Una lluvia bisagra para el campo

Con pisos de 30 milímetros y picos de más de 70, el sur bonaerense recibió en las últimas 48 horas lluvias fundamentales para la evolución de la fina y para apuntalar la diezmada oferta forrajera para la hacienda. El agua, además, les cambió el ánimo a los productores que miran con optimismo el mediano plazo. Hacía cuatro meses que no se registraban precipitaciones generalizadas de este volumen

Y un día volvió a llover… Vive horas de alivio y optimismo el productor agropecuario desde que el miércoles al mediodía la llovizna se transformó en una precipitación pausada pero persistente para cargar los pluviómetros como no ocurría desde mediados de abril.

Gran parte del sur bonaerense tuvo una lluvia bisagra entre el martes a la tardecita y la mañana de ayer, con pisos de 35 milímetros y picos de más de 70, para enderezar el rumbo de la campaña fina y aportarle humedad a los secos perfiles de los lotes de pasturas y verdeos y mejorar en unos días la oferta forrajera para la hacienda. Y además de lo productivo, el agua sirvió para regar el ánimo de los chacareros que ahora miran con optimismo la primavera.

Ganó la ganadería

“Ha sido una lluvia espectacular, supero necesaria sobre todo para lo que son pastura, para la hacienda. Y obviamente para la implantación de los cultivos, que venía todo tan seco y con tantas heladas. Ahora la humedad ambiente es diferente y el frío también pega distinto. Además, lo fundamental que fue bastante general para toda la provincia, no fueron eventos focalizados”, dice el ingeniero Darío Tumini, asesor de Nutrien.

“La verdad que ha sido excelente. Donde menos llovió fueron 35/40 milímetros, y para la zona de la costa cayeron alrededor de 60. Es una gran noticia, primero para el pasto, para los ganaderos, porque estaba muy complicada la situación. Y después para todo lo que es la fina, para que se incorporen los fertilizantes, para que los cultivos se relajen y puedan profundizar bien las raíces y estar en contacto con todos los nutrientes. Ha sido una lluvia muy deseada”, explica el ingeniero Matías Fik.

“Ha sido una lluvia bastante generalizada que en promedio anduvo entre los 50 y 60 milímetros. Es una precipitación que repone gran parte del perfil y empezamos a acumular reservas como para tener un ‘colchoncito’ de agua y aguantar algún bache de lluvia en el mediano plazo. Ha sido una lluvia bisagra”, explicaron desde el Departamento Agronómico de la Cooperativa de Cascallares.

“Es una lluvia muy bienvenida para la ganadería porque lo que más estaba sufriendo era la producción de forraje, ya que los verdeos y las pasturas perennes estaban produciendo muy poco”, coincide con sus colegas el ingeniero Pablo Errazu. “Y en lo que es agricultura, viene muy bien para los fertilizantes aplicados que nunca se incorporaron”, agrega el presidente del CRIATA.

Lluvia de largada

Si bien los cultivos no estaban sufriendo la falta de agua, porque están en un estadío en el que tienen demanda mínima de agua, la combinación de ausencia de precipitaciones con la gran cantidad de heladas y días con temperaturas muy bajas hicieron que trigos y cebadas vengan muy atrasados. Esta agua lo que hará es que los cultivos empiecen a tirar y se emparejen los lotes también. “A partir de ahora con que vaya lloviendo algo, sumado a que los días empiezan a ser más largos, hará que los cultivos empiecen a tirar mucho más”, cuenta Tumini.

“Este fue un golpe de agua fundamental como para entrar en la primavera con muy buenas condiciones. Es una lluvia espectacular para los cultivos de fina, porque si bien no están en momentos críticos, ayuda a que el desarrollo sea mucho mejor”, dice Fik.

“La lluvia afloja un poco la capa superficial y hace que los cultivos puedan penetrar bien las raíces, empezar a explorar y que los nutrientes también estén disponibles. Porque esta falta de humedad superficial hace que los fertilizantes no estén disponibles y que las plantas no tengan acceso a los nutrientes. Así que yo estimo que a partir de ahora debería haber una explosión en lo que es el desarrollo”, agrega.

“Se trata de precipitaciones que beneficiarán también a los lotes que se sembraron últimos, con el perfil medio seco. Esto hará que termines de emerger bien y se emparejen”, aportan desde la Cooperativa de Cascallares.

También obligará al monitoreo porque así como el agua le viene bien a los cultivos, beneficia al crecimiento de las malezas. “Seguramente empiecen a aparecer algunas malezas, con lo cual habrá que empezar a hacer los tratamientos de hoja ancha y demás en los cultivos de fina”, agregan.

Color esperanza

Después de una segunda parte del otoño con escasas precipitaciones y un invierno hasta el martes extremadamente seco, estas lluvias cambiaron el color del mediano plazo e hicieron reverdecer las esperanzas de tener una feliz primavera. “Con este milimetraje caído se ha repuesto al menos el 50% de la capacidad que tiene el suelo de acumular agua, entonces a partir de ahora con lluvias más o menos normales en los meses de septiembre, octubre y noviembre, podríamos hablar de una buena campaña”, explican desde Cascallares.

Ya todo se mira con otros ojos, no es para menos. “En algunos campos hacía 80 días que no llovía nada, así que esto ha llegado justo, ha sido espectacular. Es una muy buena recarga para entrar en la primavera, y a partir de ahí esperar que el agua siga acompañando”, explica Tumini.

Pero eso es una preocupación del futuro, el presente es alivio y tranquilidad. Porque un día volvió a llover.

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