La vaquillona criada en Don Abraham, que el jueves logró el Gran Campeón Hembra, fue elegida como “Mejor Exponente de la Raza Angus” de la Expo Rural 2024 por sobre el Gran Campeón Macho de Tres Marías. La cabaña de Claromecó y Juan García vivieron un Palermo inolvidable
Texto Juan Berretta
Fotos de Lucas Chillemi
Sentados en el patio de Don Abraham, el establecimiento ubicado en las orillas de Claromecó, Karen Groenenberg y Gustavo Reverón le contaban ilusionados a La Voz del Pueblo que el sueño que tenían era lograr una bandera en Palermo. Hasta ese momento, invierno de 2021, la cabaña fundada en 2012 con el asesoramiento de Juan García, ostentaba como mayor logró una vaca elegida Gran Campeón en Hembra en la exposición de Bahía Blanca en 2017.
Apenas tres años después -lapso que en los largos tiempos de la ganadería es menos que un suspiro- Karen y Gustavo se abrazan emocionados a Juan, y también suman a Emiliano, el cabañero que había empezado a trabajar con ellos en aquel 2021 todavía de pandemia. Ella elige no hablar, con sencillez dice que le da vergüenza. Gustavo quiere hablar, pero la emoción lo traiciona un par de veces, hasta que arranca, aunque reconoce que no puede poner en palabras lo que siente. “Me explota el pecho. No me cabe la alegría que tengo, hay mucho esfuerzo, muchas ganas y muchísima energía puestas para llegar a esto”, cuenta.
En 24 horas su cabaña había escrito dos veces su nombre en la historia grande de Angus con dos logros que muy pocos pueden alcanzar.
Géminis, la vaquillona criada por ellos en Claromecó y que también es propiedad de Juan García (el hacedor del animal) y de los pampeanos Campos de Torres, acababa de ser elegida “Mejor Exponente de Angus” en la Expo Rural 2024 en la arena de Palermo, la más exigente del país y, según los jurados canadienses que tuvieron a cargo la evaluación, donde vieron el mejor nivel de la raza a nivel mundial.
La vaca, que el jueves había sido consagrada Gran Campeón Hembra de la muestra, le ganó el duelo final a Centenario, el toro Gran Campeón Macho de la prestigiosa Tres Marías (la cabaña de Benito Juárez que tiene 25 Grandes Campeones). Géminis, entonces, ganó todo lo que había en juego. El objetivo de todo cabañero.
Soñado
A comienzos de la semana, cuando ya estaban instalados en Buenos Aires, Gustavo soñó que este año era el año, que la cabaña iba a ganar en Palermo. La protagonista del sueño era Géminis. Se lo contó a Juan García, que obviamente relativizó la cuestión. Pero el Negro Reverón estaba convencido de que se venía algo grande. Y tuvo toda la razón.
“La expectativa cuando venís a una exposición siempre la tenés. Sabíamos que la vaca estaba bien, pero también es cierto que tuvo un día soñado, tuvo su momento, se lució en la pista”, recuerda sobre lo ocurrido el jueves por la tarde. “La verdad que todavía no caigo, ganar un Gran Campeón en Palermo es muy difícil. Si bien uno lo viene intentando, es imposible explicar lo que se siente. A mí me colmó, rompí en llanto cuando vi la vaca, y ahora que te lo cuento me sigo emocionando. Es tocar el cielo con las manos como cabañero”.
Y para potenciar la emoción llegó la elección de “Mejor Exponente Angus”, y la consagración absoluta de Géminis. “Ya no sé qué decir. Sigo tocando el cielo con las manos. Y además entiendo que es algo que es muy difícil que algún día se vuelva a repetir”, explica.
Además, el cabañero admite que hay una cuestión emotiva con este animal en particular. “Es una vaca que nació en casa, Juan la hizo, la trajo acá, la llevó adelante, es una bicho que resume todo lo que es nuestro trabajo”, asegura.
“La raza está muy competitiva, casi no hay diferencias entre los animales que compiten, entonces, para nosotros, que somos una cabaña chica y que hacemos todo a pulmón, nos llena de orgullo esto”, dice Gustavo.
Equipo Gran Campeón
Aunque el Negro reconoce también que con el correr de las horas se le fueron apareciendo en la cabeza momentos difíciles que tuvieron que atravesar en la cabaña, con años de mucha seca, con dificultades. “Porque no todo es rosa, son varios los malos tragos que atravesamos, entonces esas imágenes también te vienen, las charlas con Juan, el esfuerzo de Emiliano. Todo eso hace que sea más valorable lo conseguido”.
El Negro Reverón tiene muy claro que el secreto del éxito es el trabajo en equipo. “Hemos logrado esto porque todos trabajamos y estamos involucrados. Mi mujer, mis hijas, Emiliano, Juan, que tiene que ver con el corazón de la cabaña, todos empujamos juntos. Y en la pista en la consagración se vio que somos una gran familia, y que si no tuviéramos eso la cosa no funcionaría”.
En la bolsa, el cabañero también mete a Campos de Torres, que compró el 50% de la vaca en el remate de campeones después de la Exposición de Otoño. Y tampoco se olvida del grupo de criadores de Rústicos, “con quienes compartimos también muchas cosas y tiempo”.
Había una vez un proyecto
Como dice Gustavo, hoy más que nunca en Don Abraham es todo color de rosa, pero para llegar a estos días de gloria hubo que atravesar muchas tormentas. Y antes que nada hubo que trazar un proyecto. Porque este presente es consecuencia de lo planificado en el pasado. Nada tiene de casual.
Si bien el Negro y Karen habían tenido relación con la hacienda, el cambio de rumbo y la apuesta en serio por un proyecto ganadero comenzó en 2012.
“En el campo de Claromecó mi suegro había tenido vacas en su momento, pero hacía años habían liquidado el rodeo. Entonces como con Karen teníamos el plan de ir a vivirnos ahí nos planteamos volver a la ganadería”, recuerda.
Así fue que compraron un rodeo Angus puro controlado, arrendaron un campo y pusieron en marcha el proyecto. Al poco tiempo decidieron redoblar la apuesta. “¿Por qué no hacer una cabaña? Nos preguntamos. Lo hablamos con Sergio Amuchategui, conocimos a Juan García, y nos iniciamos de a poco”, cuenta el Negro.
“Nuestra base está en Rústicos. Empezamos comprando vacas puras de pedigree de la cabaña Aitue de Daniel Fuente, también en Tres Marías de Gutiérrez. Y paso a paso fuimos avanzando”, dice.
Y lo que no cambió nunca es que ellos, junto a Emiliano y a Juan García se ocupan de todo el trabajo -más allá de alguna mano extra en momentos determinados-. “Acá hacemos todo nosotros, damos de comer, atamos, bañamos. Hay que estar todos los días. La cabaña te demanda tiempo, esfuerzo, inversión, son muchas cosas”, agrega.
La idea está clara y hacia allá va Don Abraham. A cargo de la conducción del proyecto está Juan García, el ideólogo del plan genético, y en el caso particular de la Gran Campeón de Palermo, socio del matrimonio.
“La Argentina tiene pocos proyectos genéticos. Juan García es el director de uno de los pocos que hay”, dijo en aquella charla con La Voz del Pueblo de 2021. En esa que contó que tenía la ilusión de ganar una bandera pesada en Palermo.
El proyecto está más vigente que nunca y ahora avalado con el máximo premio que se podía lograr. Géminis hizo historia en Palermo: Gran Campeón Hembra y Mejor Exponente de la Raza Angus de la Expo Rural 2024, aunque Gustavo y Karen todavía no lo crean.