Con la actualización de los últimos modelos internacionales de pronósticos surgió que se espera una situación de un evento La Niña “suave” casi de características neutrales en la primavera y el verano. El análisis del especialista Leo De Benedictis
En su habitual participación mensual convocado por la DAN, el licenciado Leonardo De Benedictis analizó las perspectivas climáticas para el mediano y largo plazo y, tal como había ocurrido en julio, le volvió a bajar el copete a La Niña. Con la actualización de los modelos internacionales de pronósticos recién publicados, el especialista indicó que para la salida de la primavera y el verano se espera un evento más débil y acotado en duración.
“Los modelos se están acomodando más a los promedios generales, a los valores medios, en cuanto a temperatura y precipitaciones. Eso es una tendencia que se está viendo en esos últimos dos meses fundamentalmente, en los que la tendencia a La Niña se redujo bastante, tanto en intensidad como en duración”, explicó De Benedictis.

“Son los dos factores que tenemos que tener en cuenta que se están notando en estos últimos meses. Pronóstico de La Niña sigue habiendo, lo que ha cambiado es la intensidad y la duración”, insistió en su intervención vía zoom invitado por la DAN.
Así es que, luego de que los pronósticos allá por el otoño indicaban que había muchas posibilidades de ocurrencia de una Niña de fuerte intensidad, ahora el escenario es muy distinto. Y el nivel de certeza de lo que puede suceder también, porque “es en agosto fundamentalmente el mes que nos da definiciones grandes de pronósticos a largo plazo”, comentó el climatólogo.
“Fueron pasando los meses y los modelos que hablaban primero de un evento fuerte, pasaron a moderado y débil, y ahora ya se hace referencia a uno entre débil y casi neutral”, agregó.
El aspecto de la duración es algo que también se modificó y se espera un fenómeno distinto en cuanto a su extensión a los que hemos vivido anteriormente. “Un evento La Niña normal comienza comúnmente entre septiembre y octubre, y termina entre marzo, abril, y a veces se extiende hasta mayo. Acá estamos hablando que, de comenzar, lo haría entre noviembre y diciembre y terminaría entre enero y febrero, con lo cual es muy chico el período en el cual podría afectarnos”, explicó.
Este es un aspecto clave porque generaría que la distribución de la humedad sea mejor a un evento La Niña tradicional. “Estamos hablando de que sería casi una condición neutral, así que la verdad es una muy buena noticia para la zona en particular y para todo el país. Porque en lugar de padecer un déficit importante de precipitaciones, con estas características por lo menos nos vamos a acercar un poquito más a los niveles normales en cuanto a lluvias y en cuanto a temperaturas a lo largo de la campaña”.
Corto plazo
En lo que respecta al comportamiento del clima en el corto plazo, De Benedictis pronosticó que los niveles de lluvia se van a ir acercando “mucho más a los promedios” e indicó que esto es una buena noticia “porque la tendencia viene mejorando progresivamente”. Si bien es cierto que todavía hay una amplia región que está padeciendo una intensa sequía, todo parecería indicar que la situación podría empezar a encaminarse en el próximo mes.