Alarma fina: los cultivos se cocinan a fuego lento

En algunas zonas de la región la ola de calor de esta semana fue un golpe de nocaut para la fina que venía sufriendo por la falta de agua. Copetonas, Lin Calel, Reta, Aparicio, Irene son las localidades que tienen lotes con daños irreversibles y es probable que haya algunos con pérdidas totales. En otras partes, hacia el oeste y hacia noreste, el escenario es mejor, incluso con cultivos en buen estado. De todos modos, necesitan agua urgente y será clave que se cumplan los pronósticos de lluvia de las próximas horas

“Es como si fuera el Triángulo de las Bermudas, desde hace tres años que el cielo se traga las tormentas, que parece que va a llover, y no cae una gota”, la ocurrente comparación la hizo uno de los tantos productores que trabaja campos en zonas cercanas a Lin Calel, Copetonas, Cascallares, Irene y Aparicio. Ese es el sector que, por tercer año consecutivo viene padeciendo una sequía muy marcada que volvió a poner en jaque la cosecha fina.

Para los cultivos de esas zonas, la ola de calor que arrancó a principios de la semana seguramente tenga el efecto de un tsunami y hasta podría generar casos con pérdidas totales.

Cocinados

“Estamos en una condición de extrema sequía como los dos años anteriores en zona Cascallares, Copetonas, Oriente, Dorrego. La situación es muy alarmante, con cultivos que van a rendir menos de la mitad de lo histórico. Los calores de esta semana seguramente precipitaron todavía más la caída de los rindes”, advirtieron desde el departamento agronómico de la Cooperativa de Cascallares.

“Se esperan para las próximas horas, pero esas precipitaciones independientemente del volumen, en la zona comprometida servirán para reponer un poco la humedad y seguir sembrando la gruesa, que ya se había empezado a frenar. Pero no mucho más”, indicaron.

“En la zona comprometida, estimamos que la mitad de la fina está muy complicada, con rindes ya muy afectados, y la lluvia no va a ayudar mucho. Si servirá para los lotes que están más atrasados, no tan sufridos, y que tenían mejor reserva de agua por el cultivo antecesor”, completaron.

El ingeniero Pablo Errazu, que asesora varios campos en la zona complicada, también pintó un escenario preocupante. “Hay muchos lotes de trigo que ya se están cocinando, les está quedando la hoja bandera y la menos uno. Obviamente el número de espigas se redujo, muchos macollos se abortaron”, explicó.

Agua útil en el perfil de los suelos en porcentaje al 30 de octubre

El panorama es comprometido también para la cebada: “Las sembradas tempranas, de fin de mayo, se adelantaron mucho, ya les falta poco para terminar de llenar grano. Y tenés menos espigas, y eso es menos rinde”, agregó.

En cuanto al impacto que puede tener en caso de darse una lluvia en las próximas horas, “en trigo puede generar que meta algún grano más por espiga. Y tanto para cebada como para trigo, que tenga el impacto en el peso de mil y que haga aumentar el rinde”, analizó el ex presidente del Centro Regional de Ingenieros Agrónomos de Tres Arroyos respecto a lo que se están jugando los lotes más complicados.

En cuanto a los cultivos más tardíos, en caso de que no llueva empeorarán su situación, pero hoy están en un mejor estado respecto a lo sembrado temprano.

A pérdida

El ingeniero Alex Vejrup, gerente de la Cooperativa Alfa, le puso números estimados al impacto del clima en la campaña fina. “En esta zona ya se registran pérdidas irreversibles. Salvo algunas lluvias aisladas al norte de Tres Arroyos y hacia el este, el panorama general está comprometido. El rinde de trigo está sufriendo una baja importante: si al inicio de la campaña alguien proyectaba una cosecha de entre 4.500 y 5000 kilos por hectárea, ahora estamos en 3.500 kilos”, comentó.

Teniendo en cuenta que los rindes de indiferencia rondan los 5.000 kilos por estos campos, “claramente se está perdiendo dinero”, indicó Vejrup.

El ingeniero también pone un signo de interrogación en cómo saldrán los cultivos de esta ola de calor. “Las cebadas se venían defendiendo, hay que ver cómo termina el llenado de grano, que es lo que está ocurriendo en este momento, con el soplete que hubo”.

En toda la zona afectada ya se estima que la cosecha comenzará en poco más de dos semanas, unos diez días antes de lo que se arranca en un año normal.

Cruzando los dedos

Hay otros sectores de la región y del distrito que, si bien están acusando la falta de agua, todavía los cultivos no se ven tan afectados en su potencial. Y es para esos lotes que la lluvia pronosticada será determinante. “Hacia San Mayol, El Triángulo y El Carretero, la situación es mejor, los cultivos vienen bien”, indicaron desde la Cooperativa de Cascallares.

Hacia el lado de Gonzales Chaves también hay muy buenos cultivos. Con lo cual, para muchos productores puede llegar a darse una cosecha aceptable.

Lo que sí ha quedado marcado una vez más en una campaña de estas características, con lluvias muy irregulares y en general por debajo de la media, es el impacto del manejo.

“Ya se nota una diferencia abismal entre lo que son los antecesores de cada cultivo. Todos los cultivos en general que venían de gruesa, que no tuvieron un almacenamiento en el verano, ya hace 10 días que están manifestando un estrés bastante fuerte, y que se ha acentuado por el extremo calor y la baja humedad relativa y el viento”, explicó el ingeniero Matías Fik.

De más está escribir, que todas las esperanzas están puestas en los pronósticos que dan lluvia para hoy. “Es cierto que no dan muchos milímetros, pero es más que necesario que llueva. Después habrá que ver qué tan severo es el impacto de esta ola de calor en esta situación de marcada falta de agua. Va a depender de la fecha de siembra, pero los cultivos en una amplia zona están muy comprometidos”, comentó el ingeniero Darío Tumini.

Que aportó otro dato poco alentador: “No son buenos los pronósticos extendidos tampoco”.

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