Una campaña muy atípica y con datos preocupantes

Por Pablo Errazu*

Casi finalizada la cosecha de fina de la campaña 2024/25, va dejando datos preocupantes en la mayoría de las zonas. En un pantallazo grande de suroeste a sureste, la zona de Bahía – Cabildo con rindes en cebada superiores a lo esperado, con promedios en general de 2.800 – 3.800 kg, con sectores de más de 4.000 kg/ha en siembras de los primeros días de mayo.

Cuando nos venimos para Coronel Dorrego, hay ambientes de rindes muy buenos en cebadas y trigos de 3.500 – 4.500 kg, (Dorrego para la costa y Oriente y hacia Bajo Hondo), pero al ir de Dorrego hacia Aparicio – Irene – Indio Rico, los rendimientos son más dispares, con techos no muy altos, de entre 2.000 – 3.000 kg y algunos de 3.500.

En el triángulo conformado entre Copetonas, Lin Calel y Cascallares, que viene castigado desde hace unos años, hay rindes de 1.500 – 1.800 – 2.500 – 3.700 kg en cebada, y respecto al trigo también fue muy dispar.

El sector costero igualmente dejó mucho que desear: lotes de 1.800 – 3.000 – 4.500 kg, cuando lo normal son 5.500 – 6.000 – 6.500 kg.

Para el lado de San Mayol, El Carretero y San Cayetano, también fueron muy variados los rindes, con lugares de buenos rendimientos -son lo menos-, pero se obtuvieron 5.500 y hasta 6.500 kg, y otros con 2.800 – 3.500 – 4.200 kg.

En lo que refiere a la zona de De La Garma – Gonzales Chaves, hay sorpresas y en general buenos rindes: cebadas de 3.800 – 4.500 y hasta 5.200 kg y algo similar en los trigos.

Fue una campaña totalmente atípica, donde el trigo en la mayoría de los lugares rindió más que la cebada, y en zonas puntuales se dio a la inversa.

Las calidades en cebada fueron malas, con pH que en muchos casos no llegó ni a forrajera, y las proteínas en la mayoría pasadas

En cuanto a la fecha de siembra en cebada, las tempranas se arrebataron, pero en general tuvieron mejor resultado que las más tardías, pese a que como comenzó a llover en noviembre parecía que esos cultivos zafaban, pero no ocurrió.

Las calidades en cebada fueron mayormente malas, con pH que en muchos casos no llegó ni a forrajera, y las proteínas en la mayoría pasadas, algo que era de esperar.

Los trigos, en general, se recuperaron con las lluvias de noviembre, y aunque muchos lotes ya no tenían ni hojas verdes, rescataron rinde igualmente.

Insectos y hongos

De unas 8.000 hectáreas de fina que asesoro, el 62% fueron cebada y el 37% trigo (solo 4% fue HB4). De la cebada, el 30% se aplicó fungicida y en algunos lotes se requirió una segunda aplicación, pero en general fue un año muy tranquilo en ese sentido.

En los trigos, hubo Mancha amarilla en variedades susceptibles, pero casi no se requirió aplicación. Roya amarilla apareció temprano, pero luego se frenó. Se realizó una aplicación en un porcentaje bajo de la superficie, después reapareció a mediados/finales de noviembre junto con Roya del tallo, y algunos lotes se trataron.

También la vedette al final del ciclo fue Isoca militar y desgranadora, que hizo que se tratara un alto porcentaje de los lotes. En cebada principalmente corta raquis y se caen las espigas completas.

También la demora de cosecha generó en cebada que se quiebren y caigan espigas al piso, sumado a las pérdidas por isocas, muchos lotes o manchones de lotes tenían 500 – 600 y hasta 1.000 kg/ha de pérdidas. El retoño fue otra complicación que tuvo la cosecha.

*Ingeniero agrónomo. Asesor técnico de la Regional Aapresid Tres Arroyos e integrante de la comisión RAO de CIAFBA y responsable Nodo SE Buenos Aires de AAPPCE

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