me parece que estaría más cerca de los 1500. Entiendo que uno de los grandes errores que cometió el Gobierno en los últimos 45 días fue bajar la tasa de interés y la está pagando con esta inestabilidad cambiaria.

Yo nunca me imaginé que iban a tener la posibilidad de tener una tasa negativa como la que tuvieron. Pero creo que se cebaron en tratar de licuar la deuda del Banco Central y para mí eso fue un error. Por supuesto que es más fácil hablar después que las cosas pasaron.

¿Tenemos atraso cambiario?

– El análisis del tipo de cambio de los últimos 25 años, el tipo de cambio oficial corregido por inflación interna y por la inflación de los países donde nosotros exportamos, más la mezcla del dólar “blend”, nos indica que no hay atraso.

Cuando arrancó el gobierno de Macri, que sacó el cepo, el dólar estaba a 9 y se fue a 14. Si esos 14 pesos por dólar de Macri los igualamos a 100, hoy estamos en 86.  Claramente se ha perdido algo en la serie histórica. Es decir, el tipo de cambio de 915 pesos hoy, el oficial, en términos de moneda de diciembre de 2105 son 86 pesos. Está bien, pero el 80% de las exportaciones argentinas van por el mercado oficial y el otro 20% van por el mercado del contado con liquidación, el de 1400 pesos.

Por lo tanto, en mi concepto, el tipo de cambio actual no tiene atraso. Ahora, que los precios internacionales sean malos o se están cayendo, es otra cosa. Por eso digo que no vayan por el tipo de cambio, vayan por el impuesto PAIS.

Eso es central porque grava con el 17,5% todas las importaciones. Y para el sector agropecuario a nivel de fertilizantes tiene una implicancia total. Porque no importa si lo fabrica Profértil en Bahía Blanca, se pone siempre al precio equivalente al que viene de afuera. Es decir, el que no quiere importar tiene que poner igual el 17,5% de impuesto. Por lo tanto, todos los fertilizantes que ustedes compran tienen el impuesto PAIS. Entonces no pidan devaluación, pidan que le saquen el impuesto PAIS, que es más importante y queda más desapercibido.

– ¿Cómo observa las perspectivas del mercado de granos en el mediano plazo?

– Hasta hace dos años siempre fui optimista con respecto al mercado internacional de los productos nuestros, porque la demanda venía creciendo fuerte todos los años y no había ofertas suficientes que la abasteciera. Por eso los buenos precios, salvo algunos baches, que empezaron allá a principios del 2000. Lamentablemente ahora me cuesta mucho ver eso, porque las demandas están débiles y las ofertas han crecido. Por ejemplo, Brasil ha hecho una expansión productiva enorme. Pero además las producciones están mucho más estabilizadas por nuevas tecnologías, la agricultura de precisión, la conservación de la humedad. Eso ha provocado que no hubiera ya lo que uno veía por los décadas 70, 80 y parte del 90, con fuertes caídas disruptivas en las producciones.

A eso hay que sumarle, y que es lo que me hace preocupar, que el resto del mundo no está creciendo lo que nos hacía falta. El pronóstico para este 2024 es que el mundo crezca al 2,6. %. Eso es visto en términos históricos, los últimos 30 años es una baja tasa de crecimiento. Y si nos enfocamos en nuestros dos principales compradores de productos, vemos que China, que creció a tasas del 10% anual durante muchos años, en 2024 crecerá al 4,8% y el pronóstico para 2025 y 2026 es de 4,14%. El caso de Brasil, este año proyecta un 2%, en 2025 un 2,2% y en 2026, 2%.

Y además, a partir de la pandemia, que hubo una defensiva por parte de los estados, emitiendo enormes cantidades de dinero para tratar de ayudar a transitar la pandemia, creció la inflación a nivel global. Y eso hizo justamente que se cayera la globalización. Los países, a partir del crecimiento de la inflación, se han cerrado, se han tratado de defender con devaluaciones, y otras medidas, que nos hizo volver a un esquema anterior al 2000.

– Lo introduzco en el movimiento cooperativista. ¿Cómo ve la actualidad de las cooperativas agrícolas?

– Mirando lo que pasó en los últimos 30 o 40 años, estamos en un momento bueno. El sistema mejoró muchísimo en su capacidad de administración, en su capacidad dirigencial. Yo veo un movimiento cooperativo muchísimo más plantado que el que tuvimos en la década del 90, que fue un momento difícil para el sistema cooperativo, con precios muy bajos, y con algunos errores administrativos o de conducción. Eso ha mejorado sustancialmente: hoy el movimiento cooperativo está muchísimo más consolidado, más fuerte comercial y patrimonialmente. O sea, me parece que esto hemos aprendido la elección y hemos mejorado mucho. Pero siempre en esto quedan cosas por hacer, nunca se termina.

– ¿Cuál es el desafío que tienen las cooperativas por delante?

– El mismo que tiene el país. Acá hay un cambio de régimen económico. Si ese régimen económico es exitoso, nos pone ante el desafío de saber manejarse en ese nuevo contexto. Por lo tanto ahí hay mucho para hacer, ahí son los puntos de encuentro entre la década del 90 y esta época. Hay cosas parecidas, hay cosas que van a ser distintas, pero las dos etapas tienen mucho en común.

El desafío para las cooperativas y para el país es cómo hacemos para crecer y para levantar la productividad. Si no levantamos productividad, si no crecemos, Argentina no va a ser el país que todos deseamos.

– ¿Eso cómo se logra?

– Con mejor calidad y mayor productividad. Y eso hay que hacerlo con inversión. El problema no es solamente convocar la inversión, sino darle el marco que entusiasme a venir a invertir a un país en el que, hablando en criollo, se han hecho muchas macanas.

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