La Agraria cumple 92 años inmersa en el ambicioso plan de completar el traslado de sus instalaciones de agroquímicos, combustible y acopio a su predio de Barrow. “Se trata de una de las inversiones y desafíos más importantes de las últimas décadas y está todo muy avanzado”, explica el tesorero Hugo Cadenas
Integrante del Consejo de Administración desde 1990, y socio desde su juventud, Hugo Cadenas no duda en asegurar que la Cooperativa Agraria de Tres Arroyos es “mi segunda casa y mi segunda familia”. Por eso se entiende su satisfacción y orgullo al celebrar hoy el 92 aniversario de la entidad atravesando un presente “muy bueno, con la cooperativa fuerte y creciendo”.
“La Cooperativa está muy bien y enfrentando uno de las inversiones y desafíos más importantes de las últimas décadas”, cuenta Hugo, que hoy se desempeña como tesorero del Consejo.
Cadenas se refiere al traslado de las instalaciones que la cooperativa está haciendo tanto de insumos como de plantas de silos al predio de Barrow que adquirió en 2017 y pertenecía a la Asociación de Cooperativas Argentinas. “Ese traslado se está haciendo a buen ritmo y en su mayoría con recursos propios, con lo cual hay una buena etapa de crecimiento que marca que la cooperativa está fuerte”, dice Hugo.
“Eso ocurre a pesar de que estos últimos dos años la situación de los productores o del campo ha sido de un deterioro importante en su rentabilidad por las condiciones ya conocidas: sequía, baja de precios y retenciones. De todos modos, a pesar de eso, la situación de los productores es relativamente sólida. Y la Cooperativa, como ocurre siempre, acompaña esa situación de solidez, de saneamiento financiero”, explica.
– ¿En qué porcentaje de avance está el traslado de las instalaciones ubicadas en el casco urbano al predio de Barrow?
– En un alto porcentaje. La sección de insumos ya está funcionando allí hace poco más de un año, en galpones muy modernos que se construyeron. Mientras que sobre los tres silos grandes de hormigón existentes, la cooperativa viene invirtiendo en construir nuevos silos, secadoras, rejillas, norias, etc. Con lo cual, yo diría que ya la parte de acopio de granos en un 70% ya está trasladada a ese lugar. Claro que todavía se sigue utilizando la mayoría de las instalaciones que están dentro de la ciudad.
-¿En qué están trabajando en este momento?
-Ahora se está empezando a construir la planta de procesamiento de semillas y está avanzado el proyecto de llevar la sección de combustible a ese lugar. Sumado a que se sigue con el traslado de lo que es manejo de granos.
– Se trata de inversiones millonarios y todo un desafío desde lo logístico también.
-Estamos hablando de una inversión millonaria, sin ninguna duda. El predio fue adquirido a la Asociación de Cooperativas Argentinas en 2017 en una suma ya millonaria en dólares. La cooperativa compró el predio de 14 hectáreas que incluía los tres silos de cemento, con una capacidad de acopio de más de 50.000 toneladas. Y después se le agregaron más de 20.000 toneladas más, más la secadora, más todas las instalaciones complementarias.
Es para destacar también la velocidad con la que se está trabajando, porque el traslado comenzó a hacerse a casi tres años de haber comprado el predio y probablemente en menos de dos años esté todo terminado. Es una obra muy importante porque se está trasladando todo lo que la cooperativa hizo en los 60 años anteriores.
-¿Está definido qué destino se le dará a los terrenos donde hoy está la planta central de silos sobre avenida del Trabajador?
-Todavía no. La cooperativa tiene desde la avenida Güemes hasta el camino de cintura, esas seis manzanas, y dos manzanas más. Todo ese complejo todavía se está utilizando en su mayoría, y la idea es terminar de trasladarlo a Barrow. Se están empezando a desarmar algunas de las plantas de silos más viejas, porque son varias e independientes. Hay algunas que tienen 80 años de antigüedad, otras 60 y otras 30, y todo eso hay que desmantelarlo porque ese no es un lugar adecuado para seguir acopiando cereal, porque ha quedado totalmente adentro de la ciudad.
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Los orígenes
El 31 de julio de 1932, en plena crisis económica mundial, surgió la primera cooperativa netamente agropecuaria asentada en la ciudad cabecera del distrito. Lo hizo, como otras que ya actuaban en localidades del partido, con el apoyo de la Asociación de Cooperativas Argentinas y de La Previsión Cooperativa de Seguros. Sería la doctrina cooperativa la que alentaría siempre su gestión. Se llamó la flamante entidad Cooperativa Granjera de Tres Arroyos, porque ese era su objetivo primordial: agrupar exclusivamente a los granjeros, impulsando su muy modesta actividad, tanto que algunos de los recuerdos iniciales habla de cómo a veces se entregaba media docena de huevos a muchas cuadras de la sede de la cooperativa, dentro de su empeñosa gestión.
El primer presidente fue Juan Bautista Etcheverry, quien se alejaría del cargo en noviembre de ese mismo año, asumiendo el vicepresidente, David Levitus. Allí arranca una realidad indudable, como es la muy alta participación en la actividad del campo regional y nacional, de la Cooperativa Agraria de Tres Arroyos.
El nacimiento de la cooperativa se produjo en plena crisis económica mundial. Buena muestra de los vaivenes y angustias de aquella época, son las manifestaciones que recogieron distintas publicaciones. El presidente, David Levitus, dijo por ejemplo que en 1933 estaban ante la “muerte inminente” de la cooperativa, aplastada por los gastos financieros, las escasas ventas y la necesidad de bajar los precios en 50% porque de otra manera no había consumidores dispuestos a adquirir los productos de granja.
Granos
La contribución, especialmente anímica, de un grupo de cooperativistas de Tres Arroyos, hizo que se revirtieran las cosas y la comercialización de granos fue el camino elegido para nivelar el muy humilde presupuesto inicial. A partir del comienzo en la actividad granaria, la entidad empezó a recorrer la senda del crecimiento y la consolidación.

En 1937, entonces, modificó su nombre: pasó a ser Cooperativa Agraria de Tres Arroyos y aunque siempre existieron en el campo momentos buenos y malos, pudo seguir creciendo con el esfuerzo de sus asociados y directivos, de sus funcionarios y de la Asociación de Cooperativas Argentinas, a la que adhirió desde su difícil comienzo.